La Educcion Como Necesidad De La Vida

La educación como necesidad de la vida.

La diferencia más notable existente

entre los seres vivos y los inanimados es

que los primeros se conservan por renovación.

John Dewey. (1995).

La vida es un proceso de auto renovación mediante la acción sobre el medio ambiente; la continuidad de la vida significa una readaptación continua del ambiente a las necesidades de los organismos vivos, nosotros empleamos la palabra “vida” para designar toda la extensión de la experiencia , tanto racial como individual; la vida abarca costumbres , instituciones, creencias, victorias y derrotas, ocios y ocupaciones, así como la educación, en su sentido más amplio, es el medio de la continuidad de la vida.

La sociedad existe mediante un proceso de transmisión tanto como por la vida biológica, esta transmisión se realiza por medio de la comunicación, hábitos de hacer, pensar y sentir de los más viejos a los más jóvenes. Las escuelas son, en efecto, un método importante de la transmisión que forma las disposiciones de los seres inmaduros: pero son solo un medio y, comparado con otros factores, un medio relativamente superficial.

La capacidad para participar eficazmente en las actividades adultas depende así de un adiestramiento previo, se organizan instituciones intencionadas: las escuelas, material exprofeso, los estudios; sin tal educación sistemática no es posible transmitir todos los recursos y adquisiciones de una sociedad compleja; a medida que la enseñanza y el aprendizaje ganan en extensión existe el peligro de crear una separación indeseable entre la experiencia obtenida indirectamente y la que se adquiere en la escuela.

“La educación como función social” es un proceso de estimulación de nutrición y de cultivo. Etimológicamente la palabra “educación” significa justamente un proceso de dirigir o encauzar, la importancia del lenguaje para la adquisición de conocimiento es indudablemente la principal causa de la idea común de que el conocimiento puede transmitirse directamente de unos a otros, puesto que el lenguaje tiende a convertirse en el instrumento principal del aprender sobre muchas cosas, los hábitos del lenguaje, los modos de hablar, la masa del vocabulario, se forman en el intercambio ordinario de la vida y se desarrollan como una necesidad social; las buenas maneras, proceden, como se dice, de la buena crianza; la formación educativa de las disposiciones se hace más profunda y más íntima, sin intención consiente.

El descubrimiento de las conexiones detalladas de nuestras actividades con lo que ocurre como consecuencia hace explicito el pensamiento implicado en la experiencia de ensayo y error; aun cuando todo pensar acaba en conocimiento, el valor de este está subordinado

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