Introducción A Guiones De Televisión
LADAMATERA30 de Marzo de 2013
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Introducción a Guiones de Televisión
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Si has visto el canal de WB recientemente, o si has ojeado los programas de mediodía del BBC Three, sabrás que la televisión necesita de más buenos escritores. Alguien tiene que decirle a esa pequeña gente que vive en esa caja lo que deben decir y cuándo. Y, amigo mío, ¡es ahí donde entras tú!
Hoy en día, no existe una sola persona en televisión que no haya comenzado sentado frente a su escritorio, preguntándose a quién demonios intentaba engañar. Sin embargo, lo que los hace especiales, es que comenzaron, se sostuvieron y terminaron lo que comenzaron. Tal pareciera que el secreto mejor guardado en la televisión es continuar escribiendo. Recuerda eso y estarás bebiendo lattes con Tina Fey antes de que puedas decir “jurado rural”. (Difícilmente…)
Si nunca antes has escrito un guión televisivo, no te preocupes. Cuando leas los siguientes consejos, probablemente te darás cuenta de que la mayoría de ellos son casi innatos. Tal como las canciones de los Beatles, o como el espectro de colores en una bolsa de M&M’s, existe una gran probabilidad de que todo esté ya grabado en lo más recóndito de tu psique. Verás que todos esos sábados invertidos en sentarse en el sillón frente a la caja idiota han dejado de ser horas perdidas. ¡Oh, no! Lo que hacías era una investigación y, ahora, ¡todo ese trabajo está a punto de rendir frutos!
11 Pasos para ser un maestro en guiones televisivos
1) Ve más TV
Antes de comenzar, quizás quieras tomar una libreta de notas y unos bolígrafos. Después, ponte en algo cómodo, enróllate en el sillón y ponte a trabajar. Ya que se trata de ver lo que sea, ésta es una buena oportunidad para ver lo que sugieren en tu lista TIVO, o para comprar ese plan de cinco dólares por mes de Netflix. Trata de ver tantos episodios como sea posible de tus programas favoritos, o incluso tolera unos cuantos de los que detestas. No obstante, no te dejes cautivar por esa mágica, empalagosa e irrita-pupilas disforia que todos hemos experimentado después de un par de horas ante la tele. Si estás viendo estrellitas, o si tienes problemas para recordar los nombres de tus hijos, entonces es momento de apagarla. Recuerda: esta es tu tarea y tu primera obligación es permanecer alerta.
Cuando estés viendo la tele, anota cualquier aspecto de la trama que te parezca interesante o los diálogos que parecen especialmente divertidos o efectivos. Pregúntate cosas tales como: ¿Por qué me reí con esa broma? ¿Por qué me alteré antes de ese comercial? ¿Por qué me aburrí y le cambié al canal? Escribe lo que piensas, ya que esto será una referencia esencial cuando te sumerjas en tu propio material y cuando trabajes para crear escenarios que afectarán a tu audiencia en la misma forma que fuiste afectado. Así también, al anotar tus respuestas podrás saber más acerca de lo que te gusta y de lo que no; lo cual, a su vez, será una herramienta especialmente útil al momento de seleccionar el género de tu guión y tu formato. Así que, ¡hazlo! Toma unas rosetas de maíz, abre esa libreta de notas y prepárate para consentirte con horas y horas de televisión libre de culpa.
2) Especular o No Especular
Hace unos diez años, si querías escribir para TV, sólo había una manera de entrar en el negocio: tenías que escribir uno o dos capítulos ficticios para programas que ya existían, a manera de especulación de compra, o en especulación. Posteriormente, debías intentar hacer llegar esos guiones a manos de los escritores principales del programa, en espera de que tu trabajo les gustara lo suficiente como para contratarte como escritor independiente o, en casos especiales, como un escritor de planta para el programa. Y, tras de años de probar tu valía, te darían la oportunidad de escribir tu propio guión piloto para una serie original y, si éste era seleccionado, tenías entonces la oportunidad de ser el productor ejecutivo de tu propio programa.
Pero, eso era entonces y esto es ahora. Hoy en día, los agentes literarios y los ejecutivos de desarrollo igualmente le pueden pedir a un novato que haga un guión piloto o una especulación. Hay quienes, incluso, prefieren los pilotos a las especulaciones, ya que éste tiende a mostrar la voz del nuevo escritor, en vez de mostrar su habilidad para copiar el trabajo de otro.
Sin embargo, la especulación aún tiene su lugar, puesto que muchos nuevos escritores las emplean para comparar su trabajo con el de los profesionales, o para mostrar sus talentos en diversos géneros. Escribir una especulación también puede ser más fácil que hacer un guión original, pues no necesitas crear los personajes ni su mundo. Por ejemplo, si fueras a escribir una especulación para Buffy the Vampire Slayer, comenzarías justo con Buffy y Ángel besándose, recostados en una tumba sin tener que explicar que: a) Ángel es un vampiro con alma, b) Buffy es una cazadora enamorada de un vampiro; ni c) Las tumbas son los lugares perfectos para este tipo de romances. En una especulación, asumes que tus lectores ya conocen el programa y puedes irte ¡directo a la diversión!
Así que, la primera decisión que debes tomar es si escribes una especulación o un guión original. Cada uno de ellos será una herramienta útil al presentarte como escritor en el mercado; por lo tanto, la decisión es solamente es tuya. ¿Has pensado en el escenario perfecto para Kath & Kim, o quieres crear el siguiente programa de detectives para llenar el vacío dejado por The Wire? ¡Ey! Si tienes que escribir 100 páginas, ¿por qué no hacer las dos cosas?
3) Conoce a tu programa
Si estás pensando en hacer una especulación, comienza por enfocarte en los programas más nuevos y frescos, y en los de mayor audiencia dentro del género que te gusta. Una sitcom de hoy, no es una sitcom de 1990. Nadie quiere leer un nuevo episodio de Alf. Tu especulación tiene que ser de un programa que todavía esté en producción y, de preferencia, de uno que tenga esperanzas de estar en el aire por lo menos tres años más, a fin de que tu guión se sienta actual. Un programa como The Simpsons es popular entre los especuladores porque el programa aún estará en producción para cuando Chelsea Clinton lance su campaña presidencial. Y, eso es lo que quieres: un programa con piernas, que esté bien escrito y que sea ampliamente conocido para tus lectores. Opciones igualmente populares serían 30 Rock, Pushing Daisies y Mad Men.
Una vez que hayas seleccionado el programa, trata de conseguir el guión de un episodio. Google te puede ayudar bastante con eso, así como los sitios dailyscript.com y hollywoodbookcity.com. Es más, si tienes una prima que trabaje para CBS por las noches, ¡ahora sería un buen momento para llamarla! Haz lo posible por hallar un episodio de tu programa, ya que las idiosincrasias de formato deben estar reproducidas en tu especulación y, para ello, necesitarás un guión que te permita saber cómo son.
A diferencia de los guiones cinematográficos, todos los programas de TV se formatean de manera diferente y tu guión debe verse como un episodio real tanto como debe leerse como uno (ver CÓMO FORMATEAR UN GUIÓN DE TV). Las plantillas para muchos programas actuales se incluyen con aplicaciones computacionales para la creación de guiones, tales como Final Draft y Screenwriter, pero aún así debes ver un verdadero guión, para darte una idea de cómo se lee en la página.
Si, por otra parte, planeas escribir tu propio guión, comienza por ver todos los programas que están creando olas dentro de tu género. Toma nota de cómo se estructuran, de cuándo llegan los cortes comerciales en un programa de media hora en comparación con uno de una hora, y del tipo de temas y situaciones constituyen las tramas principales. La televisión es muy parecida a la industria de la moda, los estilos y los argumentos pueden variar radicalmente con respecto de la temporada anterior. Y, cuando haces televisión, nunca querrás que tu fugitivo se vista con pantalones de MC Hammer ni que use una bolsa canguro. Trata de resolver eso y busca entender cómo tu piloto es similar y diferente de los programas actuales, según su género.
4) Conoce a tu audiencia
Una gran diferencia entre escribir una película y escribir para la televisión es que, cuando escribes para la pantalla chica, necesitas considerar constantemente la capacidad de atención de tu audiencia. Piénsalo, la audiencia de una película compró su boleto de 10 dólares y, esencialmente, está atrapada en su asiento por las siguientes dos horas. No puede cambiar de canal, no puede irse a la cocina ni contestar el teléfono. Sin embargo, no sucede así con la televisión. De hecho, la mayoría de la gente pareciera estar buscando una razón para cambiar de canal. Si hay otras tantas opciones, con toda seguridad debe haber algo más interesante que esto.
Para mantener la atención de tu audiencia necesitas saber primero quiénes son tu audiencia. Y, ¿cómo haces eso? ¡Viendo los comerciales! Mientras hablamos, las firmas de mercadotecnia invierten millones de dólares para asegurar que los anuncios correctos
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