LA CONSTITUCIÓN (5 de febrero de 1917)
Pati718Trabajo23 de Mayo de 2019
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Carta escrita para todos eres representación majestuosa; Llegó a nuestra patria para forjar la democracia.
Ciudadano profesor Félix Anastasio Rodríguez Cruz, director de la Escuela Secundaria Ofic. No. 0802 “Profr. Gabino Escalante Arreola”. Profesor Alfonso Lovera Agustín, subdirector de la misma. Maestros y compañeros que nos acompañan.
Hoy MARTES 05 de febrero de 2019, le corresponde al “club laboratorio de computo” realizar los honores a la bandera, por lo que solicitamos a los presentes guardar la postura correcta
Con fervor te hemos cuidado mas hoy queremos mancillarte; Aunque no eres perfecta tú solo respeto te mereces.
A continuación, la compañera _____________________________________________________ nos dará a conocer los acontecimientos más importantes de la SEMANA
Oh querida mía juro defenderte, venerarte noche y día; Tus enemigos se empequeñecen ante el fulgor de tu verdad
Las compañeras _______________________________________________ nos compartirán La reseña histórica referente a la fecha y al valor del mes
Sagrados son tus artículos que no pueden ser negativos; Ley de la ley y el orden
Para finalizar este acto cívico y en posición de firmes entonaremos el himno del estado de México.
Nuestra constitución política, en Querétaro surgió, el campo constituyente, con gran tino lo formó.
El club “laboratorio de computo” agradece la atención prestada a este acto cívico, sedemos la palabra al director escolar el Profesor Félix Anastasio Rodríguez Cruz
LA CONSTITUCIÓN
(5 de febrero de 1917)
El pueblo mexicano, después de una cruenta lucha iniciada en 191O, creyó reivindicados sus derechos de libertad y de justicia cuando don Francisco I. Madero ocupó la presidencia; pero surgió un traidor, Victoriano Huerta, quien, siendo portavoz de las clases antes dominantes, mando asesinar al presidente y al vice-presidente, Lic. José Ma. Pino Suárez.
Este hecho arrastró al país a una nueva contienda, quizá más encarnizada que la anterior, siendo el jefe del movimiento don Venustiano Carranza, quien logró llegar al puesto de Primer Mandatario y convocó a un Congreso Constituyente que revisara la Carta Fundamental de 1857, para incluir en ella los justos anhelos del pueblo.
El sitio de reunión de este Congreso fue Querétaro, en el mes de diciembre de 1916, dando fin a sus trabajos el 31 de enero. El resultado fue la nueva Constitución que nos rige, la cual se promulgó el 5 de febrero de 1917. Esta Constitución en el conjunto de normas bajo las cuales los mexicanos debemos regular la conducta social y cívica. En las nuevas prescripciones logradas figuran tres artículos, que por sí solos dan a nuestra Carta Magna una fisonomía de acuerdo con los anhelos sociales, y bastan para compensar la sangre derramada en las cruentas luchas de los 7 años anteriores: el artículo 30, que reglamenta las relaciones entre patrones y trabajadores en el país; el artículo 27, que delimita el derecho que tienen la Nación sobre el subsuelo e imprime las modalidades que corresponden a la propiedad privada; y el artículo 123, relativo al tipo de educación que se debe de impartir en el país. Es deber de todo buen mexicano, cumplir y hacer cumplir, de acuerdo con su categoría oficial, los principios sentados en nuestra Constitución para beneficio de la patria.
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HUMILDAD
Humildad es una Virtud que consiste en el conocimiento de las propias limitaciones y debilidades y en obrar de acuerdo con este conocimiento. Sencillez. sin doblez ni engaño, y que dice lo que siente.
Algunas personas piensan que la humildad significa actuar como si valiéramos menos que los demás, como si no fuéramos importantes, como si nuestros logros carecieran de mérito. Según este punto de vista, la gente humilde es aquella que rechaza el aplauso y el reconocimiento porque cree que no los merece, ni siquiera cuando hace algo muy bien. El término se utiliza, además, para aludir a personas con pocos recursos, es decir, como sinónimo de pobreza. En el terreno de los valores, sin embargo, la humildad quiere decir algo muy distinto: es la virtud de aquellos que no se sienten por encima de los demás, ni van por la vida presumiendo de lo que saben o de lo que son. La humildad bien entendida distingue a quienes se valoran a sí mismos en su justa medida; es decir, que no se creen superiores ni inferiores a los otros. También son los que reconocen su valía, pero no se ufanan de ella ni se pavonean frente a sus semejantes porque saben que no es necesario. Un buen estudiante no necesita alardear, ya que sus calificaciones hablan por sí mismas. Un gran futbolista no tiene que estarle recordando a la gente sus triunfos, pues lo que ha hecho en la cancha es testimonio de su grandeza. Los padres que se han preocupado por educar bien sus hijos no tienen que publicarlo en los periódicos, pues la armonía familiar que reina en su casa es la mejor prueba de su labor. En el cuento anterior, Justino no tiene que decirle a todo el mundo que es un excelente panadero. Sus numerosos clientes son la mejor prueba de su talento. Alfonso, en cambio, presume de ser un experto: afirma que no necesita que nadie le enseñe a hacer pan. Los hechos demuestran lo contrario y, al final, se ve obligado a aceptar que tiene mucho que aprender de su tío. Esto último es, también, otra característica de la verdadera humildad. Nos referimos a la capacidad para aceptar que todos los seres humanos —sin importar nuestra edad, títulos, premios o grados académicos— siempre podemos aprender más. El físico Albert Einstein, uno de los científicos más inteligentes que ha dado la humanidad y también uno de los más modestos, nunca dejó de reconocer lo mucho que ignoraba y cuánto le faltaba por aprender. Concebía al aprendizaje como un placer, no como un deber. “Nunca consideres el estudio como una obligación —decía—, sino como una oportunidad para penetrar en el bello y maravilloso mundo del saber.”
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