LA SENSIBILIDAD GENERAL

SENSIBILIDAD GENERAL

William Guevara Ortega

I. DELIMITACIÓN ENTRE SENSACIÓN Y PERCEPCIÓN

Sabemos que el proceso perceptivo implica de modo activo la organización, interpretación y explicación de una forma de energía básica. Pero tenemos que diferenciarla del término sensación, aunque a lo largo de la historia de la psicología y la filosofía se han establecido cuidadosas diferencias entre los fenómenos perceptuales y sensoriales. Los primeros psicólogos concebían las sensaciones como elementos irreductibles que formaban las percepciones, como experiencias más sencillas y menos significativas que las percepciones, en las que no influía el aprendizaje u otro proceso psicológico. Otros, por el contrario defienden una postura en la que no se establecen diferencias importantes entre los sistemas perceptivos y sensorial. Aunque la fisiología, que hace posible la recepción de estímulos, es similar en todos los individuos, la interpretación de esos estímulos puede fácilmente diferir. Se podría hacer una analogía entre sensación y percepción con la fotografía de un paisaje y el paisaje pintado por un artista. La fotografía reproduce el paisaje tal como lo reciben los órganos sensorios mientras que el cuadro lo reproduce tal como el artista lo percibe. El ojo recibe mientras que la mente percibe.

Esta última postura es la que se impone en la actualidad, por los siguientes motivos:

a) Es dudoso que podamos experimentar una sensación “pura” o sin sentido. Nuestro conocimiento del medio se suele organizar en términos de objeto con significado.

b) Todo lo que se aproxima a la sensación pura es una experiencia traumática para el adulto, si no se localiza la fuente de la experiencia y, por así decirlo, se “pone en su sitio” la sensación, se experimenta una ansiedad cada vez mayor, ya que este dato no se puede situar en ningún marco de referencia.

c) Los receptores sensoriales no actúan como meros canales de transmisión a los centros corticales superiores.

d) Posiblemente ambos términos hagan referencia a un proceso complejo, pero continuo, a través del cual el organismo busca y extrae información de su medio que facilite respuestas adaptativas. Sin embargo, por razones pedagógicas, es posible centrarse de modo arbitrario en distintas partes o niveles del proceso perceptivo.

e) Apenas es posible establecer criterios con los que podamos distinguir entre estímulos o reacciones “simples” y “complejas”.

f) Sería muy arbitrario y no se podría fundamentar fisiológicamente el hecho de separar la actividad de los receptores de la actividad del resto del cerebro.

Criterios para distinguir la sensación y la percepción.

Los primeros experimentos para zanjar dicha cuestión se basaban en reportes introspectivos, estos reportes podían centrarse en la identificación por parte del sujeto de lo que había estado en contacto con su organismo y que llegó a provocar su experiencia. El otro reporte se limitaba a la descripción de la propia experiencia corporal, sin referirse en nada al agente o agentes que la producían. Este último tipo de reporte fue aceptado en los experimentos de sensación, mientras que el otro quedó excluido por considerarlo una conducta perceptual y recibió el nombre de error de estímulo, que venía a ser algo más que una sensación.

Un segundo criterio era de tipo hipotético, se suponía que las percepciones resultaban de procesos de elaboración en la corteza cerebral, mientras que las sensaciones se producían inmediatamente después de que el cerebro recibía la información de los órganos sensoriales, en tanto que las percepciones requerían de ciertos procesos secundarios. Nunca se pudo demostrar que las sensaciones fueran producto de una actividad cerebral menor a la que era necesaria para las percepciones. Si la actividad cerebral de elaboración era el segundo criterio, era posible conjeturar que la percepción requeriría más tiempo que la sensación, uno de los experimentos de tiempo de reacción abordó ese problema, al medirse el tiempo para reaccionar a letras y a palabras cortas, encontrándose que los sujetos reaccionaban a las palabras cortas más rápidamente que a las letras.

II. SENSACION

Un estímulo es cualquier cambio de energía que activa un órgano sensorial, unas son percibidas directamente (calor, por ej.), Otras indirectamente (rayos cósmicos y ondas de radio), estas últimas se perciben cuando se transforman a otro tipo de energía; y otros son neutros como el magnetismo, y otros son no percibidos (sonidos en tonos altos). El problema no es buscar nuevas formas de energía que exciten los sentidos, sino descubrir los principios de la operación de las que ya los excitan.

Sensación : La excitación fisiológica de un órgano de los sentidos producida por un estímulo.

Percepción : es la sensación más el significado o interpretación.

La sensación alude a determinadas experiencias cualitativas, inmediatas y directas, producidas por estímulos físicos aislados, simples. Su estudio está asociado principalmente a la estructura y fisiología, y actividad sensorreceptora en general.

La percepción se refiere a los procesos psicológicos en los cuales interviene la experiencia anterior o la memoria y el juicio. Las percepciones están relacionadas con la organización o integración de los atributos sensoriales, este es el conocimiento de las “cosas”, de los “acontecimientos” y no nada más de nuevos rasgos o cualidades. La distinción entre ambas es más de pertinencia histórica, que de utilidad taxonómica contemporánea, son procesos interdependientes.

III. RECEPTORES

Un estímulo es cualquier energía física que excita un receptor. Existen seis clases de estímulos: mecánicos, térmicos, ópticos, acústicos, químicos y eléctricos.

Los receptores son tejidos u órganos que están especializados para responder a una forma específica de energía. No sólo están especializados en cuanto a excitabilidad, sino también para mostrarse más excitable a un cambio de energía de una variedad específica y de un determinado nivel de intensidad.

Hay cinco tipos de energía: mecánica, térmica, química, acústica

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