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mariests9 de Septiembre de 2013
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Formas de organización política
Las formas de organización política son las distintas formas que puede elegir una colectividad para la gestión de sus asuntos públicos. Atañen, por tanto, a las instituciones de orden público, las que a pesar de su estructura clasista, económica, racial, religiosa, están erigidas sobre todo para el control político de la colectividad y para la obtención de sus fines. En el contexto público el poder se ejerce, en primer lugar, a través de un gobierno.
Max Weber establece una sistematización interesante de los diversos tipos de gobierno y organización política correlativa. Son los “tipos puros de la autoridad legítima”:
Gobiernos de autoridad carismática; se basan en la devoción a la santidad, heroísmo o carácter ejemplar, específicos y excepcionales de una persona individual, y en el patrón normativo u orden político por ella revelado u ordenado. La autoridad carismática es relativamente efímera, presentando posteriormente rasgos de rutinización.
Gobiernos de autoridad tradicional; se basan en una creencia establecida sobre la santidad de ciertas instituciones inmemoriales y en la legitimidad del status de quienes las representan. La estructura política se justifica según leyes y costumbres hereditarias.
Gobiernos de autoridad legal-racional; se basan en la creencia en la legalidad de sistemas de normas políticas explícitas y en el derecho de unos individuos dotados de autoridad de dar órdenes dentro de los límites marcados por la ley. Obedecen a la idea de que la ley es la expresión de la soberanía popular; a su vez, ésta es considerada como la única fuente de legitimidad. Es un sistema de garantías, que pide la participación de los ciudadanos en la creación de la ley y en la vida política.
Los anteriores son tres tipos ideales de gobierno que en ningún lugar se encuentran en estado puro. Tal es el caso, por ejemplo, de las monarquías parlamentarias, en las que un gobierno legal-racional convive con otro de tipo tradicional.
Conviviendo con esta clasificación, puede presentarse también la propuesta por Eysenck, que conjuga dos ejes: el de izquierda-derecha y el de duro-blando (basado éste último en la distinción de W. James entre temperamentos “blandos” y temperamentos “duros”). Puede clasificarse así, por tanto, tanto la “forma” del Estado y el Gobierno como su “materia” ideológica. Esta clasificación es aplicable a partidos, gobiernos y hombres políticos.
Finalmente, podemos clasificar las formas de organización política en dos grandes clases: absolutistas y no absolutistas, dependiendo del reparto de poder y el nivel de participación ciudadana en cada una de ellas
Las formas de gobierno absolutistas son aquellas en las que existe un control monopolístico absoluto del aparato político por parte del gobierno. Hay tres tipos fundamentales de gobiernos absolutistas:
Las tiranías, o monarquías de autoridad tradicional en las que el déspota ha traspasado los límites discrecionales que le concedía la tradición. La monarquía estamental es de este tipo. Gobierno de uno solo, a quien se le atribuye algún tipo de cualidad especial que le confiere el poder político. Durante a Edad Media, significó la unificación de los distintos estamentos de poder, para propiciar un poder concentrado y centralizado, que será el que luego reclame “el pueblo”.
Las dictaduras, más típicas del estado moderno, consisten en un control absoluto del Estado por un grupo o coalición de grupos, sin admisión de oposición política. La ideología, aunque importante, es secundaria. Históricamente ligada, a lo largo del siglo XX, al fascismo, régimen basado en la desigualdad inherente a los seres humanos, y los valores de la familia, a raza, la guerra
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