Historia: Introducción a la Arquitectura y el Urbanismo

Asignatura(s): Historia: Introducción a la Arquitectura y el Urbanismo

Semestre: II

 “No habitamos porque hemos construido, sino que construimos y hemos construido porque habitamos; somos los que habitan”. Martín Heidegger

En este ensayo analizaremos por un lado como el filósofo Martín Heidegger discute el significado de habitar y la acción de construir desde una posición de reflexión, donde el construir no debe ser tomado únicamente en el sentido arquitectónico o de la técnica, sino que pretende interpretar esto como todo aquello que “es”, adquiriendo una dimensión superior y trascendente. Y desde otra perspectiva tenemos a Campo Baeza quien nos habla a partir de conceptos meramente arquitectónicos. Es importante que como arquitectos conozcamos los elementos propios de cada concepto entendidos desde cada una de las perspectivas, integrándolos para así comprender la esencia misma de la arquitectura.

En el ejercicio de la arquitectura caemos en la tendencia de generar respuestas a los diferentes problemas que se nos plantean desde el significado de aquello que vayamos a producir, dejando a un lado el sentido de hacia quien se diseña y el origen del problema, dando por hecho que ya lo entendemos.  Partiendo de este pensamiento Heidegger plantea en su obra “Construir, habitar, pensar” (1951), el vínculo existente entre el construir y el habitar, siendo este segundo la esencia del ser humano. El habitar llega solamente por medio del construir, pero a la final el construir tiene como fin el habitar, sin embargo, no todas las construcciones son moradas, aunque una construcción no este diseñada exactamente para habitar en ella, debe tener ciertas características que permitan que el hombre pueda estar en estas, que se pueda relacionar con los demás y logre tener interacción con cada una. No habitamos porque hemos construido, sino que construimos en la forma que habitamos, por ende, nosotros como seres humanos vamos construyendo conforme a nuestras necesidades en el espacio, pero esto debe ir de la mano del cuidar, dejando que exprese su esencia y brindándole protección, esto es lo que sucede con el habitar, ya que su rasgo principal es el de cuidar o velar por algo, como lo es el construir para nuestro desarrollo. Se demuestra entonces la importancia de la construcción y propiamente del arquitecto dentro de lo íntimamente ligado a la naturaleza del ser, y la posibilidad de afectación que tiene sobre éste.

Campo Baeza en su obra “De la cueva a la cabaña” (2003) hace referencia a Heidegger al decir: “Los objetos inanimados también deben evocar el "ser", y que, a través de esta analogía con nuestros propios cuerpos, el cuerpo de un edificio debe ser percibido como si fuera literalmente un ser físico. Esto nos lleva a volver a la consideración de Semper de la importancia de las juntas como el primordial elemento arquitectónico, como el nexo fundamental alrededor del que el edificio viene a su ser, o, mejor dicho, viene a ser articulado, como una presencia en sí mismo”. Campo Baeza, Alberto (2003). De la cueva a la cabaña.

Campo Baeza concuerda con Heidegger en que se debe evocar a la esencia al construir pero que acudir a los términos eminentemente “arquitectónicos” también es importante, entender que parte del edificio quiere pertenecer a la tierra “estereotómico” o que parte se desliga de ella “tectónico” constituyen algo muy esencial en la arquitectura, reconocen el valor espiritual que reside en la “cosidad” del objeto construido y ayudan de manera eficaz en la producción del nuevo organismo arquitectónico.

Podemos concluir que Heidegger en su planteamiento del habitar humano, afirma que es éste sobre el cual se fundamenta el habitar material, el que corresponde a la arquitectura, primero el ser humano es “habita” y después construye. Con esto, podemos tener una idea clara de la labor que se nos implanta como arquitectos según esta corriente de pensamiento, no es una labor solo de abrigo, sino que es la parte fundamental de la existencia humana. Desde esta perspectiva se busca entonces lograr un entendimiento del ser humano propio, su identidad, cultura, historia, etc. Y a partir de esto, desarrollar el diseño conceptual, así como las experiencias que éste propicie. Campo Baeza por su lado, nos dice que el empleo de los términos “estereotómico” y “tectónico” son fundamentales para entender “que” hacemos los arquitectos y “como” lo hacemos. El concentrarnos solamente en emplear el concepto abstracto anterior en la arquitectura da como resultado un debate interesante pero estéril, el análisis arquitectónico a través de las “categorías” nos permite concretar los temas de la luz y la gravedad, es por esto que es necesario que ambas perspectivas se unan en una sola, para que estas ayuden a los arquitectos a comprender mejor los elementos del proceso creativo, tanto para desarrollar sus ideas como para poner en pie las obras que materializan.

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