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Antonio Josè De Sucre

Beliindaa28 de Abril de 2013

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Antonio José de Sucre nace en Cumaná (Edo. Sucre) el 3 de febrero de 1795 y es asesinado en Berruecos (Colombia) el 4 de junio de 1830

Oficial (general en jefe) del Ejército de Venezuela, Colombia y Ecuador, Gran Mariscal de Ayacucho (Perú). Presidente de Bolivia. Político y estadista. Hijo del teniente Vicente de Sucre y Urbaneja y de María Manuela de Alcalá y Sánchez. Se le considera el militar más completo y cabal de los próceres de nuestra Independencia. Fue un paradigma en el estricto cumplimiento de su deber; era inflexible, duro y justo. Su padre, sus 2 abuelos y 4 bisabuelos y los más de sus tatarabuelos, fueron militares. Perdió su madre a los 7 años. Adolescente fue enviado a Caracas al cuidado de su padrino el arcediano de la catedral, presbítero Antonio Patricio de Alcalá, para iniciar estudios de ingeniería militar en la Escuela de José Mires. En 1809, con su hermano Pedro y otros jóvenes, integró como cadete la compañía de Húsares Nobles de Fernando VII, en Cumaná, unidad organizada por Juan Manuel de Cajigal y Niño, gobernador de la provincia de Cumaná.

En 1810, la Junta de Gobierno de Cumaná le confiere el empleo de subteniente de milicias regladas de infantería. Este grado fue ratificado por la Junta Suprema de Caracas el 6 de agosto de ese mismo año. En 1811 desempeña en Margarita el cargo de comandante de ingenieros. El 31 de julio de ese año recibió el despacho de teniente. En 1812 se halla en Barcelona, en calidad de comandante de la artillería. Allí, el 3 de julio del citado año, junto con otros ciudadanos notables, firmó el acta de la junta de guerra que se reunió aquel día para resolver lo conducente a la seguridad de la República, a raíz de los acontecimientos en Caracas (ofensiva de Domingo de Monteverde) y la ocupación de Cúpira por un grupo de partidarios de Fernando VII.

Tras la capitulación del general Francisco de Miranda regresó a Cumaná, donde el nuevo gobernador realista Emeterio Ureña le extendió pasaporte para que se trasladase a Trinidad; pero no consta que hiciera uso de dicho documento. En 1813, bajo las órdenes del general Santiago Mariño, integra el grupo de republicanos conocido como los "libertadores de oriente" y participa en las operaciones para la liberación de aquella parte de Venezuela.

Como edecán del general Mariño, en 1814, asiste a la conjunción de las fuerzas de oriente con las de occidente en los valles de Aragua. Ese año, su hermano Pedro fue fusilado en La Victoria por los realistas; y víctimas de José Tomás Boves mueren en Cumaná sus hermanos Vicente y Magdalena. No menos de 14 parientes inmediatos perecerán en la Guerra de Independencia. En 1815, tras combatir bajo las órdenes del general José Francisco Bermúdez en Maturín, pasa a Margarita y escapando del general Pablo Morillo, sigue a las Antillas y Cartagena. En esta plaza, con Lino de Pombo de jefe inmediato, dirige los trabajos de fortificación para la defensa de la ciudad contra el asedio realista. En diciembre está en Haití. Cuando regresaba después a Venezuela naufraga en el golfo de Paria. En 1816, Mariño lo nombra jefe de su Estado Mayor y lo asciende a coronel. Este mismo jefe lo designa en 1817 comandante de la provincia de Cumaná. Ese año, después del Congreso de Cariaco (8 mayo) desconoce la actuación de dicho cuerpo y autoridad de Mariño y se traslada a Guayana, donde se pone bajo las órdenes de Simón Bolívar. El 17 de septiembre de ese mismo año recibió de Bolívar la designación de gobernador de la Antigua Guayana y comandante general del Bajo Orinoco; y también el encargo de organizar un batallón con el nombre Orinoco.

Empezaba su carrera de gobierno en la cual desempeñaría todos los cargos de la Administración civil hasta presidente de la República en Bolivia. El 7 de octubre del mismo año (1817) recibió el nombramiento de jefe de Estado Mayor de la división de la provincia de Cumaná, bajo las órdenes del general Bermúdez, nombrado comandante de la citada gran unidad. Estos nombramientos tenían, además la finalidad de reducir la disidencia que reinaba en Cumaná. "El general Bermúdez y Vd. van a hacer cosas grandes en Cumaná y quizás algún día serán llamados los salvadores de su país", dijo Bolívar a Sucre en aquella ocasión. En agosto de 1819 fue ascendido a general de brigada por el vicepresidente de Venezuela, Francisco Antonio Zea; grado que será ratificado por Bolívar el 16 de febrero de 1820. Viaja a las Antillas comisionado para adquirir material de guerra; misión que cumple con éxito. Ese mismo año desempeña, interinamente, la cartera de Guerra y Marina y es jefe titular del Estado Mayor General. Fue uno de los comisionados para concertar los Tratados de Trujillo (Armisticio y Regularización de la Guerra) que en noviembre de 1820 suscribieron los generales Bolívar y Pablo Morillo. Era su primera empresa diplomática, inicio de otra carrera en la cual también descuella con su brillo habitual. De este instrumento regularizador de la contienda, el cual representa un notable hito en el derecho internacional, dirá Bolívar que fue "...el más bello monumento a la piedad aplicada a la guerra"

El 11 de enero de 1821, en Bogotá, fue nombrado por Bolívar comandante del Ejército del Sur, en reemplazo del general Manuel Valdés; era la fuerza que, desde 1820, operaba en Popayán y Pasto. No recibió Sucre el cargo porque razones de Índole estratégica y política hicieron que Bolívar anulase tal designación y le diese comisión para marchar a Guayaquil, donde reemplazaría al general José Mires y asumiría la misión que se le había encomendado: la de hacer que la provincia (la cual se había independizado de los españoles en octubre de 1820) se incorporase a la República de la Gran Colombia y tomar el mando de las tropas que hubiese en Guayaquil, como pasos previos para la liberación de Quito, que era el propósito principal de las operaciones que se ejecutasen. El 6 de abril llegó Sucre a Guayaquil y al presentarse ante la Junta de Gobierno, expuso la razón de su presencia allí y de la idea de una unión de la provincia con Colombia. El 15 del mismo mes fue celebrado un tratado entre Sucre (por Colombia) y José Joaquín de Olmedo, Francisco Roca y Rafael Jimena, miembros de la Junta. El tratado estipulaba que Guayaquil mantendría su soberanía, pero bajo la protección de Colombia. En aquella oportunidad Sucre quedó facultado para abrir la campaña contra los realistas, y con tal motivo, Guayaquil le ofreció todos los recursos disponibles. En julio de 1821, el mariscal de campo Melchor Aymerich, a la cabeza de una columna de 1.700 hombres abrió operaciones contra Guayaquil, por Guaranda, Babahoyo y Yaguachi; acción combinada con la ejecutada por el coronel Francisco González con 1.000 hombres, por Cuenca hacia Yaguachi. El 7 de agosto se movió Sucre con unos 1.000 infantes y 200 jinetes, contra la columna de González a quien derrotó el 19 del mismo mes en la batalla de Yaguachi. Sucre contramarchó para enfrentar a Aymerich; pero éste, rehusando el combate, se retiró a Sabaneta y después a Guaranda, bajo la persecución de una unidad republicana. Sucre aprovecha la victoria de Yaguachi para instar nuevamente a la Junta de Gobierno para que defina la suerte de Guayaquil. El 3 de septiembre, la Junta se pronunció en favor de la unión con Colombia; pero no se hizo efectiva debido a la indecisión de Rafael Jimena y a la hostilidad hacia Colombia del coronel Francisco Roca. La situación política de Guayaquil quedó en suspenso. En septiembre del mismo año emprendió Sucre operaciones contra la columna de Aymerich, y en su avance fue derrotado por la columna de Francisco González en Huachi el 12 de septiembre. Sucre se retiró a Guayaquil, donde reconstituyó sus fuerzas y las aumentó con las tropas reclutadas en la provincia y con las que llegaron de Colombia en octubre de ese año. Para diciembre la situación política de Guayaquil se tornó un tanto delicada por la llegada de los generales Francisco Salazar y José de La Mar, procedentes del Perú; el primero como embajador del Perú y el segundo con el propósito de tomar el mando en la provincia y sus fuerzas militares. Ambos agentes desarrollaron actividades en favor de la causa peruana, lo cual activó el espíritu del partido contrario, cuya consecuencia fue la decisión de Porto Viejo, el 16 de diciembre, cuando declaró su incorporación a Colombia, ejemplo seguido por las localidades de Jipijapa y Manabí. La Junta nombró a La Mar gobernador de la provincia y le confió el encargo de someter por la fuerza a los pueblos que se habían pronunciado por Colombia. Intervino Sucre y convenció a unos y a otros de que lo más importante era luchar contra el enemigo común y dejar de lado la contienda partidista para cuando la libertad estuviese consolidada. Inmediatamente Sucre envió como su delegado personal ante las autoridades republicanas de Lima al coronel Tomás de Heres, quien obtuvo el envío de tropas peruanas como ayuda a la empresa de Sucre. Estas tropas, mandadas por el coronel Andrés de Santa Cruz, recibieron el nombre de División Peruana. El éxito diplomático-político de Sucre en Guayaquil, el refuerzo de las tropas de Santa Cruz, la buena opinión que de Colombia se habían formado los guayaquileños y la información de la marcha de las fuerzas de Simón Bolívar hacia Pasto, pusieron a Sucre en condiciones favorables para la prosecución de las operaciones para la liberación de Quito.

Su plan general consideraba una concentración de fuerzas en el área comprendida entre Loja, Saraguro y Oña; en aquella zona debía unírsele la División Peruana. En coordinación con la concentración prevista actuaría una fuerza

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