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LA DESTRUCCIÓN DE INSTITUCIONES COMUNITARIAS Y EL DETERIORO DE LOS BOSQUES EN LA RESERVA DE LA BIOSFERA MARIPOSA MONARCA, MICHOACÁN, MEXICO


Enviado por   •  10 de Febrero de 2017  •  Documentos de Investigación  •  13.774 Palabras (56 Páginas)  •  307 Visitas

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LA DESTRUCCIÓN DE INSTITUCIONES COMUNITARIAS Y EL DETERIORO DE LOS BOSQUES EN LA RESERVA DE LA BIOSFERA MARIPOSA MONARCA, MICHOACÁN, MEXICO[1].

Leticia Merino Pérez[2] 

1.   Introducción :   El contexto regional y el objetivo del análisis.

La Reserva de la Biosfera Mariposa Monarca, se ubica en el Oriente del estado de  Michoacán, en el eje Neovolcánico, al centro de México.  Es esta una región forestal, donde los bosques mixtos de pino y encino representan el tipo de vegetación mas abundante. Actualmente se trata de bosquetes discontinuos, algunos de los cuáles presentan importantes procesos de deterioro. En las partes mas altas de las sierras existen relictos de bosque de Oyamel (Abies sp.) que constituyen el habitat invernal de la mariposa monarca (Danaus plexippus), especie de lepidópetero que atraviesa dos veces al año el continente norteamericano, desde los Estados Unidos y Canadá hasta México, y en dirección contraria al iniciarse la primavera. La llegada de las monarcas a las comunidades del centro de México ha sido conocida y celebrada desde hace siglos por los habitantes de la región, pero fue a fines de los años 1970 que científicos norteaméricanos ubicaron los sitios de hibernación. A partir de entonces se inició la campaña por la protección oficial de estos sitios, como resultado de la cuál en 1986 se decretó la RBMM en una extensión de 16,000 has, distribuidas en seis santuarios discontínuos[3].  En diciembre de 2000 con los mismos objetivos el área protegida duplicó su extensión.

Las áreas mas conservadas se ubican al norte de la región, donde predominan los ejidos mestizos, el mayor nivel de deterioro forestal se presenta en la zona sur de la reserva, donde se ubican las comunidades mazahuas.  La densidad de población es alta y se presenta junto a fuertes niveles de pobreza.  La migración de hombres y mujeres a la ciudad de México y a las ciudades vecinas de Toluca y Morelia es desde hace tiempo una actividad recurrente. Mas del 80% de las tierras forestales de la región son propiedad de comunidades agrarias y ejidos.

También desde hace décadas en esta región existen fuertes presiones sobre los bosques: el clandestinaje forestal y la conversión de  áreas forestales en parcelas agrícolas, que aún a fines de los 90 se practicaba en algunas comunidades indígenas otomí-mazahas. Históricamente la actividad forestal ha tenido una  importancia fundamental en la región. En 1998 en 80% de los predios forestales se llevaban a cabo extracciones autorizadas de madera. La mayor parte de las industrias forestales de Michoacán, se ubican en la región Oriente, donde la capacidad instalada resulta excesiva. En la mayoría de los casos se trata de pequeñas industrias. En 1998 la capacidad de procesamiento de la industria forestal establecida en la región rebasaba en 300% el volumen autorizado para sus predios[4]. Las necesidades de abasto de estas industrias derivan en una presión constante sobre el bosque.

 

Hasta fines del año 2000 la RBMM ocupaba terrenos correspondientes a 54 ejidos y comunidades indígenas[5].  A raíz de la creación de la reserva estos comunidades han visto afectado en distinta medida, su acceso a los recursos forestales, a pesar de que formalmente mantienen la propiedad de los mismos.   En la RBMM existen dos categorías de terrenos, los de la zona núcleo y los de la zona de amortiguamiento, en cada uno de ellos existen distintas restricciones, que en las tierras de zona núcleo implican la prohibición de cualquier actividad productiva.  Las restricciones de la reserva no son las primeras en la historia de la región, desde los años 1950 allí, como en gran parte del estado de Michoacán se impuso una prolongada veda forestal a la extracción de madera que se prolongó hasta 1973.  La veda tuvo distintas consecuencias, una de las mas significativas fue el desarrollo de una compleja red económico-política organizada en torno a la extracción ilegal de madera, que adquirió un peso tal, que aún a fines de los 1990 el clandestinaje forestal en Michoacán se mantenía en una proporción superior a la de ninguna otra entidad en la república.

Al concluir la veda, en la región Oriente, como en otras zonas forestales del estado se desarrollaron algunas iniciativas de manejo forestal comunitario. Aunque las experiencias exitosas de manejo forestal son escasas en Michoacán[6], en los bosques donde se realizan aprovechamientos forestales con un cierto nivel de control por parte de los dueños, existen mecanismos de protección forestal[7], pero en este estado la mayoría de las iniciativas por crear empresas sociales forestales no han logrado consolidarse.  Aquí como en otras regiones la pérdida de viabilidad de las iniciativas comunitarias de manejo de los bosques ha generado círculos viciosos, muchas veces favorece el cambio de uso del suelo y el clandestinaje forestal, además de deteriorar las condiciones de la convivencia y la organización comunitarias.  

Las extracciones clandestinas han tenido fuertes impactos en la actividad forestal y en las condiciones de los bosques de Michoacán, y en particular en las áreas forestales de la RBMM.  Si bien durante el tiempo de la veda y en las décadas posteriores, el clandestinaje  forestal representaba un fuerte problema, su incidencia se acentuó a partir de 1992, cuando la legislación desrreguló drásticamente la actividad forestal, favoreciendo la multiplicación de las industrias forestales. La tala ilegal es un fenómeno complejo en el que se conjugan distintos factores: la presión de algunas industrias sobre los recursos, las altas “barreras a la entrada” de la actividad forestal legal, que se suman a los escasos incentivos a los productores regulares, la reducida apropiación y control de los aprovechamientos forestales por parte de los dueños de los bosques, la corrupción de algunos prestadores de servicios técnicos forestales y la ineficiencia de las instituciones de gobierno responsables de su combate.

En algunas regiones de Michoacán el abasto clandestino ha pasado a ser la fuente principal de materia prima forestal, tiene capacidad de influir de manera determinante en los  precios, que se mantienen permanentemente deprimidos. De este modo el clandestinaje ha creado situaciones que cada vez se acercan mas al acceso abierto a los recursos forestales, dando pie incluso al uso frecuente de armas entre los distintos actores involucrados en la actividad forestal.

A grandes rasgos este es el contexto regional en que se ha establecido la RB Mariposa Monarca.  Este trabajo busca analizar los impactos que las restricciones impuestas por la reserva, y las acciones de políticas públicas anteriores han tenido en las distintas comunidades allí establecidas.  El análisis abarca centralmente el periodo que va de 1986, cuando se estableció la reserva, a mediados de 2000, antes de la ampliación de la RBMM efectuada en diciembre de 2000. En este texto se retoman los casos de dos comunidades, el ejido de Cerro Prieto y la comunidad de Donaciano Ojeda.  Mediante el análisis comparativo buscamos conocer los distintos impactos diferenciados que la política de  conservación ha tenido en las instituciones comunitarias de regulación del uso de los recursos comunes, en las propias prácticas de manejo de esos recursos y finalmente en el estado de sus bosque en cada una de estas dos comunidades. Como marco de referencia consideramos las condiciones diferenciadas que las políticas agrarias, agropecuarias y forestales crearon en uno y otro casos.

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