Biografía Crítica De Sor Juana Inés De La Cruz
Bisho7 de Octubre de 2014
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Sor Juana Inés de la Cruz
Juana Inés María del Carmen Martínez de Zaragoza del Sagrado Corazón de Jesús Gaxiola de Asbaje y Ramírez de Santillana Odonoju. Nació en la hacienda de San Miguel de Nepantla en 1648.
Ha sido una gran exponente en la literatura hispanoamericana, siendo también parte del siglo de oro español, hija natural de la criolla Isabel Martínez de Santillana, nombrada “hija de la iglesia” puesto que su madre desconocía al hombre que pudiera ser su padre.
Sor Juana era considerada niña genio puesto que a los seis años ya sabía leer y escribir, gracias a las clases que tomaba a escondidas impartidas por su hermana, desde temprana edad le decía a su abuela que le gustaría asistir a la universidad en su afán de conseguir conocimiento y de poder seguir leyendo, en éste afán de querer asistir a la universidad Sor Juana se vistió de hombre para poder ingresar al dicho recinto puesto a que sólo era un privilegio de los hombres.
En 1656, a la muerte de su abuelo con quien convivió gran parte de su infancia en una hacienda donde aprendió Nahuatl al escuchar a los esclavos que trabajaban en dicha hacienda (negros y mulatos), su madre envió a Sor Juana a la capital a vivir a la casa de su hermana, María Ramírez, esposa del acaudalado Juan de Mata.
Ahí, Sor Juana estudió latín con el bachiller Martín de Olivas, bastándole sólo unas pocas clases para poder dominar esta lengua, cosa que se demuestra en la maestría de varias de sus obras, sobre todo en los villancicos, que contienen versos latinos. Para esto Sor Juana era bastante perfeccionista, de hecho, como autocastigo durante el poco tiempo que estudio en la universidad, se cortaba el cabello si no lograba comprender o aprender algo y se hacia prometer que aprendería lo que se proponía antes de que le creciera el cabello de vuelta ya que pensaba que una bonita cabellera no tiene razón de ser si están en una cabeza sin ideas.
En 1664 Sor Juana se hizo dama de compañía de la virreina Leonor María Carreto. Al mostrar tanta inteligencia ante el virrey, éste, mando a llamar a los más sabios con el fin de poner a prueba a Sor Juana, lo que enseguida sucedió dejó atónitos a los intelectuales y sabios por la forma de responder de Sor Juana a cada pregunta y/o réplica que estos pudieran hacer.
Su estancia en la capital la llevó a ingresar, entre 1664 y 1665, en la corte del virrey Antonio Sebastián de Toledo, marqués de Mancera, donde se convirtió en la protegida de la virreina, los intelectuales y otras personas. Eventualmente, entre 1690 y 1691 se vio involucrada en una disputa teológica a raíz de una crítica privada que realizó sobre un sermón del muy conocido predicador jesuita Antonio Vieira, que fue publicada por el obispo de Puebla Manuel Fernández de Santa Cruz con el título de “Carta atenagórica”.
En este sermón Antonio Vieira llamó a Sor Juana “Sor Filotea”, y le recomendó que dejara de dedicarse a las “letras humanas” y se dedicara a las divinas, de las cuales, según el obispo de Puebla, sacaría mayor provecho. Esto provocó la reacción de la poetisa a través del escrito “Respuesta a Sor Filotea de la Cruz”, donde hace una encendida defensa de su labor intelectual y en la que reclamaba los derechos de la mujer a la educación con lo que se percataron de la inteligencia de Sor Juana.
Los últimos tres años de su vida son un enigma, hay teorías que hablan de la deformación psíquica de Sor Juana, originada por los desórdenes sociales de 1691 y la aparición del cometa en 1692, otras causas se refieren a la conmoción por haber ganado un premio de excelencia a su bondad y santidad.
En cuanto a su acervo de libros e instrumentos que poseía y lo que ocurrió con ellos existen dos versiones: una dice que Sor Juana se desprende de los libros e instrumentos y los cambia por dinero
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