Orgullo Y Prejuicio

Desde que vi por primera vez la película basada en el eterno libro de Jane Austen, tenía pendiente su lectura. Siempre quería empezarlo pero acababa dejándolo para otra ocasión, sobre todo porque pensaba que sería una novela escrita con ese estilo anticuado propio de la época, y que por lo tanto no me gustaría tanto como la película, donde ésto requiere menos esfuerzo. Recientemente, he descubierto la gran serie de la BBC, con Colin Firth y Jennifer Ehle, que supera en mucho a la película. Es sencillamente maravillosa y deliciosa, y quien tenga oportunidad de verla no puede perdérsela. Tras terminar de ver los capítulos de la serie, ya no podía posponer su lectura por más tiempo; y todo sea dicho, es un fiel reflejo de la novela.

La historia es de todos conocida. Al condado de Hertfordshire llega el señor Bingley, un joven con una renta anual muy jugosa, que alborotará a toda la familia Bennet, cuya madre sólo piensa en casar a sus hijas con un buen partido. No llama menos la atención cierto caballero, de nombre Darcy y amigo de Bingley, cuyo orgullo y altivez no son del gusto de la vecindad. Los roces entre Darcy y Elizabeth Bennet son continuos. La trama está muy bien urdida, en la que cada pequeño detalle y conversación es pertinente, de manera que según vas leyendo se va quedando en tu cabeza el conjunto de la obra, y recuerdas que tal o cual comentario era en verdad esclarecedor.

Los personajes son memorables, ninguno tiene desperdicio. Todos son importantes, pero Lizzie y Darcy son los que llevan el peso de la historia, destacando también el señor y la señora Bennet, polos opuestos donde los haya, y el señor Collins, todos ellos muy graciosos en sus comentarios y actos. Sin duda, se trata de una obra capital en la historia de la literatura.

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