Material De Laboratorio

Pensar en el material de laboratorio de química me remonta al primer contacto con esta materia: el Juego de Química Mi Alegría. Quién hubiera imaginado que unos cuantos tubos de ensayo, una gradilla, un vaso de precipitados, un matraz y algunas sustancias inofensivas serían el inicio de una vocación.

Partiendo de la hipótesis de que la mayoría de los lectores de algarabía pasaron por la secundaria y que alguna vez pisaron el laboratorio escolar, evitaré —hasta donde me sea posible— abordar el tema de la misma manera como lo hizo el aburrido profesor en turno, clasificando los utensilios de laboratorio de acuerdo al material de fabricación o por su funcionalidad, mientras que nuestra mente adolescente buscaba reacciones químicas vistosas, por no decir violentas y explosivas.

Comencemos por separar la química analítica en dos grandes rubros: cualitativa y cuantitativa. En la primara se busca identificar la presencia de un determinado componente en una muestra, mientras que en la segunda se pretende cuantificar su concentración. Como ejemplo pensemos en un análisis de sangre. Identificar el grupo sanguíneo y RH —positivo o negativo— es una situación cualitativa, mientras que la determinación de la cantidad de glucosa o de hemoglobina es un resultado cuantitativo.

Los utensilios más comunes en un análisis cualitativo son los tubos de ensayo, el vaso de precipitados y el matraz Erlenmeyer, todos ellos de vidrio que se puede calentar y en donde se llevan a cabo las reacciones químicas; el mechero, ya sea de alcohol o de Bunsen, para calentar; mortero, fabricado de porcelana, que es una especie de molcajete para triturar muestras sólidas antes de verter a la reacción; goteros, frascos, tapones, tubo de vidrio, espátulas, agitadores, mangueras, termómetro y material de soporte —los matraces no levitan— como pinzas, tripié, anillo, gradilla, rejilla y soporte universal.

La principal diferencia del análisis cuantitativo es que depende de instrumentos de alta precisión para medir muestras y reactivos. Para cuantificar sólidos tenemos balanzas, granataria para baja precisión y analítica para determinación de miligramos; probetas, pipetas graduadas y buretas, pera medir líquidos; pipetas volumétricas y matraces aforados, para la medición de una cantidad fija, pero con alta precisión.

Aunque los instrumentos de vidrio están fabricados normalmente con vidrio de borosilicato con un contenido mínimo de sílice del 80% y un bajo coeficiente de expansión —conocido como PYREX— los que se utilizan para medición jamás deberán calentarse, pues al dilatarse su material con el calor perderían su nivel de precisión.

Durante la identificación y cuantificación de sustancias en el laboratorio, es frecuente recurrir a procesos de separación como filtración, cristalización, destilación, etc. Para la filtración, además del elemento filtrante (papel, tela, mallas, membranas) se utilizan embudos, que pueden ser cónicos (de vidrio o plástico) para filtrar por gravedad, o de Buchner (de porcelana) para filtrar al vacío con el apoyo de un matraz Kitasato, que es similar al Erlenmeyer, pero con una boquilla lateral para conectar la succión.

La cristalización normalmente consiste en la concentración de una solución mediante la evaporación del solvente y posteriormente se enfría hasta que los cristales (ver algarabía xx) precipitan para separarse posteriormente mediante filtración. Para esta operación se utiliza un vaso de precipitados y una varilla de vidrio.

Para realizar una destilación en el laboratorio se utiliza un matraz de bola, un condensador y material de conexión con ensambles esmerilados, más parecido a esos laboratorios de científicos locos que aparecen en las películas con frascos burbujeando por todos lados. Dado que en estos procesos es fundamental el control de la temperatura, no se utilizan mecheros

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