Biografía De Petro Flavio Sabbatius Justiniano
hellonyaa16 de Mayo de 2012
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Biografía de Petro Flavio Sabbatius Justiniano:
Su nombre completo era Petrus Sabbatius Iustinianus. Nació en el año 482 d. C en Tauresium en la Dardania, hoy confines de la ex -Yugoslavia y Albania. Su nombre original era Petrus Sabbatius pero por adopción de su tío el emperador Justino agregó el de Justiniano.
Su madre Vigilantia era hermana del famoso general Justino que ascendió desde el ejército a la dignidad imperial
Justiniano es nombrado Augusto en abril del 527 y el 2 de agosto del mismo año, por la muerte de su tío Justino es coronado emperador del Imperio. Su reinado va a durar 38 años, del 527 al 565, fecha de su muerte, el 14 de Noviembre en el 548 y en Constantinopla.
En el 522 se casa con Teodora, una ex-actriz; hasta entonces, las actrices resultaban socialmente próximas a las prostitutas, y en el pasado, a Justiniano le habría resultado imposible casarse con ella, pero Justino había aprobado una ley que permitía los matrimonios entre distintas clases sociales, lo que llevaría, ya en el reinado de Justiniano, a una cierta atenuación de las diferencias sociales en la corte bizantina. quien lo acompaña hasta su muerte. La emperatriz Teodora fue un gran apoyo para Justiniano, lo salva en la revolución Nika (victoria) del 532 en que corrió peligro la vida de Justiniano e incluso su cargo de emperador y que fue aplastada por los generales de Justiniano. Colaboró proponiendo varias reformas, sobre todo en el campo de las mujeres, aunque en temas religiosos dio su apoyo a los monofisistas.
Justiniano se propone la restauración del Imperio Romano, logrando la unidad en lo político, en lo religioso y en lo jurídico: un Imperium, una Religio y una Lex, esos fueron sus ideales.
Se rodea de una serie de colaboradores extraordinarios para cumplir su magna obra de restauración: los militares, Belisario y Narsés, en lo jurídico “el excelso” Triboniano, en lo financiero, Juan de Capadocia y en la diplomacia y política exterior, Petrus el Patricio. No debemos olvidarnos de su mujer y corregente Teodora, dotada de un gran sentido de dignidad imperial.
Su reinado puede dividirse en tres períodos:
• Un primer período que abarca desde el 527 al 534. Puede clasificarse como de la restauración jurídica del imperio y del afianzamiento militar de sus fronteras. En este período se realiza la compilación que recibe el nombre de Corpus Iuris Civilis.
• Uno segundo que abarca del 535 al 554. Éste puede clasificarse como el de la restauración territorial del imperio, de la pacificación religiosa y de la puesta al día de importantes instituciones jurídicas públicas y privadas.
• Uno tercero que abarca desde el 554 hasta el fin de su reinado que puede clasificarse como de cierta inercia cuando no decadencia, en todos los campos de la grandiosa tentativa de restauración.
En cuanto a la extensión de las fronteras conduce largas campañas contra los persas. En el 532 asegura la paz eterna mediante el pago de un alto tributo.
Fue el último Emperador que intentó recuperar los territorios que poseyó el Imperio romano en tiempos de Teodosio I, y con este fin, puso en marcha grandes campañas militares. También desarrolló una colosal actividad constructiva emulando la de los grandes emperadores romanos del pasado.
En cuanto a la política religiosa, Justiniano fue un príncipe cristiano, defensor de la ortodoxia y de la iglesia. Llevó adelante la restauración de la comunión de la iglesia bizantina con la iglesia romana y actuó con decisión contra los residuos del paganismo que todavía existían. Trató de conseguir fórmulas de compromiso con los monofisistas y ese fue el origen de la famosa cuestión llamada de los “Tres capítulos”. En el año 543, el emperador promulgó un edicto condenando los escritos de los tres teólogos ya fallecidos, tratando por todos los medios de obtener la confirmación pontificia de su condena. La legislación religiosa es abundante, 90 Constituciones que tienen un triple objeto: dogmático, unidad de la fe y lucha contra las herejías; disciplinario (personas eclesiásticas, bienes eclesiásticos y cosas sacrae); social y político (beneficencia, hospitales, jurisdicción).
Sin embargo hemos de reconocer que su época (Época de Justiniano), tuvo también sus fallos: con un relativo fracaso del proyecto político -la restauración de la unidad del imperio romano,- pues no logró consolidar sus éxitos y en consecuencia sus conquistas resultaron efímeras y en cuanto a la situación religiosa no fue debidamente resuelta y ha recibido la censura de “cesaropapismo”.
Por eso la gran gloria de Justiniano sigue y seguirá siendo por siempre su compilación legislativa del derecho romano en un gran renacimiento clasicista del mismo.
Frente a los eslavos
Los eslavos ocupaban una zona geográfica intermedia entre los conjuntos germánicos y esteparios. Esto, sumado a una variedad de pueblos, hacía que las incursiones fueran habituales en los Balcanes. A pesar de las contundentes victorias anteriores de Germano y Mundo sobre eslavos y búlgaros, estos últimos penetraron profundamente en el espacio griego a comienzos de 540 hasta llegar al istmo de Corintio, en la típica incursión de botín y cautivos que no produjo daños de cuantía ni la pérdida de puntos de importancia. Los eslavos por su parte llegaron hasta Dirraquio. Las expediciones de los cotrigures fueron más contundentes, llegando a cruzar el Danubio helado y llegando sin oposición hasta Mesia y Escitia, desde donde llegaron a Tracia y dividieron sus fuerzas en dos pelotones de saqueo. El mismo Zabergan se presentó en Constantinopla con 7000 jinetes, Belisario tuvo que salir de su retiro para liderar una contraofensiva que conjuró la amenaza.
Política exterior basada en la Recuperatio Imperii
La ideología de la Recuperatio Imperii es una formulación que responde a los sentimientos extendidos entre amplias capas de la población de la Pars Occidentalis (sobre todo entre el elemento senatorial urbano y sectores vinculados con la administración) y en parte del gobierno del Imperio de Oriente, que intelectualmente juega con la continuidad imperial en Occidente; de hecho, el sentimiento de romanitas se encuentra en el siglo VI ampliamente extendido por todo el Imperio y es correspondido por la ideología oficial del gobierno imperial según la cual éste no se hundió en Occidente sino que los bárbaros gobiernan allí en nombre del emperador de Oriente y por parte de la inteligencia de Constantinopla. Estos sentimientos son aprovechados por la administración justiniana para realizar, precisamente, una política en consonancia con ellos (fuese sincera o interesada). Justiniano era el rey de todo, por así llamarlo; era el mayor responsable tanto militar como religioso.
Campañas contra el reino vándalo (533–534)
En mayo de 530, el monarca probizantino Hilderico fue depuesto por su primo Gelimer aduciendo a que su falta de personalidad habían llevado a los vándalos a ser derrotados por las tribus moras. Las protestas de Justiniano de que Hilderico pudiera regresar a Constantinopla no fueron escuchadas, por lo que preparó con cuidado una campaña que debía combinar eficacia militar y sobriedad de costes. Juan de Capadocia, responsable de las finanzas del Imperio y opuesto a la guerra, accedió al final a llevar los gastos de la campaña de una forma rígida. Belisario, el general más brillante de Oriente fue el encargado de llevar las armas.
La decisión de atacar el reino vándalo coincidió con la aparición en éste de una serie de debilidades. La simbiosis entre invasores e invadidos no llegó nunca a consolidarse, lo cual generó hostilidades con los últimos. El miedo a revueltas internas había conducido a la des fortificación de los núcleos urbanos por miedo a que acogieran revueltas. A su vez un general godo que regía Cerdeña en nombre del monarca deCartago pretendió con ayuda militar oriental gobernar de forma independiente, pero fue detenido por Gelimer antes de que dicha ayuda llegara.
La flota oriental abandonó los puertos de Constantinopla a mediados de junio de 533 y vía Sicilia alcanzó las costas africanas al cabo de tres meses. Belisario encontró escasa resistencia, y tras un victorioso encuentro con los vándalos en la batalla de Ad Decimum, ocuparía Cartago dos días después. Gelimer, temeroso de que entronizaran al depuesto rey, ejecutó a Hilderico antes de la caída de Cartago y huyó a los rebordes montañosos. Tres meses después fue nuevamente derrotado en la batalla de Tricamerón y se refugió en las montañas de Tunicia, intentando escapar a España. Finalmente optó por entregarse a finales de marzo de 534. Belisario lo condujo hasta Constantinopla, donde el general fue recibido con grandes honores, reservados al emperador. La provincia fue anexionada al Imperio, a pesar que las tribus periféricas supusieron un peligro durante más de una década.
Campañas contra el reino visigodo (552)
A finales de 552 Justiniano podía considerar la campaña itálica como finalizada, accediendo ese mismo año a la petición de ayuda formulada en el 551 por el rebelde visigodo Atanagildo a cambio de una franja costera desde Valencia a Cádiz. La colaboración oriental fue decisiva para decantar la guerra civil en el reino peninsular hispano a favor de aquel candidato frente a Agila. Pero la compensación territorial nunca fue plataforma para la conquista de la antigua Hispania, de hecho, las zonas concedidas en 552 comenzaron a menguar en las décadas siguientes, especialmente durante el reino de Leovigildo, hasta su evaporación en el 624, en que los bizantinos fueron definitivamente expulsados por el rey
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