(2012, 10). Vigencia Del Pensamiento Bolivariano

público, donde la homofobia se hace presente con

reacciones negativas de condena y rechazo hacía las

personas homosexuales. La naturaleza negativa de

las reacciones que ha despertado la homosexualidad

y la intensidad con que éstas se manifiestan ha llevado

a algunos autores a definir esta actitud como

una verdadera fobia. Wienberg se refería a ella como

“miedo de tener cerca a los homosexuales”, “un irracional

y persistente temor” hacía ellos.5

Estas reacciones surgen de una construcción social

donde aprendemos a rechazar, juzgar y denigrar

todo lo diferente, y si las expresiones sexuales no son

como las que nos enseñaron, como las de “siempre”,

la reacción “puede parecer algo instintivo, como ocurre

con el temor al fuego, pero no lo es, es un fenómeno

cultural que no es universal, ni toma las mismas formas,

ni tiene el mismo significado en todas partes”.6

4 Carlos Bonfil, Homofobia y sociedad, Memoria del Primer Foro de Diversidad

Sexual y Derechos Humanos. Orientación Sexual y Expresión Genérica, p. 34.

5 Sonia Soriano Rubio, Cómo se vive la homosexualidad y el lesbianismo, p. 49.

6 Marina Castañeda, La experiencia homosexual, p. 109.

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[e s c u e l a n a c i o n a l d e t r a b a j o s o c i a l

Aunque en sí misma la homofobia es un acto

discriminatorio, a veces se convierte en un acto criminal,

pues a los ojos del discriminador no es suficiente

el escarnio, las bromas o el insulto, sino que se vuelve

necesario dar un castigo “ejemplar” a quienes pretenden

imponer modelos “anormales” de sexualidad,

como si dentro de ésta existiera realmente la “normalidad”.

El castigo llega, entonces, como un medio para

disuadir a los demás de “seguir ese mal ejemplo”,

que, piensan, daña a la sociedad. Por eso las agresiones

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