LOS DETERMINANTES DEL CAPITALISMO

LOS DETERMINANTES DEL CAPITALISMO

Teniendo como base el modo de producción capitalista, la amplia mayoría de la población vive bajo condiciones impuestas, imposibles de modificar con la pura voluntad del individuo. Al expandirse durante los últimos dos siglos, el capitalismo ha puesto bajo su dinámica a miles de millones de seres humanos de todo el planeta que nacen, crecen, trabajan, se reproducen, envejecen y mueren sometidos a las exigencias de la producción de mercancías y la máxima ganancia. Es por esta razón que el capitalismo ha jugado un papel importante en nuestra sociedad desde décadas atrás y actualmente no es la excepción, se nos hace propicio analizar cómo se ha visto afectado este sistema económico y que determinantes han jugado un papel importante durante todo el tiempo que ha estado implantado dicho sistema, los determinantes importantes a los cuales se harán referencia son el espíritu y la crítica, los cuales el capitalismo se ha visto expuesto.

De acuerdo a lo anterior, uno de los aportes que he considerado necesario resaltar, lo encontramos en los autores L. Boltanski y É. Chiapello, inserta en el libro El nuevo espíritu del capitalismo. El título presenta como novedad a la idea de Weber, el espíritu del capitalismo. En este libro se exponen muchos determinantes con los que se ha relacionado el sistema económico capitalista y que lo ha cambiado y reestructurado entre los cuales se tiene que  la ética protestante y el espíritu del capitalismo, analiza las ideas y valores de origen ético-religioso que favorecieron un tipo de comportamiento que engranó y sirvió de motor al sistema capitalista. De igual forma L. Boltanski y É. Chiapello hacen referencia a un nuevo aparato justificativo, ideas y valores, que engranan, estimulan y legitiman las actuales características organizativas del modo de producción capitalista. Los autores parten de que el modo de producción capitalista se ha ido transformando en su propio desarrollo, de que las características organizativas del modo de producción han ido cambiando, precisando cada periodo del capitalismo un determinado marco de valores, ideas y comportamientos para mantenerse y consolidarse. Este pensamiento no es ni mucho menos novedoso, el propio materialismo histórico tiene como tesis básica la dependencia de la superestructura a la infraestructura. La superestructura no tiene una historia propia, independiente, es dependiente de las condiciones materiales específicas en las cuales está inmersa una sociedad. Los cambios en la superestructura son consecuencia de los cambios en la infraestructura. A la nueva forma que toma la superestructura para adaptarse a los cambios organizativos de la estructura económica es a lo que los autores llaman ciudad.

En consecuencia, para los autores, estamos ante la emergencia de una nueva ciudad, la ciudad por proyectos, o lo que es lo mismo, el nuevo espíritu del capitalismo. La nueva ciudad surge debido a los cambios que se han producido en el modo de producción capitalista. Los autores utilizan la literatura de gestión empresarial como soporte para explicar las características de la nueva ciudad, ya que en esta literatura queda resumido el marco de valores, ideas y comportamientos que están presentes en el conjunto de la estructura social.

Del mismo modo, las ideas principales que se exponen son las que suponen novedades históricas con respecto a otras ciudades anteriores, sobre todo con la anterior. Una de las ideas más importantes es la de red, que ha pasado de ser vista como algo negativo a todo lo contrario. La organización y gestión dominantes del modo de producción capitalista ha dejado de estar caracterizada por la jerarquía y ha dado paso a una organización tipo red (inexistencia de jerarquía), donde la fluidez, el movimiento, las conexiones temporales son las características esenciales. En la nueva ciudad es también el proyecto una de las ideas claves. Y a la norma no son los planes rígidos y de larga duración, ahora el proyecto domina en los individuos, las organizaciones y en la sociedad en su conjunto. Lo estable ha dado paso a lo efímero, los proyectos se agotan, suceden y remplazan con gran celeridad. Los cambios que se llevan a cabo en el modo de producción exigen el levantamiento de un nuevo marco de ideas, valores y comportamientos, para así mantenerse y consolidarse. Estos cambios exigen la necesaria adaptación de los individuos a los valores imperantes en la nueva ciudad. Para los autores, los individuos cuyas características no encajan con el nuevo orden son aquellos que permanecen en la condición de pequeños, y aquellos cuyas características encajan con el nuevo orden permanecen en la condición de grandes.

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