Armas biológicas

Armas biológicas

A lo largo de la historia de la humanidad se han presentado conflictos entre grupos o poblaciones debido a las discrepancias que existen en sus ideologías. Estos conflictos han ocasionado las guerras que la historia cuenta a través de sus páginas. Dichos eventos han propiciado el diseño de estrategias, así como armas para devastar a su enemigo; entre ellas las armas biológicas.

Las armas biológicas se definen como el uso de enfermedades producidas por microrganismos o toxinas con el fin de aniquilar poblaciones militares o civiles, así como contaminar sus fuentes de agua y/o alimentación.

Ya antiguas civilizaciones aprovechaban a microscópicos seres para producir productos alimenticios fermentados, y sin saberlo también para propósitos bélicos: Los romanos arrojaban animales muertos en los suministros de agua de sus enemigos con el fin de contaminarlos. Los tártaros, en el siglo XIV, lanzaban a sus enemigos cadáveres con catapultas infectados con peste, y durante la guerra franco-india el ejército británico obsequió a los indios americanos, aliados de los franceses, cobijas que habían sido usadas por personas enfermas de viruela, iniciando así una epidemia que diezmó a muchas tribus.

Actualmente se sigue presentando el uso de microrganismos y toxinas en ataques de organizaciones terroristas; tal como lo fue el atentado ocurrido en Japón en el año de 1995 que cobró la vida de 13 personas, y más de 6 mil hospitalizados a causa de la liberación de sarín en el subterráneo de Tokio.

La popularidad de este tipo de armas reside en la relativa facilidad y bajo costo de creación y almacén, como también lo es eficacia una vez que se han liberado en determinado entorno. A pesar de esto, se tienen que tomar consideraciones en cuanto a la elección del agente biológico a usar, su posible cultivo en gran escala y práctica dispersión en el ambiente (aerosoles) son dos de ellas, el potencial epidemiológico y efectividad a bajas dosis son las más importantes.

Dado el peligro real de una guerra biológica se han instaurado diversos mecanismos internacionales de control y regulación para la investigación, almacén, producción y destrucción de estos artefactos. Sin embargo, la rivalidad entre naciones ha provocado que no se acaten las normas a las que están sujetas, por lo cual no sería extraño que la siguiente guerra mundial tuviera como principal armamento a estos pequeños pero letales organismos.

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