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Frida Kahlo


Enviado por   •  26 de Noviembre de 2013  •  1.473 Palabras (6 Páginas)  •  207 Visitas

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Frida Kahlo

Con la maestría de su fina pincelada, Frida dejó plasmado en docenas de autorretratos sus unidas cejas negras y su escaso bigote. Esta misma Frida fue la que se quitó de un tirón tres años de edad, sosteniendo que había nacido en 1910 en Coyoacán, México, en vez de su fecha original 1907. ¿Capricho vanidoso? Probablemente, no. Aunque Frida fue casi siempre su única modelo, su intención iba más allá de querer preservar la belleza de su juventud, ello estuvo más relacionado con su necesidad de identificarse con México, su tierra amada. El hecho en el cambio de su fecha de nacimiento tiene relación con el año del comienzo de la Revolución mexicana (1910) y el retiro del poder del presidente Porfirio Díaz.

Si esta mentira tan obvia nos resulta necia e incongruente, incomprensible en contraste a su desenvuelto candor, ello sólo proyecta, por un momento, la yuxtaposición de imágenes que encontramos en sus pinturas. Frida nunca se detuvo ante los hechos tangibles para llegar y expresar su propia verdad; en el caso de su fecha de nacimiento, la gran verdad en este caso es que, el destino de ella y el de México moderno, estarían intrincablemente conectados en un proceso de revolución y renacimiento.

Para comprender la naturaleza de esta artista y sus pinturas es necesario poner a un lado todo tipo de convencionalismos, incluso las fechas, como pudiera ser el caso. Asimismo, y mucho más paradójico aún, esta comprensión requiere de que nos ubiquemos en el contexto de la Historia en que sucede la vida de la artista. Frida misma, siendo una artista revolucionaria, le toca nacer en el medio del caos político que vivía su país el cual, pasaba por un proceso de sangriento renacer. Esa imagen, de acuerdo con Frida, es mucho más verdadera que el hecho en sí mismo, sería trivial no estar de acuerdo.

Ya sea que estuviera en París, New York o Coyoacán, Frida siempre vistió con el elaborado traje típico tehuano de las indias doncellas. Así como la realidad de su país la fueron modelando y definiendo, igualmente lo hizo su esposo, el muy conocido muralista, Diego Rivera. Si México era para Frida su verdadero progenitor, Rivera, 20 años mayor que ella representaba su "hijo grande"; ella solía llamarlo su pequeño bebe. Frida conoció a Rivera cuando todavía era una estudiante en el colegio. Un tiempo después, 1929, se convirtió en la tercera esposa de Rivera, un hombre que, abiertamente fue diagnosticado por su médico incapaz para la monogamia. No falta el mencionar que, esta relación fue una unión poco convencional, problemática, sin embargo, apasionada que sobrevivió numerosas infidelidades por ambas partes, separaciones e incluso, un divorcio en 1939 y la consecuente reconciliación, celebrando un segundo matrimonio en 1940. El amor de esta pareja se sometió a duras pruebas pero, como se demuestra en las raíces de la pintura "El abrazo de amor", el amor de Frida por Diego fue tenaz. No obstante, el matrimonio no protegió a Frida de los sufrimientos y padecimientos que caracterizaron su juventud, cuando un horrible accidente en autobús dejó su cuerpo fracturado y debilitado por practicamente el resto de su adultez. La incorregible actitud mujeriega de Diego, al colmo de relacionarse con la propia hermana menor de Frida, Cristina, sólo contribuían a aumentar su dolor. "Yo sufrí dos accidentes graves en mi vida", dijo una vez Frida, "uno en el que un autobús me tumbó al suelo… el otro accidente es Diego".

Fue un matrimonio que permaneció sin hijos y esto fue la fuente de muchas de las angustias de Frida, tanto como las infidelidades de Diego. Para Frida Diego era todo: "mi niño, mi amor, mi universo".

Como artistas, la pareja era muy productiva. Cada uno consideraba al otro como el mejor pintor y pintora de México. Frida se refería a Diego como el "arquitecto de la vida". Cada uno asumía con un profundo orgullo la creación del otro, a pesar de haber sido drásticamente diferentes en estilo y forma.

Montado en un andamio y a la intemperie, Diego pasaba horas trabajando en un mural día tras día, él amaba obsesivamente pintar, tanto como Frida lo amaba a él, entregando inmensos murales públicos sobre temas políticos. Frida, en cambio, estaba la mayor parte de su tiempo inmovilizada con un corsé y acostada en la cama o confinada a un cuarto

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