El Horigen De Las Especies 1er Capitulo
jaelmejorxdsdvsf2 de Julio de 2013
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La variación en estado doméstico
Causas de variabilidad
Cuando comparamos los individuos de la misma variedad o subvariedad de nuestras plantas y animales cultivados más antiguos, una de las
primeras cosas que nos impresionan es que generalmente difieren más
entre sí que los individuos de cualquier especie en estado natural; y si reflexionamos en la gran diversidad de plantas y animales que han sido
cultivados y que han variado durante todas las edades bajo los más diferentes climas y tratos, nos vemos llevados a la conclusión de que esta
gran variabilidad se debe a que nuestras producciones domésticas se han
criado en condiciones de vida menos uniformes y algo diferentes de aquellas a que ha estado sometida en la naturaleza la especie madre. Hay,
pues, algo de probable en la opinión propuesta por Andrew Knight, de
que esta variabilidad puede estar relacionada, en parte, con el exceso de
alimento. Parece claro que los seres orgánicos, para que se produzca alguna variación importante, tienen que estar expuestos durante varias generaciones a condiciones nuevas, y que, una vez que el organismo ha
empezado a variar, continúa generalmente variando durante muchas generaciones. No se ha registrado un solo caso de un organismo variable
que haya cesado de variar sometido a cultivo. Las plantas cultivadas más
antiguas, tales como el trigo, producen todavía nuevas variedades; los
animales domésticos más antiguos son capaces de modificación y perfeccionamiento rápidos.
Hasta donde puedo yo juzgar después de prestar mucho tiempo atención a este asunto, las condiciones de vida parecen actuar de dos modos
directamente, sobre todo el organismo o sobre ciertas partes sólo, e indirectamente, obrando sobre el aparato reproductor. Respecto a la acción
directa, debemos tener presente que en cada caso, como el profesor
Weismann ha señalado hace poco y como yo he expuesto incidentalmente en mi obra sobre la Variation under Domestication, hay dos factores, a
7saber: la naturaleza del organismo y la naturaleza de las condiciones de
vida. El primero parece ser, con mucho, el más importante, pues variaciones muy semejantes se originan a veces, hasta donde podernos juzgar,
en condiciones diferentes; y, por el contrario, variaciones diferentes se
originan en condiciones que parecen ser casi iguales. Los efectos en la
descendencia son determinados o indeterminados. Se pueden considerar
como determinados cuando todos, o casi todos, los descendientes de individuos sometidos a ciertas condiciones, durante varias generaciones,
están modificados de la misma manera. Es sumamente difícil llegar a
una conclusión acerca de la extensión de los cambios que se han producido definitivamente de este modo. Sin embargo, apenas cabe duda por lo
que se refiere a muchos cambias ligeros, como el tamaño, mediante la
cantidad de comida; el color, mediante la clase de comida; el grueso de la
piel y del pelaje, según el clima, etc. Cada una de las infinitas variaciones
que vemos en el plumaje de nuestras gallinas debe haber tenido alguna
causa eficiente; y si la misma causa actuase uniformemente durante una
larga serie de generaciones sobre muchos individuos, todos, probablemente, se modificarían del mismo modo. Hechos tales como la compleja
y extraordinaria excrecencia que invariablemente sigue a la introducción
de una diminuta gota de veneno por un insecto productor de agallas nos
muestran las singulares modificaciones que podrían resultar, en el caso
de las plantas, por un cambio químico en la naturaleza de la savia.
La variabilidad indeterminada es un resultado mucho más frecuente
del cambio de condiciones que la variabilidad determinada, y ha desempeñado, probablemente, un papel más importante en la formación de las
razas domésticas. Vemos variabilidad indeterminada en las innumerables particularidades pequeñas que distinguen a los individuos de la
misma especie y que no pueden explicarse por herencia, ni de sus padres, ni de ningún antecesor más remoto. Incluso diferencias muy marcadas aparecen de vez en cuando entre los pequeños de una misma camada y en las plantitas procedentes de semillas del mismo fruto. Entre los
millones de individuos criados en el mismo país y alimentados casi con
el mismo alimento, aparecen muy de tarde en tarde anomalías de estructura tan pronunciadas, que merecen ser llamadas monstruosidades; pero
las monstruosidades no pueden separarse por una línea precisa de las
variaciones más ligeras. Todos estos cambios de conformación, ya sumamente ligeros, ya notablemente marcados, que aparecen entre muchos
individuos que viven juntos, pueden considerarse como los efectos indeterminados de las condiciones de vida sobre cada organismo dado, casi
del mismo modo que un enfriamiento obra en hombres diferentes de un
8modo indeterminado, según la condición del cuerpo o constitución, causando toses o resfriados, reumatismo o inflamación de diferentes
órganos.
Respecto a lo que he llamado la acción indirecta del cambio de condiciones, o sea mediante el aparato reproductor al ser influido, podemos inferir que la variabilidad se produce de este modo, en parte por el hecho
de ser este aparato sumamente sensible a cualquier cambio en las condiciones de vida, y en parte por la semejanza que existe -según Kölreuter y
otros autores han señalado- entre la variabilidad que resulta del cruzamiento de especies distintas y la que puede observarse en plantas y animales criados en condiciones nuevas o artificiales. Muchos hechos demuestran claramente lo muy sensible que es el aparato reproductor para ligerísimos cambios en las condiciones ambientes. Nada más fácil que amansar un animal, y pocas cosas hay más difíciles que hacerle criar ilimitadamente en cautividad, aun cuando el macho y la hembra se unan.
¡Cuántos animales hay que no quieren criar aun tenidos en estado casi libre en su país natal! Esto se atribuye en general, aunque erróneamente, a
instintos viciados. ¡Muchas plantas cultivadas muestran el mayor vigor
y, sin embargo, rara vez o nunca producen semillas! En un corto número
de casos se ha descubierto que un cambio muy insignificante, como un
poco más o menos de agua en algún período determinado del crecimiento, determina el que una planta produzca o no semillas. No puedo dar
aquí los detalles que he recogido y publicado en otra parte sobre este curioso asunto pero para demostrar lo extrañas que son las leyes que determinan la reproducción de los animales en cautividad, puedo indicar que
los mamíferos carnívoros, aun los de los trópicos, crían en nuestro país
bastante bien en cautividad, excepto los plantígrados, o familia de los
osos, que rara vez dan crías; mientras que las aves carnívoras, salvo rarí-
simas excepciones, casi nunca ponen huevos fecundos. Muchas plantas
exóticas tienen polen completamente inútil, de la misma condición que el
de las plantas híbridas más estériles. Cuando, por una parte, vemos plantas y animales domésticos que, débiles y enfermizos muchas veces, crían
ilimitadamente en cautividad, y cuando, por otra parte, vemos individuos que, aun sacados jóvenes del estado natural, perfectamente amansados, habiendo vivido bastante tiempo y sanos -de lo que podría dar yo
numerosos ejemplos-, tienen, sin embargo, su aparato reproductor tan
gravemente perjudicado, por causas desconocidas, que deja de funcionar, no ha de sorprendernos que este aparato, cuando funciona en cautividad, lo haga irregularmente y produzca descendencia algo diferente de
sus padres. Puedo añadir que, así como algunos organismos crían
9ilimitadamente en las condiciones más artificiales -por ejemplo los hurones y los conejos tenidos en cajones-, lo que muestra que sus órganos reproductores no son tan fácilmente alterados, así también algunos animales y plantas resistirán la domesticación y el cultivo y variarán muy ligeramente, quizá apenas más que en estado natural.
Algunos naturalistas han sostenido que todas las variaciones están relacionadas con el acto de la reproducción sexual; pero esto seguramente
es un error, pues he dado en otra obra una larga lista de sporting plants,
como los llaman los jardineros y hortelanos; esto es: de plantas que han
producido súbitamente un solo brote con caracteres nuevos y a veces
muy diferentes de los de los demás brotes de la misma planta. Estas variaciones de brotes, como puede llamárseles, pueden ser propagadas por
injertos, acodos, etc., y algunas veces por semilla. Estas variaciones ocurren pocas veces en estado natural, pero distan de ser raras en los cultivos. Como entre los muchos miles de brotes producidos, año tras año, en
el mismo árbol, en condiciones uniformes, se ha visto uno sólo que tome
súbitamente caracteres nuevos, y como brotes de distintos árboles que
crecen en condiciones diferentes han producido a veces casi las mismas
variedades, por ejemplo, brotes de melocotonero que producen nectarinas, y brotes de rosal común que producen rosas de musgo, vemos claramente que la naturaleza de las condiciones es de importancia secundaria,
en comparación de la naturaleza del organismo, para determinar cada
forma particular de variedad, quizá de importancia no mayor que la que
tiene la naturaleza
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