Economía Agrícola. Biotecnolgía

Kelly Alvarez González

Economía Agrícola

6/12/2020

¿Puede la biotecnología (en particular los transgénicos) asegurar la alimentación y el desarrollo agrícola en los países como México?

Con el desarrollo tecnológico creciendo día a día a pasos agigantados, alcanzando cada vez más ramas de la industria y la vida cotidiana, surgen preguntas importantes, tal como ¿es posible asegurar mediante biotecnología el desarrollo agrícola de países tercermundistas, así como su alimentación?

La innovación ha alcanzado al sector agrícola proponiendo soluciones más prácticas a problemas comunes de cultivo, tales como las plagas, ya que las nuevas tecnologías son capaces de desarrollar compuestos naturales y biofertilizantes que fortalecen los cultivos para hacerlos más resistentes a estos agentes externos y perjudiciales, también se da el desarrollo de nuevos tipos de alimento fortificado y vacunas para los animales, lo que favorece incrementos en la producción agrícola y que reduce la necesidad de usar químicos dañinos.

Pero como no todo puede ser bueno, el sector agrícola asistido por biotecnología e inversión tanto nacional como extranjera, también es víctima de la tiranía capitalista de las empresas que buscan enriquecerse a costa de empobrecer y explotar zonas específicas. La innovación va de la mano de inversión, inversión que en muchos casos sólo puede ser ofrecida por grandes corporaciones tales como el extinto Monsanto, que se convirtió en sinónimo de toda práctica de explotación de la tierra que no debería efectuarse, así como de la creación y casi monopolio de productos agrícolas transgénicos, o el mismo Nestlé con su terrible nivel de apropiación de las zonas cultivables de café mexicano.

 Y aunque se ha comprobado que los transgénicos no dañan la salud y en general benefician al sector agropecuario, el hecho de que las grandes corporaciones estén presentes en países subdesarrollados tristemente nos lleva a la conclusión de que la tierra y más que nada la gente está siendo explotada. Los míseros salarios pagados por altas jornadas de trabajo, la irregularidad en los empleos, condiciones deplorables de trabajo, ocupación infantil y demás razones, nos ponen a pensar en que la biotecnología es un arma de doble filo, que por una parte es un motor de crecimiento y por otro y mientras este tipo de tecnología siga en manos equivocadas condenará a los más vulnerables a vivir eternamente sometidos por el hambre incesante del sistema de producción capitalista.

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