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Revoluciones


Enviado por   •  8 de Octubre de 2012  •  7.411 Palabras (30 Páginas)  •  279 Visitas

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Todo el material para el estudio de revoluciones, esta incluido en el compacto producido por el equipo, dedicado a revoluciones. Aquellos que tengan interés en el tema o en ese material, se los piden a sus jefes de trabajos prácticos que tienen el compacto matriz.

Bueno, revolución, es un concepto que tiene varias connotaciones. Constituye, aunque ahora todavía menos que en el pasado reciente, a una expresión que refiere a procesos de transformación de mayor o de menor intensidad. Más de mayor que de menor. Es un concepto de uso corriente en las ciencias sociales, especialmente en la sociología, la ciencia política y la historiografía. Más allá de que, al menos entre nosotros, en las últimas décadas parezca haber desaparecido del horizonte de preocupaciones. Pero en el mundo europeo y norteamericano, el debate sobre las revoluciones, tienen una notable vigencia, y se actualizó de manera notable, a partir del año 1979, cuando la aparición en ingles del libro “Los Estados y las Revoluciones Sociales” genero una reactivación de los debates sobre las revoluciones, que de hecho se soldó con la proximidad del bicentenario de la revolución francesa, en 1789, que generó, un debate intensísimo, sobre la propia revolución francesa, a partir de las provocadoras proposiciones de Francois Furet, un historiador de pasado marxista, más específicamente del partido humanista francés, que dio un viraje en sus posiciones y contra lo que realmente ha establecido hasta ese momento, lanzo la hipótesis de que la revolución francesa ni había sido una revolución burguesa. Y abundó en ese sentido y generó algunas respuestas. Pero eso solo contribuyó a armar el debate sobre las revoluciones. Debate que por otro lado encontró un acicate tradicional en la revolución iraní, también de 1979, la de la ayatollah Komeini. Que planteaba una cuestión diferente, porque mirado desde cierto punto de vista, contrariaba la idea de revoluciones, puesto que esta venía a terminar con un tipo de sociedad, una sociedad de carácter laico, secular, e instaurar en su lugar una sociedad sometida a los preceptos religiosos, con un Estado y autoridades estatales, sujetas también, a las autoridades eclesiásticas de caso islámicas. Mirado desde el punto de vista del lado de la cultura política occidental, este retorno al poder político fundado en religiosos y no seculares, implicaba una marcha atrás, pero mirado desde el punto de vista que explica el concepto de revolución, esta claro que esta indudablemente lo era. De la misma manera va a ocurrir, 10 años después en 1989, cuando el derrumbe del socialismo real, buena parte de los países que habían constituido hasta entonces el llamado bloque soviético, no en todos, pero en alguno de ellos se produjeron procesos de transformación que son también ellos procesos de transformación revolucionarios. Al menos si por revolución se entiende, el pasaje de un tipo de sociedad a otra. De modo que todo esto venía a poner en carácter relevante el carácter teleológico de las revoluciones. Porque hasta entonces había sido común considerar que las revolucione implicaban siempre un paso hacia delante. Para quien tenga una visión determinista, y crea que la historia avanza con una línea progresiva ascendente y entiende que hay sucesiones de paso, mirado desde esa perspectiva, una sociedad que optó por construir un conjunto social, que optaron por construir el socialismo, y reniegan de este proyecto para pasar a construir el capitalismo que había sido parte de su pasado, puede ser mirado como un paso hacia atrás. No obstante si uno se despoja de anteojeras, políticas, ideológicas, y centra su atención en el valor que tienen los conceptos, me parece que la perspectiva camia. Todo esto no hizo mas que aumentar el interés y la intensificación de los debates sobre las teorías revoluciones, en consonancia con lo que algunos llaman además, la cuarta generación de teóricos de la revolución. Por otra parte, hay que tener en cuenta que las revoluciones, están asociadas a grandes momentos de transformación en la historia del último siglo a partir de las revoluciones inglesas del último siglo XVII, 1648, 1688, la gloriosa revolución. E intensificada con la revolución francesa, algunos incluyen también en este plano la revolución que generó la independencia de las colonias inglesas en América del norte y luego estará la sucesión de la oleada revolucionaria de 1848-1880, terminadas casi todas en el fracaso, y habrá que esperar hasta 1917 con la revolución rusa o la revolución china, en 1949, antes la revolución mexicana en 1911, la revolución boliviana en 1952, la cubana en 1959, más la revolución argelina en 1962, la revolución de Vietnam, conjunto de momentos fundamentales para la historia, no solo de esas sociedades sino un impacto para la historia universal. En verdad, las revoluciones que son dignas de ser consideradas tales no son demasiadas, digamos que de todos estos casos, lo que quedaba claro es que las revoluciones son parte de nuestras sociedades y en términos teóricos asociadas al estudio de los procesos de cambio social, constituyen la “cumbre” del cambio social. Que sean la cumbre del cambio social, significa que no hay nada por encima de las revoluciones en materia de intensidad o profundidad del cambio social. Para Marx, las revoluciones eran la locomotora de la historia, les asignaba un papel fundamental, y en el s. XIX, la metáfora del ferrocarril da cuenta del traccionar de procesos sociales de diferente naturaleza. En el campo de la historiografía donde la renuencia a conceptuar es bastante notoria, las reflexiones de índole teórica sobre las revoluciones son escasas o son, en todo caso, menores que las que ocurren en el campo de la sociología donde estas han tenido siempre un carácter relevante, y en particular, dentro de la sociología, dentro de la sociología histórica se a constituido como eje u objeto central los procesos de cambio y en particular los procesos revolucionarios. Y en este sentido, quizás la sociología histórica pudo asumir la consideración de las revoluciones. Algo común entre los autores es tomar diferentes variables, por un lado abrevar en la tradición Durkheimiana y Weberiana de la sociología, al mismo tiempo, en algunos casos, abrevar en el Marxismo, y finalmente una preocupación muy singular por tratar de encontrar una fundamentación empírica a conceptos y teorías y al mismo tiempo poder explicar, aplicarle justamente a conceptos y teorías ese relevamiento empírico realizado. Estas tres vertientes han contribuido de manera importante a la literatura más reciente, cuando digo más reciente quiero decir los últimos treinta cuarenta años.

Ustedes saben que los conceptos, las categorías analíticas, sirven para entender quejosas comprende ese concepto. Por ejemplo si esta constituido por una serie de elementos

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