El acoso hacia la mujer

El acoso hacia la mujer es un tema que en Colombia se ha normalizado, más por la jerarquía de poder. Muchas veces pensamos que aspectos como: cuando nos toman la mano, nos rozan la mano por la cintura, constantes halagos o comentarios que pueden malinterpretarse, son “normales” y forman parte del comportamiento de los hombres quizás también por la confianza que les damos, aunque por momentos uno pasa a dudar e incluso creer que es culpa de uno porque simplemente se malinterpretó lo que pasó a pesar de lo incómodo que pudo llegar a ser pero es así como nos han educado, como es el caso de acoso generado por un profesor de colegio hacia una de sus alumnas, María, en este caso es visible la fuerza de persuasión, el contacto y fuerza corporal y el cómo usa su poder por así decirlo para normalizar esta situación.

María una niña de 17 años que se encuentra cursando undécimo grado, el pasado miércoles 11 de septiembre, le pide a su profesor de matemáticas que le dictara una clase personalizada para ponerse al corriente en esta materia, su profesor accede. Cabe resaltar que ellos más allá de la relación estudiante profesor, construyeron una amistad por todos los años que llevan de conocerse, amistad que cambió ese día cuando su profesor durante esa clase intentó propasarse en varios momentos con ella, al principio ella pensó que era solo una idea rara que se le estaba metiendo en la cabeza, con el paso del tiempo y el cambio de actitudes ella se empezó a sentir incomoda, todo esto terminó en el forzándola a que le diera un beso, se lo pidió varias veces a las que ella se negó, pero él seguía intentando y forzando que pasara, en un momento María vio la oportunidad de salir de ahí y sin pensarlo lo hizo.

Esta historia como muchas otras nos han pasado en algún momento a las mujeres ya sea por alguien en la calle o algún conocido, por el hecho de que la sociedad ha construido el concepto de que somos el sexo débil; María como muchas mujeres confío, confío en alguien que terminaría abusando de esa confianza de una manera que ella no llegó a imaginar y más por el simple hecho de que era su profesor.

Siento que lo que vivió María es algo debería enseñarnos y motivarnos a todas las mujeres a que no debemos primero, quedarnos calladas en ninguna circunstancia ni por la persona que sea; segundo, confiar que porque creemos en alguien esa persona no se va a faltar al respeto o pasarse con nosotras; tercero, las intenciones que tenemos con una persona no siempre la misma persona las tendrá con nosotros.

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