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MALTRATO EN CONTRA DE LA MUJER EN EL ESTADO ZULIA..

lsofiag22Tesis13 de Marzo de 2017

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República Bolivariana de Venezuela

Ministerio del Poder Popular para la Educación Universitaria

Universidad Rafael Belloso Chacín (URBE)

Facultad de Ciencias Políticas y Jurídicas

Cátedra: Metodología de la Investigación

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 MALTRATO  EN CONTRA DE LA MUJER EN EL ESTADO ZULIA

Realizado por:

Atencio, Lixibeth

Gutiérrez, Liana

Ocando R, Valeria S

Rodríguez, Wanda

Maracaibo, noviembre de 2014.

CAPITULO I

EL PROBLEMA

1.- Planteamiento del Problema

     La violencia en los actuales momentos se ha transformado en un hecho de gran trascendencia, originando una desestructuración en la familia en general, por lo cual genera cambios constantes de valores. La violencia familiar se ha incrementado en la actualidad influyendo ésta en valores de tipo familiar, y generando una crisis en diversos ámbitos como el psicológico, social, económico, político, cultural, y jurídico entre otros, por lo que dicha violencia repercute en diversas áreas del ser humano. Por consiguiente, ésta genera una bidireccionalidad entre algunos miembros de la familia, observándose maltrato entre ambas partes, donde el símbolo agresivo se lo otorga al hombre, mientras que la mujer por ser más débil socialmente se etiqueta como sumisa.

     Desde esta perspectiva Bosch y Col (2005:04) infieren que a lo largo de la historia se han realizado diversas investigaciones sobre la violencia familiar, donde el factor primordial para el análisis son los patrones de interacción y comunicación de las parejas, argumentando así que el abuso y el maltrato es un aprendizaje, el cual es transmitido de generación en generación, en el que el individuo por omisión o por enfatizarse en el tema puede generar cierto grado de violencia.

     Es importante destacar que los patrones de violencia se originan en el entorno familiar, por lo que el descrédito a las otras muchas veces tiene gran influencia en las  actitudes generadas, siendo esta actitud socialmente permitida en el hombre. Las causas que generan las conductas violentas son múltiples, concibiendo diversas maneras de afrontarla, en la que muchas veces la violencia es generada por ambos, enfatizando mayormente las consecuencias en la mujer, aportando estas diversas conductas que perjudican la integridad emocional del individuo que la padece.

     Las conductas producto del maltrato de la mujer, pueden atravesar diferentes facetas en las cuales se observan depresiones, aislamiento del medio ambiente, complejos de inferioridad, agresividad, sumisión que se convierte en un patrón de conducta que puede pasar de una generación a otra, Por otro lado, existen otras personas que con el mismo padecimiento reaccionan ante las adversidades de forma positiva, afrontando los problemas surgidos a nivel familiar de manera creativa y observando las adversidades como una experiencia de aprendizaje.

     Es imprescindible destacar que es la familia la principal generadora de los patrones desarrollados en el ser humano, por lo cual Patró (2005:12) señala que es ahí donde se concibe una diferencia del hombre hacia la mujer, asignándole distintos roles a ambos sexos, estableciendo así la mujer un rol de ambivalencia en la familia, por una parte de ama de casa, de madre, esposa, hija, sobrina, enseñada esta desde sus comienzos con patrones culturales arraigados desde la antigüedad, como el de ser una buena esposa y aprender todo lo relacionado con el hogar, por otra lado el de profesional, así mismo en el hombre se inserta la concepción de dominio hacia la mujer, ejerciendo derechos de padre, esposo, hijo, trayendo consigo patrones violentos desde el inicio de la relación.

     Así mismo, es importante señalar que el ser humano desde inicios de la sociedad ha establecido roles específicos, donde el hombre tiene la autoridad sobre todo el núcleo familiar, otorgándole a este el poder para decidir sobre todos los asuntos que conciernen a la familia, en el cual dicho poder puede ser ejercido libremente, creando este el fenómeno de la violencia hacia los distintos miembros del núcleo familiar, de forma esporádica, sutil, indirectamente o directamente, por su parte la mujer ejerce el rol de madre, donde su función es justificar siempre la conducta de todos los miembros del núcleo familiar.

     Sin embargo, las manifestaciones del maltrato de la mujer,  no solamente se enfatizan en el área de la fuerza física, sino que muchas investigaciones han arrojado que un gran porcentaje de familias víctimas de agresión, padecen de violencia psicológica o emocional, creando distintas formas de reaccionar ante estas agresiones, donde numerosas veces quien la ejerce busca la venganza o el dominio creando esta desesperación en el individuo.

     Por lo tanto, es importante señalar que la violencia afecta a todo el ámbito familiar, generando diversas conductas entre los miembros de la familia y creando distintos patrones, entre los que se encuentra la sumisión y agresividad, enfatizándose estos en todo el núcleo familiar. Es imprescindible destacar que la violencia se inicia al comienzo del noviazgo y al principio del matrimonio, generando un escenario que se extienda durante los primeros cinco años de convivencia, por lo que esto puede conllevar a que la víctima reaccione ante esta situación o prologue tanto la circunstancia que muera a raíz de dicha violencia.

      Sin embargo, es la mujer la más vulnerable hacia este fenómeno debido a los patrones generados durante siglos, donde el hombre tiene dominio absoluto de la familia, y es su responsabilidad cualquier acontecimiento que ocurran en el transcurso de la vida, por lo que la sociedad le ha asignado el rol dominante, en el que para poder ejercer su derecho no importa el medio que se utilice para lograrlo.

     En consecuencia, es necesario destacar que las víctimas de  maltrato de la mujer zuliana,  pueden generar diversas maneras de afrontar dicha violencia entre las que se encuentran las conductas de tipo agresivas,  produciendo el síndrome del estrés pos-traumático, donde el individuo a pesar de los acontecimientos a lo largo de su vida, tienden a superarlo y volver a su estado original.

     De igual manera, las víctimas generan muchas veces actitudes sumisas adaptándose al entorno positivamente a pesar de haber vivido una etapa violenta en sus vidas, concibiendo esta, las situaciones vividas como una circunstancia que tiene reparo y por lo tanto visualizando una salida al problema, por lo que existen mujeres víctimas de maltrato, que se insertan en el campo académico buscando brindar algún tipo de ayuda a otras mujeres que padecen el mismo fenómeno. Por lo que, algunas personas tanto en la vivencia de violencia como en su ruptura muestran una actitud de superación donde no solamente se observan progresos en el ámbito económico, sino también en el social, cultural, político, y familiar.

     Así mismo, Gómez (2004, p 23) destaca que en diversos países de América Latina no existen políticas a nivel legal que generen la ayuda no solamente a la víctima de violencia, sino también al victimario, concibiendo solamente a la violencia física, psicológica y sexual.

     En Venezuela, con la promulgación de la Ley Orgánica sobre el Derecho de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia (2007), se tipifican diversas definiciones de violencia y se apertura la ayuda desde la concepción misma del maltrato de la mujer, tomando en cuenta el ciclo de violencia vivido por la víctima y generando mecanismos donde no sea la víctima la única denunciante del hecho sino que puedan denunciar cualquier miembro de la familia.

     Por consiguiente, es imprescindible señalar que a pesar de la magnitud de beneficios que proporciona la Ley Orgánica Sobre el Derecho de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia, en la actualidad el Estado Venezolano, no tiene cifras exactas de los casos relacionados con maltrato de la mujer  a nivel familiar, debido a la cifra oculta que se observa tanto en los casos de violencia hacia la mujer como al hombre, por lo que las personas no se arriesgan a denunciar por la manipulación de la cual muchas veces son víctimas por el victimario.

     A pesar de esto, Molina (2010:01) indica que en Venezuela, los casos registrados de violencia física, psicológica, sexual, se han expandido recibiendo una cantidad de 101.705 en todo el país, siendo estas cifras alarmantes en cuanto a la violencia contra la mujer, agregándose a estas la cifra oculta que es incalculable, esta debido al círculo de miedo que sufren las víctimas.

     Así mismo, el maltrato hacia la mujer va dirigida en diversas oportunidades hacia su autoestima, vulnerando muchas veces esta área el agresor, por lo que se han hecho distintas investigaciones sobre la relación de la religión, el cual es una de las fuentes principales que genera actitudes positivas ante la vida, encontrándose una relación directa en el cambio de actitud, trayendo consigo dos vertientes la primera el individuo enfrenta la situación de una manera donde recibe un aprendizaje de la experiencia negativa tratando de no volver a pasar por ella, y el sujeto sin importar los acontecimientos en su relación de pareja trata de salir adelante.

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