Los peligros de la automedicación

Los peligros de la automedicación:

¿Cuántas veces no hemos escuchado el dicho “cuando la cura es peor que la enfermedad”? Intoxicación, resistencia, dependencia y adicción son sólo algunas consecuencias que trae la automedicación. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS) la automedicación se define como el propio tratamiento de los signos y síntomas de enfermedad que las personas padecen, ha sido la forma más utilizada para el mantenimiento de la salud”. Es también “el cuidado que los individuos hacen de su propia salud y bienestar, incluyendo el que hacen a los miembros de su familia y a otros fuera de este ámbito” (1). La automedicación suele ocurrir a menudo con los medicamentos que no necesitan receta médica. No obstante, aunque un medicamento sea de venta libre, y no sea necesaria una prescripción medica, no quiere decir que sea inofensivo para el cuerpo y no pueda resultar perjudicial en determinadas situaciones, ya que no deja de ser un medicamento, por ejemplo, la intoxicación por ingesta de fármacos según el Centro de Toxicología de la Universidad Católica de Chile corresponde a un 55% del total de eventos registrados por la entidad de salud. La facultad de ciencias químicas y farmacéuticas de la Universidad de Chile en el año 2012 realizo una encuesta a 200 usuarios mayores de 18 años y con autonomía necesaria para responder la entrevista. Se obtuvo una prevalencia del 85% de automedicación (al menos una vez a la semana), 86% en mujeres, con edades comprendidas entre los 21-30 años. Los medicamentos que los entrevistados refirieron automedicarse fueron: Paracetamol (23.5%), Clorfenamina (8,5%) y Noscapina (7,5%). Los síntomas “Dolores” (26,6%) y “Gripales” (24,2%) fueron motivos principales por los cuales se empleaban los medicamentos. Sólo 41% de los encuestados lee el prospecto farmacológico, pero no completamente. El principal motivo para automedicarse fue el no contar con tiempo suficiente para acudir al médico.

En la actualidad, el consumo de medicamentos sin receta es un fenómeno que va aumentando en nuestra sociedad por diversos factores, entre lo que es posible mencionar, el desconocimiento de la población en el tema, la deficiente cobertura en salud, mala calidad de servicios públicos, el aumento de suministros de medicamentos alternativos, la disponibilidad, la venta sin restricciones y propaganda de productos farmacéuticos en los medios de comunicación (2). La automedicación es un hecho tan recurrente en nuestro diario vivir que podríamos incluir antiinflamatorios, jarabes, y otros medicamentos dentro de las compras del mes en el supermercado.

La otra cara de la moneda es la llamada “Automedicación Responsable”, que se define como: “Uso de medicamentos de libre acceso, por un consumidor informado, orientada a evitar en lo posible una serie de riesgos potenciales para su salud y a obtener un beneficio en términos de curación o alivio de una enfermedad” (3). No obstante, automedicación “responsable”, y durante un tiempo, puede ser conveniente si se utiliza para tratar síntomas menores, se trata de un hábito común en nuestra sociedad que no está exento de riesgos. En este sentido, el doctor Rafael Terán, especialista en medicina Interna de Hospital Universitario Quirónsalud Madrid explica que el principal riesgo de la automedicación son los efectos adversos secundarios a la toma de esta medicación de forma innecesaria, como la llamada resistencia a los medicamentos. En palabras de la Doctora Birgit Muller, médico familiar de Vidaintegra de Chile la cual explica que los pacientes recurren a medicamentos, sin saber cuáles son sus reales beneficios y contraindicaciones. Un ejemplo común es la aspirina y el migranol. Estos dos medicamentos se ven como inofensivos, pero son de uso complejo, ya que pueden generar un montón de efectos adversos.

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