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PERDIDA DE PESO

La pérdida de peso se define como la disminución del 5% del peso corporal en un intervalo de seis a doce meses; además de esto para que adquiera connotación patológica y clínica dicha reducción deberá obedecer a causas involuntarias. De manera general la pérdida de peso se asocia con una alteración sistémica, de ahí la importancia de realizar un abordaje y manejo adecuado de esta condición. Así mismo se ha vinculado como factor agravante de la morbi-mortalidad de multiplicidad de patologías, siendo especialmente afectada la población geriátrica; sin embargo no puede olvidarse que como parte del proceso fisiológico de envejecimiento se produce una disminución progresiva del peso corporal.

Regulación del peso

El peso corporal se ve regulado de manera general por dos factores fundamentales: la ingesta, que se ve influida notablemente por la dinámica del apetito; y el gasto energético. El primero de dichos factores se halla regulado por estímulos nerviosos e influencias hormonales y de productos del metabolismo, que de manera conjunta interactúan para modificar el aporte energético de acuerdo a las necesidades específicas en un momento dado. La totalidad de equilibrio de este dinámico sistema, tiene como piedra angular la actividad del hipotálamo.

Uno de los principales determinantes del balance energético es la leptina, hormona sintetizada por los adipocitos en el contexto de un suministro adecuado de energía como en la etapa postprandial y la obesidad. Este compuesto ejerce influencia sobre los centros talámicos y otros circuitos neuronales centrales involucrados directamente en la homeostasis energética, a través del aumento de la expresión de propiomelanocortina (POMC); dicho cambio a su vez incrementa la síntesis de hormona estimulante de los melanocitos alfa (α-MSH) que estimula los receptores de melanocortina 4 ubicados en el hipotálamo, desencadenando varias vías de señalización intracelular que culminan en disminución del apetito y aumento del consumo de energía. Además de este efecto, la leptina suprime la liberación de neuropeptido Y, cuya acción principal se centra en estimular el apetito aumentando finalmente la ingesta. Los demás estímulos aferentes al hipotálamo relacionados con la regulación del apetito incluyen la insulina, el cortisol, péptidos intestinales (grelina, péptido YY, colecistocinina), metabolitos como la glucosa y señales aferentes vagales. En respuesta a estos estímulos varia la expresión y síntesis de diversos péptidos hipotalámicos entre los que se destacan el neuropeptido Y, la hormona estimulante de los melanocitos alfa, el péptido relacionado con Agouti y la hormona concentradora de melanina.

Aparte de lo anterior es importante anotar que existen una serie de variables que influyen de manera directa en la ingesta de alimentos; estas

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