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Luis Villanueva


Enviado por   •  23 de Enero de 2013  •  501 Palabras (3 Páginas)  •  282 Visitas

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Nacido en maracaibo futuro abogado, contador publico que tendrá cargos públicos de alto raTanto Aristóteles como Tomás de Aquino rechazaron el dualismo platónico que identifica al ser humano con su alma. La teoría hilemórfica de Aristóteles explicaba que el alma y el cuerpo están unidos. Pero para Tomás de Aquino esto no invalida la afirmación de que el alma es inmortal.

El alma es la forma sustancial del cuerpo, el principio de su constitución y organización. Por eso es también el principio de operaciones humanas. Pero como las operaciones son diversas, Tomás de Aquino considera que en el alma existen diversas facultades o potencias activas, cada una de las cuales es principio próximo de determinadas actividades. Así, tenemos potencias inferiores -principio de las operaciones que tenemos en común con los animales-, y potencias superiores. También hay operaciones cognoscitivas y operaciones apetitivas. Al conocimiento sigue el apetito, tanto en el nivel sensible como en el racional.

Según Santo Tomás, la teoría hilemórfica es compatible con la inmortalidad del alma humana si se tiene en cuenta que existe gradación en las formas. Algunas formas emplean todo su poder en actualizar la materia, pero otras, por así decirlo, les sobra energía. En la medida en que una forma sobrepasa su correspondiente materia, puede conocer. Y si la sobrepasa netamente, entonces puede entender. Así sucede con el alma humana, que es inmortal y, para llegar a esta conclusión, parte del análisis de la intelección. Según Santo Tomás, las operaciones cognoscitivas pueden apoyarse en los sentidos o en el entendimiento, pero su naturaleza es muy distinta:

Las facultades o potencias del alma que dependen intrínsecamente de un órgano corporal no pueden subsistir una vez que se destruye el órgano correspondiente. Además, estas mismas facultades tienen limitado su objeto, porque la naturaleza del órgano es limitadora con relación a la capacidad de recepción de formas.

El entendimiento, en cambio, puede conocer todas las formas de las cosas.. Aristóteles decía que el alma es el lugar de las formas y que el alma es, en cierta manera, todas las cosas. En efecto, no es que se entienda todo, sino que la inteligencia se caracteriza por no limitarse a una determinada serie o tipo de cosas. Lo propio e la inteligencia es seguir entendiendo continuamente y cada vez más.

Así pues, el entendimiento al no limitarse a un determinado tipo de formas no depende intrínsecamente de un órgano. En efecto, si el órgano es lo que limita una facultad, entonces una facultad ilimitada carece de órgano. El entendimiento depende de un órgano -del cerebro- de una manera accidental, pero no se identifica con ese órgano. Podríamos decir que el entendimiento usa el cerebro pero no es el cerebro, porque en ese caso su capacidad estaría limitada, como le ocurre a los sentidos, y no podría conocer todas las formas.

La

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