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El absolutismo monárquico


Enviado por   •  22 de Mayo de 2014  •  727 Palabras (3 Páginas)  •  178 Visitas

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El absolutismo monárquico

La corriente favorable al absolutismo monárquico es más facil de seguir, a pesar de la diversidad de sus aspectos. Se trata, en primer lugar, de la aceptación tradicional y, por así decirlo, natural de la autoridad existente, de la obediencia enseñada desde hace siglos por la Iglesia; numerosos autores laicos y eclesiásticos repiten incansablemente la necesidad de esa aceptación, ocupando este tema un lugar predominante en la literatura política inglesa de la primera mitad del siglo XVI.

Francia gozó después de la guerra de los Cien Años de una mayor estabilidad política. La monarquía tenía un prestigio casi místico, el del rey taumaturgo, ungido de la Sainte Ampoule y que cura las escrófulas. Sobre este fondo de creencias populares, algunos panegiristas bordan, en provecho de grupos sociales más restringidos, variaciones de alcance principalmente literario: simbología de las flores de lis, leyenda troyana destinada a exaltar la línea real y que será más tarde ilustrada laboriosamente por la Francia de Ronsard. Cabe considerarlas como una trasposición, en otros registros, del pensamiento de los doctores y licenciados in utroque iure que pulen a placer definiciones y comentarios sobre el poder real, sin gran originalidad por lo demás, ya que todos beben en las mismas fuentes clásicas del derecho romano (cuyas sentencias la Edad Media no había ignorado), incluso cuando concuerdan poco con la realidad política del momento. El rey es emperador en su reino; aunque esta frase también se utiliza en Inglaterra, en Francia, donde la tradición de los legistas posee mucho vigor, se la acompaña con desarrollo de mayor profundidad.

Factores decisivos

Los inicios de la Edad Moderna coinciden con la creciente consolidación de los Estados nacionales. La poliarquía medieval resulta paulatinamente reemplazada por comunidades centralizadas en las que los intereses nacionales prevalecen sobre las particularidades locales.

El Rey ya no es un primus inter pares. Se presenta ahora como cabeza de un estado nacional con límites territoriales cada vez más precisos. Surge la noción jurídica de "frontera", desaparecen los llamados "espacios vacios" y comienza a desarrollarse una verdadera cartografía terrestre.

Las casas reinantes comienzan a requerir un número creciente de colaboradores que integran las primeras burocracias estatales. En el siglo XV los estados italianos crean, con carácter estable, la diplomacia. A partir del siglo XVI las monarquías europeas establecen embajadas estables que frecuentemente son asignadas a la alta nobleza.

Este proceso de centralización se cumple bajo el signo del absolutismo. El desconocimiento de la autoridad religiosa del sucesor de Pedro, el Romano Pontífice, mueve a reyes y príncipes a asumir atribuciones religiosas. Los límites

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