ClubEnsayos.com - Ensayos de Calidad, Tareas y Monografias
Buscar

BIOGRAFIA DE PLATON


Enviado por   •  24 de Enero de 2014  •  1.824 Palabras (8 Páginas)  •  226 Visitas

Página 1 de 8

PEDAGOGIA DE:

PLATON

Filósofo griego (Atenas, 427 - 347 a. C.). Nacido en el seno de una familia aristocrática, abandonó su vocación política por la Filosofía, atraído por Sócrates. Siguió a éste durante veinte años y se enfrentó abiertamente a los sofistas (Protágoras, Gorgias…). Tras la muerte de Sócrates (399 a. C.), se apartó completamente de la política; no obstante, los temas políticos ocuparon siempre un lugar central en su pensamiento, y llegó a concebir un modelo ideal de Estado. Viajó por Oriente y el sur de Italia, donde entró en contacto con los discípulos de Pitágoras; luego pasó algún tiempo prisionero de unos piratas, hasta que fue rescatado y pudo regresar a Atenas.

SU TEORIA SOBRE LA EDUCACION EN EL HOMBRE

Platón comprendió, aún siendo joven, que la educación del hombre, y en especial del gobernante, es el único camino para llegar a conformar una sociedad justa. Sólo quien vive en el diálogo directo con lo inteligible, quien se eleva de lo mudable y sensible a lo inmutable y eterno, posee la mirada profunda que necesita el hombre de Estado para conducir la sociedad real hacia la sociedad ideal. La política debe plasmar en la ciudad terrena el arquetipo que contempla en el mundo ideal, y la educación es el cincel que permite modelar la sociedad ideal en este mundo limitado por el devenir, el cambio y la materia.

La "auténtica filosofía" es, según Platón, la fuente del saber sobre lo que es bueno y justo, tanto en la vida privada como en la pública. En sintonía con esta distinción, el presente artículo aborda las ideas de Platón sobre educación desde dos perspectivas: en la primer parte, centrando la atención sobre el individuo, y en la segunda, destacando la dimensión política del hecho educativo.

La educación del individuo

Suele llamarse "educación" al proceso de transmisión y asimilación de costumbres, normas, técnicas e ideas mediante el cual cada sociedad incorpora a quienes se integran a ella. En los textos de Platón el término educación tiene un significado diferente. Quien transita la verdadera educación se ve obligado a superar el sentido común, la forma media de ver las cosas, para descubrir lo que hay detrás. La verdadera educación implica la adopción de una óptica "nueva" que se adquiere cuando uno se aleja de lo cotidiano o, mejor aun, cuando comienza a mirar lo cotidiano con ojos diferentes.

Antes de ocuparnos de la concepción platónica de "educación", repasaremos brevemente los conceptos centrales de la antropología del filósofo ateniense, ya que sólo desde ella adquieren sentido sus ideas pedagógicas. Sabiendo qué es el hombre, cuál es su condición y cuál su destino, sabremos cómo se lo debe educar para que alcance su máxima realización.

La educación es entonces el proceso que permite al hombre tomar conciencia de la existencia de otra realidad, más plena, a la que está llamado, de la que procede y hacia la que se dirige. El hombre educado comprende que esta vida no es sino un paso, un eslabón de una cadena de reencarnaciones que deben aprovecharse para dejar lo sensible en pos de lo inteligible, haciendo el mérito necesario para superar esta condición corporal de modo definitivo.

El hombre es burlado sin siquiera saberlo. Vive en el engaño, despreocupado, ignorante. Pero esa situación no es necesariamente definitiva. El hombre posee los medios para escapar de ella: la razón y la educación. Por eso para Platón “la educación es desalienación, la ciencia es liberación y la filosofía es alumbramiento” (Droz 1992).

Este mito es un complemento necesario del "mito de la caverna" para comprender cómo entiende Platón la educación. Desde este último su concepción parece demasiado intelectualista, como si educar fuese sólo formar a la razón para que conocezca la verdad. Desde este nuevo mito se destaca la importancia de las pasiones que, de ser conducidas por la razón, pueden llevar al hombre a vivir según su condición divina, y, de ser indisciplinadas, pueden impedir al hombre su realización. Se percibe así el riesgo de una formación que descuide las pasiones, que las deje crecer, hacerse fuertes y desordenadas. Un acaballo así crecido y mal educado se torna difícil de conducir y, en vez de servir a los fines de la razón, lleva al hombre a perderse en sus caminos caprichosos y carentes de destino.

El hombre debe ser formado en la virtud, en el dominio de sí. Cuando la razón domina y gobierna al hombre, el caballo concupiscible se torna templado, el irascible fuerte, la razón actúa con prudencia y el hombre adquiere en sí mismo el valor de la justicia.

Y la educación consiste precisamente en aprender a remontarse desde este mundo mudable, enclavado entre el ser y el no ser por el devenir, hasta el mundo inmutable en el que el ser se contempla en su plenitud, hasta las ideas eternas.

Dimensión política del hecho educativo

Función política y social de la educación

Así como el individuo sólo llega mediante la educación a ser justo y a vivir una vida moralmente buena, a gobernar las tendencias concupiscible e irascible con la razón, del mismo modo sólo mediante la educación puede formarse una sociedad justa, moralmente buena. Rigiéndose según la justicia, según la idea de bien (idea suprema en la concepción platónica), la sociedad alcanza su máxima posibilidad, tornándose

...

Descargar como (para miembros actualizados)  txt (10.8 Kb)  
Leer 7 páginas más »
Disponible sólo en Clubensayos.com