Destrucción masiva o cura para el cáncer

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Caso 1: ¿Destrucción masiva o cura para el cáncer

Irán mantiene en sus reservas 1,5 toneladas de uranio que pretende transformar en combustible para un reactor nuclear con fines médicos, mientras que los países reunidos en el G5+1 creen que los islámicos planean desarrollar un arma nuclear.

El uranio puede ser utilizado para desarrollar avances médicos relacionados con el cáncer o para fabricar una bomba atómica: todo depende de cómo y para qué se ocupe. De este tono han sido las negociaciones entre los lobbistas de Irán y los países del G5+1 (Estados Unidos, China, Rusia, Reino Unido, Francia más Alemania) quienes conforman el Consejo de Defensa de la ONU.

Las negociaciones entre la capital iraní Teherán y las mayores potencias del mundo llevan mucho tiempo en la palestra y aún no se ha conseguido una resolución sobre qué hacer con las 1.5 toneladas de esta sustancia radioactiva que mantiene el país islámico en sus reservas nucleares.

Las naciones del G5+1 son potencias mundiales que ejercen su poder como miembros del Consejo de Defensa de la ONU para presionar a Irán hacia una postura pacifista. En tanto, Irán es uno de los productores de uranio más grandes del mundo, lo cual se puede tener fines bélicos o científicos.

Sin embargo, la situación de la nación musulmana necesita de la infraestructura nuclear de potencias como Rusia o Francia, pues carecen de la maquinaria para enriquecer el uranio y así convertirlo en combustible. Para ello, el presidente del régimen iraní; Mahmud Ahmadineyad, ha afirmado que dentro de las reglas de la OIEA (Organización Internacional de Energía Atómica) tiene derecho a enviar su material radiactivo a países como Rusia para enriquecer su uranio al 20% de pureza y que luego éste sea devuelto para que así su reactor lo utilice como combustible para la investigación científica.

Pero considerando la cantidad de material que tienen guardado y con la construcción en febrero de un centro de purificación en el mismo Irán, avisando tardíamente a la OIEA, todo se puso color de hormigas (NEGRO)  .

El temor de los países que representan a occidente es que Mahmud Ahmadineyad esté planeando enriquecer uranio al 90%, índice para crear un arma nuclear. Lo único que lo demora es llegar a la meta de 2.0 toneladas, que es el piso para crear un arma de destrucción masiva.

Por eso, las sospechas del G5+1 se instalaron en las negociaciones, ya que el funcionamiento de una planta propia para la purificación de Uranio dotaría a Irán del poder para convertir combustible y prescindiría de los centros de refinamiento de Occidente. Es más, también se sospecha de la posible existencia de otras plantas nucleares no declaradas, por lo que Occidente cree que Irán persigue objetivos bélicos.

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