Antonio Di Benedetto (1922-1986)

Antonio Di Benedetto (1922-1986)

Escritor y periodista. Mendoza-Buenos Aires-Madrid.

A los diez años muere su padre (dudas sobre suicidio).

Primera experiencia con la tinta… Visita de niño una imprenta, ya con apetito de escribir.

Sus primeros artículos versan sobre cine en la revista La Semana, de Mendoza.

1941, ingresa al diario La Libertad (…). “Aprendí a trabajar en todas las secciones menos en deportes por los que no siento ninguna simpatía”.

Crece en los medios gráficos hasta llegar a sub-director del diario Los Andes.

1953, su primer libro Mundo animal, con quince cuentos, con influencia kafkiana.

1955, su primera novela EL pentágono, “en forma de cuentos” según Di Benedetto.

Despunta su prosa, de frases cortas, poéticas, lacónicas, un estilo propio “fundado en la exactitud y la economía” (Saer), genera tensiones.

Escritor fundamentalmente existencialista, absurdo (beckettiano).

Al año siguiente, luego de darse un mes de vacaciones, publica Zama. Borges lo invita a dar una conferencia sobre el género fantástico en la Biblioteca Nacional.

Los suicidas (1969) y El silenciero (1965) integran la trilogía junto con Zama.

1976, secuestro y tortura. 1977 liberación (gracias al pedido de los escritores Heinrich Böll, Sábato y Borges, entre otros a Videla), exilio en Madrid.

Cuentos “Absurdos”, cuentos bajo la forma de sueños escritos, enviados desde la cárcel a una amiga en Madrid.

1984, regreso, asesor del Instituto Nacional de Cinematografía.

1986, accidente cambiando una lamparita.

Se recomienda como biografía de su vida y estilo: “Ejercicios del pudor”, de Jimena Néspolo.

HOMBRE INVADIDO

Intento de un artista de deshacerse de una rata que ha invadido su casa

“[...] resolví eliminarla porque representaba una invasión, de mi casa y cosas; no me daba tregua ni campo para pensar

Sin embargo, no logra matarla. El azar se interpone y sólo le per­mite sacarla de su casa pero no de su vida de su mente (¿obsesión?). Así lo advierte su novia, Irene, quien “Ardida de vehemencia, [le] querella”:

“¡Tienes ratas en los ojos

DOS

...