Ensayo TLC

Mi postura frente al TLC entre Colombia y Canadá es favorable, más allá de la eliminación de las barreras arancelarias, es fundamental el apoyo brindado por Canadá en materia de apoyo al turismo, internacionalización de empresas locales y mediador en conflictos internos.

Con la entrada en vigor del acuerdo en el año 2011, Colombia se ha convertido en un socio importante para inversores canadienses quienes atraídos por la riqueza de recursos naturales seguidos de la expansión de mercados en diferentes sectores, posee una ubicación estratégica la cual es beneficiosa en la producción de diversos productos demandados por el mercado canadiense. Canadá representa una gran oportunidad debido a que posee 33 millones de consumidores potenciales los cuales poseen un alto nivel de ingreso, por ende un gran poder adquisitivo. El fomento de la competitividad e innovación en Colombia se ha visto beneficiado con la cooperación de agencias e instituciones en los sectores de ciencia y tecnología del país norteamericano.

Otro punto a favor ha sido el sector del turismo, más y más viajeros atraídos por  Colombia, impulsando la economía y promoviendo la imagen del país captando así la atención de una mayor cantidad de inversores interesados en ingresar al mercado del país latinoamericano. Un aspecto a destacar supone la oficina de PROCOLOMBIA con sede en Toronto, la cual ha abierto las puertas en gran manera a 109 productos nacionales correspondientes a los sectores manufactureros más específicamente agroindustria, insumos básicos y prendas de vestir, cada uno de ellos con mayor opción de darse a conocer y ofreciendo alternativas constantes a los consumidores.

Canadá está claramente comprometido con la situación actual sobre la protección de los trabajadores, el respeto de los derechos humanos, así mismo el interés por acabar con el manejo de las cooperativas asociativas y la tercerización laboral, en adición a esto se ha reflejado un claro crecimiento en la inversión extranjera directa desde la implementación del acuerdo.

Por otro lado, se evidencia una clara falencia en la infraestructura colombiana la cual en comparación con la canadiense se encuentra muy rezagada afectando la productividad en el progreso de la manufactura nacional, al enfrentarnos a una economía tan avanzada las diferencias en el PIB son inmensas, lo cual claramente beneficia a nuestros exportadores porque entran a una economía con mucho más poder adquisitivo, el problema viene a presentarse cuando Colombia no puede igualar la demanda que presenta el país norteamericano, generando así un gran reto para la industria colombiana.

Un tema controversial es que si bien se ha aumentado la producción de la industria manufacturera en el país, se evidencia que los principales productos exportados hacia el país canadiense siguen siendo materias primas (commodities), Colombia sigue importando productos los cuales podrían ser producidos sin ningún problema en el mercado local.  

Con respecto a la PYMES, en el ámbito colombiano se encuentran en una desventaja lógica debido a que es evidente que sus productos para ser exportados necesitan primero que todo ser transportados a través de la complicada e insuficiente infraestructura que posee el país latinoamericano sumado a los costos que debe asumir la empresa para poder llevarlas al país norteamericano.

Por último y nos menos importante los diferentes conflictos internos que afectan el territorio colombiano, perjudican principalmente a cualquier inversor, el cual además de hacer un gran esfuerzo por suplir las falencias logísticas que posee Colombia, tiene que enfrentarse a un mercado con un ingreso per cápita muy inferior.

Para concluir, este tratado con el país norteamericano ha sido una de las alternativas más importantes que ha experimentado el país en los últimos tiempos, no solo en el contexto de la integración económica internacional si no también fortaleciendo las relaciones diplomáticas existentes entre ambos países.

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