Al Capone

labrar su leyenda. Inmortalizado por el cine y la televisión, este criminal fue un producto genuino de los turbulentos años veinte, cuando la Ley seca convirtió el contrabando de licor en una espléndida fuente de ganancias, que sirvieron para cimentar el moderno crimen organizado en Estados Unidos.

Capone nunca olvidó sus primeros y dolorosos años de vida en Nápoles, Italia, donde nació el 17 de enero de 1899 y de donde emigró a Nueva York junto con su familia con la esperanza de cambiar de suerte, actitud muy propia de todo inmigrante europeo pobre de finales del siglo XIX y principios del XX. Y aunque tenía cinco años de edad cuando arribó a Estados Unidos, la pobreza en que también le tocó vivir le fue delineando un plan de vida en el que el dinero mal habido era prioridad para adquirir poder.

Al Capone abandona los estudios de quinto grado en la escuela a la edad de catorce años, para después irse a trabajar a diferentes lugares como una tienda de caramelos como dependiente.

Durante esa temporada, Capone conocería al gángster Johnny Torrio, y el joven sería influenciado por él hasta tal punto, que Torrio llegó a convertirse en su mentor. Johnny Torrio introdujo al joven Capone en diferentes bandas juveniles de ladrones como "The Junior Forty Thieves", "Five Points Junior" o los famosos "Five Points Gang", la banda juvenil más peligrosa de aquellos tiempos. Aquí comenzaría la carrera criminal de Capone.

Poco tiempo después, se convertiría en guardaespaldas del mafioso.

Frankie Yale

Encomendaba a Capone tareas como las de extorsionar a los diferentes propietarios de negocios para que le cedieran una parte de sus ganancias.

Una noche, Capone se emborrachó en un club, e insultaría a una de las chicas que trabajaban allí, provocando así una pelea entre Capone y el hermano de la chica, Frank Gallucio. Este sacó una navaja y con ella le rajaría tres veces la cara a Capone. De ahí nació su famoso apodo de "Cara Cortada"

El 30 de diciembre del año 1918, Capone se casó con Mae Josephine Coughlin, una mujer irlandesa, y tuvieron un hijo ese año, Albert Francis Capone.

Luego de una dedicación al mundo de la mafia en niveles que no parecerían propios de un tipo como Al Capone, como trabajar de guardaespaldas para otro mafioso su poder se vio materializado a la muerte de Torrio, quien de algún modo le heredó el reino de la mafia. Eran los años de la prohibición de la venta y consumo de alcohol, establecida entre 1919 y 1933, actividad que Capone halló en extremo lucrativa y de la que obtuvo, por clandestina, millonarias ganancias no reportadas al fisco.

18 guardaespaldas cuidaban de su seguridad personal. Ello, junto con las decenas de pistoleros a sueldo que veían en las órdenes de Capone.

Era, en efecto, una vida dispendiosa que contrastaba con las precariedades de su niñez y su primera juventud. Pero la fama y el poder del viejo Capone, corruptor de autoridades y ejecutor de enemigos dentro y fuera de la ley.

De hecho, es memorable, por la Masacre de San Valentín, llevada a cabo por los hombres de Capone el 14 de febrero de 1929, un año también difícil para la economía del país, que entró en un devastador periodo de recesión. Vestidos de policía, los pistoleros contratados por Capone acorralaron en un garage a quienes le disputaban el control de la venta de licor y los masacraron.

Sólo encontró obstáculos a sus actividades en la tarea que realizaba un joven agente llamado Eliot Ness, de la Oficina de Prohibición de Chicago, del Departamento de Justicia. A cargo del grupo de agentes popularmente denominado Los Intocables, Ness persiguió a Capone a sol y a sombra hasta la caída en la cárcel.

La suerte

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