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En la guerra de Reforma


Enviado por   •  5 de Diciembre de 2012  •  1.340 Palabras (6 Páginas)  •  361 Visitas

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En la guerra de Reforma

La Guerra de Reforma se inició con el Plan de Tacubaya en diciembre de 1857. Su objetivo principal era la abolición de la Constitución liberal. Al siguiente mes, el Plan de la Ciudadela reafirmaba ese propósito. Desde entonces hasta mediados de 1860 el territorio del actual Estado de México estuvo bajo el control de los conservadores. De tal manera irían fungiendo varios gobernadores conservadores. Entonces trató de sostenerse un gobierno peregrino del Estado de México, siendo el de Michoacán asilo de ese gobierno y fuente de provisiones para los guerrilleros mexiquenses. Tanto liberales como conservadores tuvieron desavenencias internas. Efecto y causa de ellas fue el pronunciamiento de Ayotla en el Estado de México en diciembre de 1858.

Estando en Michoacán, el liberal Sabás Iturbide dejó la gubernatura del Estado de México a Simón Guzmán. Tocó a éste apoyar la campaña de Miguel Blanco, quien pretendía tomar Toluca y aun sorprender la ciudad de México. Éste y otros intentos se frustraron hasta mediados de 1860, cuando Berriozábal logró enseñorearse del valle de Toluca. Este avance fue uno de los pasos que prepararon la resonante batalla de Silao, ganada por los constitucionalistas. A ella concurrió Berriozábal con la división del Estado de México. Sin embargo, una vez que retornó a Toluca, fue sorprendido por Miramón, quien penetró audazmente hasta el centro de la ciudad; mas fue pasajera la hazaña conservadora, pues el 22 de diciembre de 1860 Míramón fue derrotado en San Miguel Calpulalpan, al noroeste de nuestra entidad, por González Ortega.

Sin embargo, las gavillas conservadoras siguieron por el rumbo de Malinalco, sobre todo en la sierra que va del Monte de las Cruces a Villa del Carbón, asestando duros golpes, significativos por la muerte de importantes personalidades del partido constitucionalista: Santos Degollado en los Llanos de Salazar el 15 de junio de 1861 y Leandro Valle, a los ocho días, en el Monte de las Cruces.

El 12 de octubre de 1861 la legislatura del estado culminaba la elaboración de una nueva Constitución, acorde con la federal del 57, aprovechando las lecciones del pasado, las luces de los legisladores que nos han precedido en los bellos y apacibles días de nuestra infancia social e independiente y las no pocas que brotando del seno mismo de los combates, han ilustrado a las masas después de la última revolución de principios.

La Constitución del 61 buscó balancear mejor los poderes públicos, prescribió la mayoría absoluta en la discusión y votación de leyes, redujo los periodos de sesiones del legislativo, amplió las facultades municipales y exigió la residencia en el estado para ser diputado, sin requerirlo en cambio para la gubernatura.

La Reforma efectiva

Al prevalecer la causa liberal en los campos de batalla, pudo llevarse a cabo la Reforma. El año de 1861 fue señero por lo que concierne a la Ley de Desamortización, que consistía en transferir la propiedad de la Iglesia a particulares, de preferencia a los mismos que la usufructuaban. Esta disposición, conocida como Ley Lerdo, había sido dada desde 1856, pero no surtió efectos considerables sino hasta 1861, incrementados fuertemente por otra ley, la de Nacionalización de Bienes de la Iglesia, dictada por Juárez en 1859. En efecto, a lo largo de 1861 se vendieron en Toluca bienes de la Iglesia por 369 500.34 pesos. La enajenación continuaría, incluso durante los días de la Intervención y del Imperio, pero en menor proporción. El principal comprador no era mexicano, sino alemán —Bernardo Wiener—, a quien se adjudicaron propiedades por 152 889.59 pesos. Le seguía Juan Martínez Baca y José María Mateos. Vienen después diversos grupos, destacando el general Leandro Valle, Manuel Alas y otros extranjeros.

La enajenación que benefició a mayor número de personas fue la de una hacienda, Merced de las Llaves (hoy Villa Victoria), adjudicada a los mismos rancheros que la trabajaban. Esto fue una excepción, pues en nuestra provincia y en el ámbito nacional las enajenaciones fortalecieron el latifundismo de los hacendados, sin beneficiar a la masa de la población. Más bien en aquel entonces, "la

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