Los pliegues de la corteza terrestre

Los pliegues

Los pliegues son ondulaciones que se originan cuando los materiales geológicos son deformados por encima de su límite de elasticidad, pero sin superar la plasticidad.

Estos se producen en las rocas que se disponen en capas, es decir, que presentan estratificación como las rocas sedimentarias y las volcánicas, o foliación, como las rocas metamórficas, cuando se deforman plásticamente al actuar sobre ellas fuerzas tectónicas compresivas.

Esto es debido a que su génesis depende de muchos factores: de la magnitud de los esfuerzos compresivos que los han generado, de la composición de los materiales involucrados, de las características de los estratos, como por ejemplo su espesor, o de las características del conjunto de rocas que forman las series sedimentarias.

Los pliegues pueden mostrar cualquier disposición espacial, de manera que tanto el plano axial como el eje pueden situarse en cualquier posición.

La mayoría de los pliegues se forman en los límites de placas tectónicas debido a los esfuerzos compresivos y originan cadenas montañosas o en zonas sometidas a compresión, en el interior de las placas.

Los pliegues y fallas reducen el espacio horizontal que ocupan los sedimentos.

Las fuerzas que generan los pliegues son de dos tipos:

Fuerzas laterales. Producen un movimiento horizontal y convergente de dos placas tectónicas contiguas.

Fuerzas verticales. Se originan como resultado del empuje producido durante la subducción de una placa oceánica, que hace que se levanten cadenas montañosas y se originen plegamientos.

Clasificación de los pliegues

Según la disposición de los flancos. Simétricos o asimétricos

Según su forma. Antiformas y sinformas.

Según la posición del plano axial. Rectos, inclinados y tumbados y recumbentes o acostados.

Según el ángulo. Isoclinales, chevrón o suaves.

Según las charnelas. Pliegues en cofre o en rodilla.

Según forma y edad de los materiales. Anticlinales y sinclinales.

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