Heteronormatividad

LA FAMILIA

¿La familia heteronormativa es el único tipo de familia que existe?, ¿Es igual para un niño crecer bajo el cuidado de una familia heteronormativa, que hacerlo bajo el cuidado de una familia homoparental?

La palabra familia deriva del Hosco “famulus” que significa ‘sirviente’; que deriva de “famel”, ‘esclavo’. En el sentido primitivo, familia aludía al conjunto de esclavos y sirvientes que se hallaban bajo la autoridad del “pater familias”. El término posteriormente incluyo a la esposa e hijos del pater familia, a quien legalmente pertenecían.

En nuestra sociedad chilena la familia se ha establecido a través del vínculo del matrimonio, constituido principalmente por una pareja heterosexual. Esta llamada familia nuclear, ha sido la referencia principal y normativa de las políticas públicas aunque en la práctica existen diversas expresiones y formas de organización familiar. La familia como se conoce hoy en día, se ha ido construyendo especialmente durante losúltimos dos siglos, tornándose en un modelo ideal para la mayoría de las sociedades occidentales (Jelin, 1998). Jelin ha señalado que para consolidar este modelo, fue necesaria su regulación a través del derecho, en la institución del matrimonio, instalando así mismo una determinada concepción de moralidad. En países de América Latina, podemos encontrarlo en la religión, que es la católica, para quienes el matrimonio es un lazo indisoluble entre un hombre y una mujer, que alcanza su mayor expresión en la procreación. Esta concepción de familia fue fortalecida a través de distintos dispositivos de poder, con el objetivo de lograr su legitimación y control, allí el discurso religioso, educativo y médico tuvieron un papel fundamental. Podemos utilizar el concepto de dispositivo deFoucault (1998) entendido como una red de relaciones que implica, discursos, instituciones, leyes, enunciados científicos y concepciones morales, que para el caso de la familia, funciona como un sistema normativo sobre los cuerpos, a través del matrimonio, con la intención de domesticar los deseos y regular la sexualidad.

Hoy en día la perspectiva católica, continúa vinculando la familia al matrimonio entre un hombre y una mujer, en un lazo que define como indisoluble, concibiéndolo como un hecho de naturaleza y no como un producto cultural. Esta idea se fortalece con la concepción de que sólo la unión de un hombre y una mujer da origen a nuevas vidas. Junto con ello, la iglesia Católica ubica el papel de la mujer en forma central en la familia, vinculada fundamentalmente en la transmisión de valores.

El modelo válido para la iglesia, será la conformación de una familia dentro del matrimonio monogámico y heterosexual, allí se legitima la descendencia y la convivencia, que debe realizarse bajo un mismo techo. Las relaciones de poder, las jerarquías por edad y sexo, la Heterosexualidad Obligatoria, la división sexual del trabajo, el trabajo doméstico no remunerado, la transmisión de valores patriarcales, la producción del binarismo sexual y la reproducción de los estereotipos de género en el proceso de socialización. Lejos de considerar a la familia como una unidad armónica con intereses comunes, esta perspectiva pone de manifiesto los conflictos y las tensiones existentes en la misma.

Teniendo en cuenta los cambios económicos y políticos de los últimos tiempos y el impacto que los mismos han tenido en la estructuración de las familias, en qué medida, la familia continúa siendo o no una institución medular del sistema patriarcal.

A medida que vamos modernizándonos vamos encontrando otros tipos de familias, que durante mucho tiempo no fueron consideradas como tales, porque eran invisibles a la sociedad o bien porque eran consideradas imposibles e impensadas. Nos referimos a las familias en las que las personas que están en pareja y/o a cargo de la crianza de sus hijos e hijas, no se inscriben en la heterosexualidad obligatoria. Dentro de estas nuevas familias encontramos a gays, lesbianas y bisexuales en cuanto a la orientación sexual, y a travestis y transexuales en cuanto a la identidad de sexo o género. A esas familias las denominamos no heteronormativas. Resulta de suma importancia, señalar que la heteronormatividad del patriarcado conduce a la discriminación e inferiorización tanto de toda orientación sexual disidente, como de cualquier identidad genérica que no respete la dicotomía de varón o mujer (travestis, transexuales, intersexuales, transgéneros, lesbianas, bisexuales, gays) Un recorrido por la realidad cotidiana de éstos colectivos humanos, nos permitirá analizar en qué sentido la “crisis de la familia” de la que tanto se habla tiene que ver con una apertura ideológica respetuosa de las múltiples maneras de vivir, construir y habitar las comunidades denominadas familias, o responde al alarmismo nostálgico de mentes conservadoras que perderían muchos privilegios si la “familia tradicional” deja de ser modelo y ejemplo de vida para las futuras generaciones.

Las diferentes conceptualizaciones, marcos de comprensión y definiciones al abordar la familia, nos lleva a situarnos en nuestra propia perspectiva de análisis, nos interesa entender las configuraciones familiares que incluyan los vínculos afectivos y sexuales que se establecen fuera del marco del matrimonio, la heterosexualidad y la filiación biológica, por lo cual se toma la definición de familia de Borneman (1997), entendida de forma amplia como la manera en la cual cada persona satisface su propia necesidad de cuidar y ser cuidado, lo que nos permite salir de las categorías normativas asociadas al sexo y la procreación.

A partir de los aportes de los Estudios de Género y de la teoría feminista, la familia va a ser cuestionada y denunciada como ámbito de dominación masculina por excelencia dónde el mandato patriarcal de ser madre opera como eje organizador de la vida de las mujeres A través de diferentes estudios estadísticos, antropológicos, sociológicos, históricos, intentamos comprender y analizar la diversidad de estructuras familiares.

Heidi Hartmann, considera que estas investigaciones históricas, sociológicas y antropológicas, abordan las organizaciones familiares como unidades cuyos miembros comparten intereses, minimizando la conflictividad que pueda darse entre los mismos. Este punto de partida teórico no es favorable para visibilizar y comprender la situación concreta de las mujeres en el seno familiar.

Los estudios realizados

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