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El Golpe De Estado Fue Petrolero

yisleydy4 de Noviembre de 2012

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Pablo Hernández, Elie Habalián, Víctor Poleo*

Política es el oficio de llevar el poder al pueblo; todo otro fin es delincuencia y los políticos delincuentes deben ser ridiculizados. B. Brecha

Economía y Energía

La economía y el poder militar de las naciones occidentales dominantes están indisolublemente vinculados al conjunto de formas físicas primarias de la energía: petróleo, carbón, gas. La energía es un bien de bienes, sin su contribución no hay actividad económica ni bienestar en el modo de vivir occidental. Dicho en contexto cuantitativo: para fabricar un dólar en actividades económicas no energéticas, se precisa fabricar un dólar en el sector energía.

Consumo mundial de energía [1]

Con apenas un 4% de la población mundial (6.000 millones de habitantes), Estados Unidos destruye diariamente un 26% de la producción mundial de petróleo y otro tanto de la producción mundial de gas natural. Con 1.5 habitantes por vehículo automotor, Estados Unidos quema diariamente poco menos de la mitad de la producción mundial de gasolinas.

El estilo de desarrollo norte-americano, voraz y obeso de energía, no es precisamente un paradigma de ética social y respeto al Ambiente, menos aún de sana coexistencia entre la humanidad y sus recursos naturales. De extrapolarse a la entera población del planeta el estilo de desarrollo norte-americano, se requerirían 500 millones de barriles diarios de crudos convencionales, traducibles en 170 mil millones de barriles por año, un requerimiento que agotaría en 6 años las actuales reservas probadas mundiales de petróleo.

El drama energético norte-americano, tragedia de la humanidad

El informe Bush jr. de Política Energética de Mayo 2001 concluye que actualmente Estados Unidos requiere importar 60 barriles de cada 100 barriles que consume, mientras que los requerimientos de importación en el 2020 serán de 75 barriles de cada 100 barriles.

Estados Unidos es presa del estado corporativo[2], fusión contra natura entre los intereses del capital petrolero y los del estado. Dice Dick Cheney, vice-presidente de Estados Unidos: “ … la realidad es que los combustibles de hidrocarburos satisfacen virtualmente el 100% de nuestras necesidades de transporte y una porción significativa de nuestros requerimientos de electricidad, ... y en el futuro será inmodificable”. Añade G. W. Bush, presidente: “...sin un incremento sustancial en las reservas de energía, Estados Unidos puede enfrentar una amenaza a su seguridad nacional y a su bienestar económico”. Luego de la desaparición de la Unión Soviética en 1989, la clase política de los Estados Unidos y el capital petrolero anglosajón configuran hoy el mayor imperio militar y económico en el planeta. No es difícil inferir, en consecuencia, que el estado corporativo norte-americano habrá de apropiarse por medios militares de los recursos mundiales de energía.

Reservas mundiales de energía

Natura distribuyó aleatoriamente las reservas mundiales de energía, las por ahora conocidas con los niveles de precios y las tecnologías actuales.

Yacimientos en conflicto

Después de la segunda guerra mundial, el mundo árabe-islámico ha sido objeto de un progresivo hostigamiento y de recurrentes ocupaciones de sus territorios, siendo la destrucción de Palestina la primera fase de una estudiada operación militar cuyo fin último es la exterminación de su pueblo y de su liderazgo histórico y nacionalista. El gobierno corporativo de los Estados Unidos se ha planteado impunemente la ocupación y el dominio militar de los grandes yacimientos de energía mundiales.

La operación “Libertad Duradera” del imperialismo petrolero internacional es ocupar plenamente el Medio Oriente (Arabia Saudita, Kuwait, Katar, los Emiratos Árabes Unidos, Irán y, como es inminente, Irak), a la par que dominar los corredores geográficos del Asia Central (Afganistán y las islámicas ex repúblicas soviéticas). Rusia es utilizada para servir, a mediano plazo, como desestabilizador del Medio Oriente en la exportación petrolera mundial y en el dominio de los precios. En el mundo árabe-islámico subyacen 3 de cada 4 barriles de petróleo (75%) y 1 de cada 2 metros cúbicos de gas (50%), mientras que en el Asia Central subyacen 4 de cada 10 metros cúbicos de gas (40%). La OPEP es, en esencia, la vinculación histórico-cultural y de intereses geopolíticos entre Venezuela, Latino América y el mundo árabe-islámico.

*Pablo Hernández, Elie Habalián, Víctor Poleo / www.soberania.info con base en los trabajos de C. Mendoza Potellá, Gastón Parra, Francisco Mieres, César Baena, Juan Carlos Boué, Luis Vallenilla y otros. Caracas, noviembre 2002

[1] British Petroleum Statistical Review of World Energy, June 2002

[2] John Kenneth Galbraith, The Corporate State.

Venezuela y el Plan Colombia

Venezuela es el tercer objetivo mundial del capital petrolero internacional: nuestras reservas no convencionales en la Faja del Orinoco son equiparables en volumen a las reservas probadas mundiales de crudos convencionales en Arabia Saudita (270 mil millones de barriles). Son éstas las reservas a futuro. “Para controlar a Venezuela es necesario intervenir militarmente a Colombia” (P. Coverdell, senador conservador americano y ponente del Plan Colombia, Abril 2000) y, por extensión, a Latino América. En consecuencia, repudiamos el hostigamiento, el debilitamiento y la destrucción política y militar de países miembros de la OPEP por Estados Unidos. La agresión militar a Irak por Estados Unidos y su Plan Colombia son, por igual, agresiones a Venezuela, al colegiado OPEP y a las culturas árabe-islámicas y latinoamericanas. Estados Unidos quiere hacer un Israel de Colombia. En este contexto geopolítico ocurrió el golpe petrolero en Venezuela del 11 de Abril 2002, aún latente. Por una parte, la clase meritocrática fungió de peón en un ajedrez internacional que le es inasible conceptualmente. Por la otra, la Agencia Central de Inteligencia hizo su histórico rol de doberman. El Departamento de Estado, a su vez, arriesgó un conflicto de menor intensidad en aras de uno mayor, Irak. El balance está por escribirse; por ahora la PDVSA de A. Rodríguez se ocupó de un suministró seguro y confiable a 20 años, necesario para destruir Irak y Colombia, en adición a entregar los campos deltanos para la EXON. Serio problema es ser soldado en un estado que alberga un metaestado, PDVSA, un estado mas allá del estado y cuyos intereses están al servicio del capital petrolero internacional y de si misma, su clase meritocrática. Venezuela es percibida por el estado corporativo norteamericano como un yacimiento de energía, no como una nación soberana.

Yacimiento de energía bolivariano

En contexto geopolítico, la opción que maximiza nuestras opciones a futuro es una alianza energética latinoamericana, en oposición a la alianza hemisférica norteamericana. Hoy, al igual que durante la gesta de independencia, las naciones bolivarianas reivindican un destino común y su soberanía en los recursos energéticos. El imperio norteamericano quiere hacer un Israel de Colombia, mecanismo para palestinizar los países bolivarianos.

El negocio petrolero

La clase meritocrática de PDVSA nos hizo creer a los venezolanos todos que el negocio petrolero, su negocio, es un asunto para iniciados, más complejo que las industrias eléctrica y del acero-aluminio, más arriesgado que pilotear F16. Considere las dos siguientes conductas, anomalías en paradigmas gerenciales:

La internacionalización de PDVSA (1982-1998) o de cómo la meritocrácia escapó al Fisco estatal [1]

Dicen los estrategas corporativos [2] : “... el papel de la internacionalización se relaciona con la necesidad de PDVSA de conseguir mercados para el crudo venezolano pesado. Los crudos pesados constituyen un 70% de las reservas probadas de Venezuela y para ayudar (sic) a asegurar su salida PDVSA ha construido (sic) en los últimos 20 años un sistema de refinación extenso a nivel global, con capacidad de 1.5 millones de barriles diarios, de lo cual 1 millón es para crudos pesados”. Nada más falso. Los crudos venezolanos enviados a Ruhr Oel desde 1983 han sido livianos (30 API promedio). En oposición, PDVSA ha mercadeado con enorme ineficiencia los crudos pesados amargos en los mercados abiertos. Más aún, países como México que han logrado penetrar este segmento no han recurrido a la integración vertical sino a mecanismos competitivos de comercialización. Los cargamentos vendidos por PDVSA a sus filiales internacionalizadas configuran un caso de transferencia de rentas mediante precios con descuento. Aún así, PDVSA no ha declarado dividendos sobre ganancias ni sus auditores tienen acceso directo a los libros de la empresa en las filiales internacionalizadas. El costo de estos activos no es recuperable como quiera que su rentabilidad es una fabulación mercantil (ingresos iguales a costos).

CITGO, un negocio meritocrático

Los aportes patrimoniales de PDVSA a sus refinerías en el exterior rondan los 2.500 millones de dólares. El flujo neto en 20 años con precios descontados es coartada de un negociado para adquirir refinerías y cuyo valor es de 3.500 millones de dólares. Si agregamos los costos directos de adquisición de refinerías, la clase meritocrática ha pseudo-invertido al año 2001 dineros de la Nación en el orden de 10.000 millones de dólares. Las utilidades de CITGO son magras. Dice el Gral. Contreras Maza [3]: “… nuestra

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