Cambiando arboles por cemento

CAMBIANDO ARBOLES POR CEMENTO

El origen ha sido la intriga más grande del ser humano, constantemente se presenta la incógnita de dónde venimos y hacia dónde vamos, el conocer nuestra historia, la racionalidad nos exige el sentido de indagación. Es por ello que decidí averiguar mis raíces, los orígenes de mi familia y una decisión trascendental que cambió el rumbo y el sentido de nuestra vida.

Vengo de una familia bastante numerosa por parte de mi madre, nueve hermanos de origen santandereano, específicamente del municipio de sucre, en un corregimiento llamado Sabana grande. Mis abuelos, acostumbrados al campo, de origen humilde, tenían su casita modesta adornada con hermosos crisantemos y sus criaturas. Mi abuela, recordada por mi madre como una mujer echada palante, con “perrenque” como dicen en Santander, decidió un día que no quería ver crecer a sus hijos en el campo, con las limitaciones que implica éste en nuestro país, por lo que decidió migrar a la metrópoli de Colombia, hacia el año 1.972 la familia se mudó a Bogotá.

Mi mamá tenía 7 años cuando se le presentó éste significante punto de giro en su vida, ella relata lo impactante que fue el cambio de la ruralidad a lo urbano, pequeñas cosas que hoy nos parecerían ilógicas, tales como enfrentarse a un autobús, las calles llenas de asfalto, la electricidad, hasta un semáforo era un objeto desconocido.  

Mi familia llegó a una casa lote que había comprado mi abuelo en el barrio que hoy se conoce como La Alquería de la fragua, allí fueron adaptándose mis ocho tíos, mi mamá y mis abuelos en un cuartico que hoy en día es la sala de la casa. Mi abuela demostrando sus ganas de salir adelante, montó una fábrica de envueltos que funcionaba en la casa y en la que los operarios eran mis tíos, esto duró dos años, hasta que a sus 36 años de un aneurisma cerebral la luz de mi abuela se apagó, tal como sucede con las supernovas, su impactante brillo no duró mucho, fue ahí cuando quedó un viudo con nueve hijos por los cuales responder en la selva de cemento.

En conclusión, escogí este importante suceso en la historia de mi familia, ya que dicha decisión de la matrona de ese hogar cambió trascendentalmente la historia de sus hijos y posterior a esto la de sus nietos, además, las palabras siendo contadas desde la boca de mi mamá consiguen un realismo mágico, el hecho del enfrentamiento del campo a la ciudad, sin dejar de lado la posición que tuvo que asumir mi abuelo frente al hogar cuando falleció mi abuela, ya que no  solo respondía económicamente, sino que se volvió el modelo a seguir de sus hijos. Generalmente la mujer santandereana es la que lleva las riendas del hogar teniendo en cuenta el carácter representativo de dicha región y aunque mi abuela lo hizo de maravilla, el destino provocó un gran vació y un nuevo líder al mando.

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