Las Montañas Hablaron

Una noche, Padre estaba a punto de acostar a sus hijos, Abdulá y Pari, pero ellos querían que su padre les contara un cuento, él accedió. Entonces comenzó contándoles sobre una aldea llamada Maidan Sabz, donde vivía una familia numerosa en el que Baba Ayub era el padre, y tenía que mantener a sus parentescos trabajando todo el día la tierra. Pero él no era el único que hacía eso, ya que Maidan Sabz era una aldea muy pobre, una aldea desolada, llanuras polvorientas, y eso no tenía nada que ver con su nombre “Prado verde”. Pero Baba Ayub se consideraba afortunado por tener una familia que lo quería mucho. Amaba a su mujer, y a sus cinco hijos, los cuales eran todos obedientes. Baba Ayub les había enseñado muchos valores. Pero había uno que adoraba en especial, Qais, el más pequeño, de tres años. Pero los días de felicidad de Baba Ayub llegaron a su fin; Un día llego el Div a Maidan Sabz, y toda la gente del pueblo se resguardaba en sus casas, escuchando los estremecedores pasos del Div, un demonio que se comía a todo aquel que osase mirarle. Todos sabían quién era él, Si el Div se detenía en una puerta de cualquier casa, sabían tenían que entregarle a un niño, para meterlo en un saco y llevárselo. Si la familia se negaba, se llevaba a todos sus hijos. Y como era de esperarse, el Div tocó a la puerta de la casa de Baba Ayub, y la angustia tocó su corazón. Tenían que entregar a uno, de lo contrario, se llevaría a todos, y lo mejor era que solo a uno. Así que con algunas protestas, decidieron echarlo al azar, metieron 5 piedras con el nombre de cada uno de los niños y las metieron en una bolsa. Baba Ayub se derrumbó cuando sacó la piedra con el nombre de Qais, y lo tuvieron que entregar.

En la aldea reinó el silencio después de eso, e incluso llegaron a pensar que Baba Ayub se volvió loco tras la pérdida de su hijo más querido, pues no comía, salía por las noches a pensar, a penas y pronunciaba una palabra, y lloraba a mares. Pasaron los años, y una noche, Baba Ayub decidió dejar a su familia e ir en busca del Div para retarlo de matarlo, así que se puso en marcha hacia las montañas donde se encontraba el Div, pero nadie se atrevía a ir en busca de él, pues sabían que era el camino a la muerte segura. Sin embargo, todo débil y sofocado, Baba Ayub llegó a la fortaleza del Div, y él lo recibió con gusto. Baba Ayub no quería nada más que matarlo, pero el Div le estuvo haciendo una serie de preguntas, hasta que le dijo que lo siguiera, entonces el Div abrió una cortina, y allí estaban, todos los niños junto con Qais, que el Div había secuetrado, ahora se encontraban en un edén. Entonces Baba Ayub trató de romper el cristal y llamar a su hijo, pero no podía romperlo y su hijo no podía escucharle. Entonces el Div volvió a correr la cortina, le dijo que esa era su recompensa por pasar la prueba, una prueba de amor. Le advirtió que si no le hubiera dado a un hijo, todos

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