AUTORES BOLIVIANOS: Luis Ramiro Beltrán Salmón - Erick Rolando Torrico Villanueva

DR. LUIS RAMIRO BELTRÁN SALMÓN

Nacido en Oruro (Bolivia) en 1930, estudió en el Colegio Alemán de su ciudad y, más tarde en La Paz, donde obtuvo el título de Bachillerato en Humanidades en 1948. A comienzos de los 50 estudió técnicas de comunicación en cine y televisión en Puerto Rico y, con posterioridad, amplió su formación en Estados Unidos.

Su actividad en los medios de comunicación comenzó muy pronto, a los doce años, sin duda bajo la influencia de sus padres, ambos periodistas. Formó parte de la redacción del diario de Oruro La Patria y, más tarde, trabajó en La Razón de La Paz. Con posterioridad, tras su estancia en Estados Unidos, fue corresponsal en Bolivia del Chicago Tribune.

Considerado como el pionero de la Escuela Latinoamericana de Comunicación, es premio de comunicación Marshall McLuhan.

Ha sido presidente de la Comisión Nacional Electoral de Bolivia (2000-2002) y actualmente es defensor del lector del grupo de prensa Líder, editor, entre otros, de El Deberde Santa Cruz de la Sierra.

Defensor de los derechos de la comunicación y de su democratización para favorecer a los menos beneficiados de un sistema que comenzaba a emerger, en la década de los setenta, bajo las luces del falso estado de bienestar que aportaría el neoliberalismo.

• BELTRÁN apostó por el desarrollo de los medios de comunicación como una plataforma eficaz para la erradicación del analfabetismo y como una plataforma para formular bases para la educación.

• BELTRÁN fue uno de los fundadores de la Escuela Latinoamericana de Comunicación, una corriente de pensamiento crítico con el cual propuso un nuevo modelo de Comunicación para América Latina.

• Definió la Política Nacional de la Comunicación como un conjunto integrado, explícito y duradero de políticas parciales de comunicación armonizadas en un cuerpo coherente de principios y normas para orientar la conducta de instituciones especializadas en el manejo de proceso general de comunicación de un país.

BELTRÁN fue un luchador incansable ante el neoliberalismo en la comunicación, sus posiciones no fueron bien vistas por algunos Gobiernos y tampoco por los defensores de los medios de comunicación masivos del continente y esto quedó plasmado en su discurso de 1994 en La Paz (Bolivia) que tituló Neoliberalismo en la comunicación democrática en América Latina plataformas y banderas para el tercer milenio.

Luis Ramiro Beltrán exigió de los comunicadores tres condiciones fundamentales para que sus actos sean eminentemente revolucionarios, y ésas son: «Pensar, decir y hacer.» La comunicación va más allá de un acto de circulación de mensajes es un proceso liberador.

Su búsqueda de las condiciones objetivas para una «comunicación horizontal» que se resume en la trilogía «acceso», «participación» y «diálogo», acuñada por Beltrán, crean los indicadores para observar la relación democrática en los procesos de circulación de mensajes además de devolver a la comunicación su inevitable condición política. Esta realidad es la que impulsa a Luis Ramiro Beltrán a observar que el estudio metódico y sistemático de la comunicación, o sea la investigación, no podía estar exenta de su dimensión ideológica. O se investigaba para contribuir a los procesos de cambio en la sociedad o se investigaba en pro de un statu quo que tras su ropaje de la objetividad empírica consolidaba intencionalmente su ceguera para comprender la sociedad y en ella la integralidad de los procesos de comunicación que allí operaban.

Según Beltrán«... en las Ciencias Sociales, se investiga muchas veces como si no hubiera sociedad, o sea, hay un gran sesgo hacia el individuo, a tal punto que se pretende tácitamente que éste funcione aislado, un poco parcial, alejado de su propio contexto». Su observación, por una parte cuestionaba el trabajo de la corriente funcionalista que asumía como misión «funcional» el contribuir a la adaptación o ajuste a un sistema dado; y por otra, la labor pragmática de los seguidores del Modelo de Difusión de Innovaciones que tomaban una postura tecnológica, dejando al margen la base social. Con esta última, el mismo Beltrán habría estado convencido durante los primeros años de su trabajo como técnico en comunicación agrícola y de formador de extensionistas rurales.

Cambio en el Rumbo de la Investigación de la Comunicación

Si en alguna dimensión de la comunicación latinoamericana debe considerarse un aporte de orden revolucionario a partir del trabajo de Luis Ramiro Beltrán seguramente esta sería sobre las bases de la investigación de la comunicación.

Esta constatación se daría a partir de un documento que comenzaba por despedir al griego Aristóteles a un viaje del que por lo menos desde la comunicación crítica no habría de tener retorno fácil. El modelo de retórica base de los esquemas informativistas era suplido por un nuevo concepto de comunicación que hacía énfasis en condiciones dinámicas como las que se expresan en la definición de Beltrán (1980): «La comunicación es el proceso de interacción social democrática que se basa sobre el intercambio de símbolos por los cuales los seres humanos comparten voluntariamente sus experiencias bajo condiciones de acceso libre e igualitario, diálogo y participación».

La consecuencia de esta despedida hecha efectiva a través de «Un adiós a Aristóteles: la comunicación horizontal» (1980) abría a su vez para la investigación de la comunicación un espacio completamente nuevo. Si la orientación funcionalista estaba encaminada a descubrir qué es lo que los medios de comunicación hacían con la gente, ahora la perspectiva era de observar qué es lo que la sociedad, sus dinámicas y en sí los individuos hacían con la y su comunicación.

El nuevo enfoque, sin embargo, era resultado elaborado de un largo trayecto de cuestionamiento dirigido precisamente a hacer comprender

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