Impacto Ambiental

Juan José Morales

Impacto Ambiental

Quintana Roo y su problemática ambiental

Si hay un estado que requiere máxima atención a sus problemas ambientales, ese es sin duda Quintana Roo. Su desarrollo económico, basado en el turismo, se ha dado casi exclusivamente en la estrecha franja costera, y ello ha ocasionado una profunda alteración de los ecosistemas con la destrucción de manglares, dunas costeras y formaciones arrecifales, amén de que el explosivo crecimiento demográfico y la inadecuada dotación de servicios de alcantarillado pluvial y drenaje, han ocasionado una severa contaminación con aguas negras de los mantos acuíferos subterráneos, que escurren hacia el mar y llevan los contaminantes hacia las zonas frecuentadas por los bañistas y los arrecifes de coral, que son parte de los atractivos turísticos y elemento clave en la protección y regeneración de las playas. Hay también una fuerte erosión de playas, y la desmedida deforestación para aprovechar hasta el último centímetro de terreno con fines de especulación inmobiliaria ha ocasionado cambios en el microclima de las zonas urbanas, que ahora son evidentemente más calurosas que antes.

En fin, para no hacer el cuento largo, en el curso de unas cuantas décadas, la zona costera de Quintana Roo que se hallaba excepcionalmente bien conservada, ha sufrido un extenso y profundo deterioro que amenaza —nada más ni nada menos— que acabar con las bellezas naturales que le permitieron tener ese envidiable desarrollo turístico. Porque no hay que olvidar que el más valioso recurso natural de la costa mexicana del Caribe es precisamente su medio ambiente. Sin las playas, los arrecifes, los manglares y el mar de hermosas y variadas tonalidades, de poco o nada serviría tener lujosos hoteles.

Visto lo anterior, resulta obvio que para afrontar la seria y compleja problemática ambiental de Quintana Roo se requiere de funcionarios que posean conocimientos y experiencia tanto en cuestiones ecológicas como en la legislación relativa al medio ambiente. Por ello causó sorpresa —por decir lo menos— el nombramiento como secretario de Ecología de Raúl Omar González Castilla, licenciado en administración de empresas y sin ningún antecedente en asuntos ecológicos, de quien lo mejor que pudo decir el gobernador Roberto Borge al darle posesión, es que se trata de “un profesionista joven”, y “una persona inteligente y miembro de una nueva generación de políticos.”

Hasta su nombramiento como encargado de las cuestiones ambientales, González Castilla fue director de Licencias y Patentes en la Secretaría de Hacienda y Finanzas del Estado. Como es sobrino del anterior gobernador, Félix González Canto, los comentarios en los medios políticos fueron en el sentido de que su nombramiento obedece a compromisos electorales. Igualmente,

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