Un reajuste ético

En esencia de esta crisis es precisamente el individualismo exagerado, originando por el egoísmo, este egoísmo es que rompe la unión, que exige tolerancia reciproca, altruismo, el pensar no en sí mismo, sino en los hijos y el cónyuge.

Un reajuste ético es el único remedio posible, pero hay que tener en cuenta el hecho moderno de la empanación de la mujer, conciliar la necesidades de la trabajadora madre con las de madre trabajadora, ya no es posible pretender que la mujer renuncie a su trabajo (indispensable muchas veces para el mantenimiento familiar, cuando los ingresos del marido resulten insuficientes), pero tampoco se puede admitir que ella renuncia a su misión natural de madre, por lo tanto, en la organización productiva y en la legislación , la sociedad debe adaptarse a estas exigencias de a trabajadora madre, salvar justamente la personalidad individual de la mujer y el grupo social familiar, que interesa a toda sociedad, trátese como siempre , equilibrar individuo con la sociedad, el drama de la mujer moderna proviene de la necesidad de conciliar sus exigencias de trabajo, de cultura, de elevación personal , con la ley natural de maternidad que en sí con la necesidad inderogable de ser madre.

La crisis de la familia moderna, de la que deriva la crisis de las nuevas generaciones, nace de este drama de la mujer de nuestro tiempo

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