El andamiaje magisterial en méxico

EL ANDAMIAJE MAGISTERIAL EN MÉXICO (Fragmento)

Dice Sergio Sarmiento que el sistema educativo mexicano no funciona.

Es necesario contar una anécdota para ir delimitando la perspectiva del ensayo:

La primera vez  que entre a una coordinación del sindicato nacional para los trabajadores de la educación. La primera impresión que tuve (a diferencia de lo que uno se podría imaginar, tomando en cuenta la hospitalidad y la alta calidad humana que tal profesión demanda del gremio) fue estar saludando a un montón de enmascarados compitiendo en ver a quien le salían mejor las frases hechas, ya tan triviales y de mal gusto (Que seguramente las voy a seguir oyendo hasta cuando me muera, si sigo visitando esa clase de ambientes)

Me dijeron que pasara con el  profesor X. Llegué ante él, nos dimos un saludo de mano. Antes de que le terminara de decir mi nombre me interrumpió preguntándome con una mirada que no tuvo el cuidado de disimular cierto cinismo. –Haber, haber ¿De parte de quién viene?-, -¿De parte de quién?, pues de parte de nadie, profe, vengo a buscar trabajo ¿Qué aquí tampoco le consiguen trabajo a los docentes?-, -Sí, así es, pero ¿Quién lo mandó hasta acá?

No lo sé a ciencia cierta, pero a lo mejor este profesor esperaba que sacara una especie de guión donde trajera apuntada gente a la que le hiciera favores últimamente o ex profeso para la visita, y que eran amigos o familiares de él. Gente que le llamara tiempo antes diciéndole algo así: “Figúrate que el que va ir contigo ahorita le puso llantas nuevas a mi troca, éste si te regala por lo menos un buen reloj en navidad, en una nada y a hasta te presta una hermana”

En esos momentos me sentí como si estuviera entrevistándome con Vito Corleone (En versión caricaturesca, eso sí) incluso miré hacia donde estaba la puerta de par en par para ver si no traían pistolas unos que estaban sentados en un sillón colocado en el pasillo. El que estaba más cerca traía una grapadora ¡Menos mal!

A veces confundo la vergüenza con la impotencia, es evidente que lo mío no es la docencia, a lo mejor una rama pedagógica que tenga relación directa con otras cosas, pero no siento vocación para la educación, si sé que no me va a alcanzar la vida para educarme a mí mismo ¿Cómo rayos voy a educar a los demás? (Independientemente del “Se aprende enseñando y se enseña aprendiendo”) De cualquier manera, me gustaría que a los docentes se les hiciera (Como en muchos países desarrollados y no) una evaluación amplia para sopesar sus capacidades. Es muy seguro que no saldría bien librado de tal examen, pero así se evitaría que ejercieran tantas personas que no deben.  

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