Historia de Lucas Pérez.

En el Karpaty fui jugador revelación de la temporada, obtuve varios premios individuales y provocó el interés del equipo más grande del país, el Dinamo de Kiev. Me cedieron en el último día del plazo porque no iba a renovar el contrato y en junio era libre. En Kiev viví la peor experiencia de mi vida. Una situación de incomprensión total, en un cruce de intereses entre el presidente y el entrenador que provocó que tras un tiempo en el filial, nunca me dejaron mostrar mis cualidades ni estrenar mi camiseta con el primer equipo. Debilitaron al Karpaty y a mi me dieron los cuatro meses peores de mi carrera.

El PAOK me devolvió la alegría. De las ofertas que tuve fue la que más me ilusionó. Apostaron ciegamente por mi. Conocía la ciudad de Salónica, a su afición y las instalaciones del club. Era una aventura nueva que me apetecía disfrutar. Desde que llegué soy muy feliz y disfruto de una cultura muy parecida a la española. Tras un tiempo de adaptación las cosas me están saliendo bien y cada vez me encuentro mejor en el campo con mis compañeros. Sueño con ganar títulos y dedicarlos a una afición muy apasionada que vive todo intensamente y me transmite mucho cariño.

En el verano de 2014 he tenido la oportunidad con la que tanto soñaba para volver a mi casa, y jugar con el club de mis amores, el Deportivo de la Coruña. Fueron unos meses complicados ya que la cesión del PAOK al Deportivo se complicó por la intervención del Karpati. El 18 de julio se confirmó el fichaje, a modo de cesión por un año, y el 29 de julio fui presentado en el estadio de Riazor cumpliendo uno de los sueños de mi niñez. Jamás olvidaré mi debut, el 10 de agosto de 2014, en la final del Trofeo Teresa Herrera que conquistamos ganando al Sporting de Gijón por 1-0 y el cariño de mis paisanos.

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