La principal función del cerebelo

El Cerebelo.

El cerebelo (del latín "cerebro pequeño"; PNA: cerebellum) es una región del encéfalo cuya función principal es de integrar las vías sensitivas y las vías.

Es un cerebro pequeño, pesa 150 a 180 grs. aprox. (1/8 del peso cerebral). El del hombre es 9 gr. más pesado que el de la mujer.

El cerebelo se localiza inmediatamente detrás del IV ventrículo, constituyendo parte de él junto al bulbo y puente.

Se conecta con el tronco encefálico mediante 6 pedúnculos cerebelosos:

 2 superiores: que conectan al mesencéfalo (a los pedúnculos cerebrales).

 2 medios: que conectan al puente.

 2 inferiores: que conectan al bulbo.

Está alojado en la fosa craneana posterior, quedando por lo tanto localizado inmediatamente por detrás del IV ventrículo y debajo de los lóbulos occipitales o región posterior del cerebro (de los que queda separado por un repliegue de Duramadre llamado Tienda del Cerebelo).

La Tienda del Cerebelo permite que el acceso quirúrgico al cerebelo sea totalmente diferente al del cerebro.

Está rodeado por líquido cerebroespinal, donde se forma una gran cisterna en la parte inferior (Cisterna Magna).

Existe una gran cantidad de haces nerviosos que conectan el cerebelo con otras estructuras encefálicas y con la médula espinal. El cerebelo integra toda la información recibida para precisar y controlar las órdenes que la corteza cerebral manda al aparato locomotor a través de las vías motoras.

El cerebelo junto con otras estructuras del sistema nervioso central, participa en la ejecución de una amplia variedad de movimientos. Es necesario para mantener la postura y el equilibrio correctos para caminar y correr; para ejecutar movimientos secuenciales al comer, vestirse y escribir, para realizar movimientos rápidos, repetitivos, alternados y movimientos finos y constantes además para controlar ciertas propiedades de los movimientos, incluyendo trayectoria, velocidad y aceleración. Los movimientos voluntarios pueden realizarse sin la ayuda del cerebelo, pero tales movimientos son lentos, dificultosos y desorganizados.

Aunque el cerebelo recibe gran cantidad de fibras aferentes, la percepción conciente no ocurre en el cerebelo y sus fibras eferentes no contribuyen a determinar la naturaleza de las sensaciones en otras partes del encéfalo; no obstante la evidencia indica que el cerebelo tiene participación en ciertos aspectos del conocimiento, particularmente los procesos mentales que se necesitan para planear la ejecución de movimientos complejos.

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