Realidad local y regional

REALIDAD LOCAL Y REGIONAL

Según Antenor Orrego, Trujillo era una ciudad que conservaba mucho de la época colonial, de una vida tranquila y rutinaria. Con pocos colegios, tales como el Seminario de San Carlos y San Marcelo para los hombres y el Santa Rosa para las mujeres, por ejemplo. Las actividades culturales eran insignificantes, si querías algo diferente tenías que ir al centro o a la Plaza Mayor para ver a los comerciantes. Circulaban diarios como “La Industria”, pero los periódicos y revistas llegaban de Lima semanalmente en barcos.

Orrego vio a Trujillo como una ciudad atrapada en el pasado, sin poder avanzar.

En las haciendas los trabajadores eran explotados, pero una juventud anarquista, preocupada por el estudio de la realidad peruana, comenzó a organizarse para tener una mejor condición de vida (Jornadas de 8 horas de trabajo, salario justo, etc.).

Tanto el colegio Seminario de San Carlos y San Marcelo como la Universidad Nacional de Trujillo jugaron un papel importante en la transformación que comenzó a vivir la ciudad, debido a que en dicho colegio estudiaron los jóvenes que en un futuro llegarían a ser las mentes más brillantes de esa época.

Estos jóvenes conformarían el “Grupo de Trujillo” que, aunque fue criticado por ser obsoleto, contribuyó al alumbramiento de una nueva mentalidad.

Según Orrego, la universidad era el único foco de inquietud cultural en la etapa republicana.

Y así, Trujillo fue dejando su tranquila y rutinaria vida para ser una nueva ciudad con identidad cultural y con una generación alborada de rumbos para un Perú libre, justo y culto.

Marco Alexander Cornejo Barrera

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