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Onicomicosis

Lupittaaa1 de Mayo de 2012

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Onicomicosis, hongos en las uñas

Alto porcentaje de la población mexicana padece onicomicosis, infección por hongos en las uñas que se considera un problema de salud pública. Afortunadamente, existen tratamientos eficaces que sólo necesitan constancia y paciencia para tener éxito.

Es pertinente, antes de hablar directamente de la enfermedad que nos ocupa, hacer mención de algunas características de las uñas, las cuales son consideradas anexos de la epidermis (capa externa de la piel) que están compuestas principalmente de queratina.

Las uñas se regeneran durante toda la vida, y se sabe que las de las manos crecen, en promedio, entre 0.5 y 1.2 milímetros cada semana; en cambio, las de los pies aumentan su tamaño en forma más lenta, a la mitad de la velocidad de las primeras.

Ahora bien, las uñas de los miembros superiores tardan aproximadamente 5.5 meses para desarrollarse desde su matriz (origen), en tanto que las de los pies requieren entre 12 y 18 meses; recuerde que la velocidad de crecimiento de las uñas se hace mas lenta conforme la persona envejece.

Hongos, culpables

La onicomicosis es una infección altamente contagiosa causada principalmente por un hongo llamado dermatofito (las variedades más comunes son trichophyton rubrum y trichophyton mentagrophytes), cuyo alimento preferido es la queratina, sustancia básica de la uña.

La enfermedad surge cuando las esporas de los hongos, que en principio permanecen entre los pliegues y surcos de la piel, son arrastradas hacia el borde libre de la uña (zona en la que se deposita la mugre o suciedad), donde se valdrán de un hábitat lleno de humedad para instaurar el proceso infeccioso.

Cabe señalar que el padecimiento en cuestión puede afectar a manos y pies simultáneamente o por separado, y que se estima que lo sufren entre 15 y 20 % de la población entre 40 y 60 años de edad; en forma excepcional, pueden adquirirlo los niños.

Asimismo, es pertinente puntualizar que la uña del pie que con mayor frecuencia se infecta es la del primer ortejo (coloquialmente conocido como "dedo gordo") aunque cualquiera de las otras se puede ver afectada; en general, solamente 1 ó 2 de las uñas se infectan.

Usted reconocerá a una persona con este padecimiento si sus uñas:

• Se tornan quebradizas y polvosas.

• Se vuelven opacas.

• Pierden consistencia.

• Presentan cambio de color (tonalidades blanquecinas o amarillentas).

• Se observan estrías.

• Experimentan engrosamiento.

• Tienen grietas.

• Presentan bordes irregulares.

¿Sólo estética?

En entrevista con saludymedicinas.com.mx el Dr. Alejandro Bonifaz, jefe del Departamento de Micología del Servicio de Dermatología del Hospital General de México, comenta que el problema de la onicomicosis se remite a individuos con larga historia con "pie de atleta", y más allá de ser una complicación meramente estética tiene una serie de consecuencias que afectan la calidad de vida del paciente.

Así ocurre porque, afirma el especialista, una persona con onicomicosis en las manos pierde la capacidad para efectuar movimientos finos y manipular objetos pequeños, no puede coger un alfiler o un clip porque la uña pierde su consistencia; si se trata del pie, entonces se puede alterar la estructura de la uña, encarnarse o presentarse la deformidad conocida como "uña en pinza", que provoca dolor al caminar o incluso al estar en reposo.

Claro está que esta imperfección es visible y puede afectar las relaciones interpersonales del paciente, pues la onicomicosis es percibida por los demás como un problema contagioso, sucio y repugnante. Así ocurre, sobre todo, en quien no utiliza calzado o usa sandalias descubiertas al momento de practicar algún deporte o tener actividades de esparcimiento, ya sea en la playa, alberca, baño de vapor o spa, lo que redunda inmediatamente en su imagen, la cual se deteriora, sin contar con que en ocasiones se restringe su ingreso a los centros deportivos.

Para evitar este tipo de sinsabores y mantener nuestra calidad de vida intacta, es bueno seguir ciertas recomendaciones: Mantener sus uñas limpias y secas.

• Secar bien los pies después del baño.

• Cambiar los calcetines cotidianamente y utilizar zapatos con suela de cuero.

• Aplicar talco contra hongos en los pies y dentro del calzado.

• No cortar ni pellizcar la piel que rodea a las uñas.

• No caminar descalzo en piscinas, baños y vestidores públicos

¿Es o no es?

Como se ha visto, la manifestación de onicomicosis es muy variable y depende del tipo de hongo. Así, algunos pacientes refieren tan sólo un cambio de coloración mientras que otros presentan destrucción severa y evidente de la uña.

Asimismo, hay que puntualizar que, generalmente, esta afección es indolora, y que cuando hay molestias se debe a que la uña se encuentra enterrada debido a que su forma ha cambiado.

Ante esta situación, el Dr. Bonifaz hace un llamado a la población que crea tener este problema para que no se automedique, "pues para ofrecer algún tratamiento se debe analizar la naturaleza de la infección, el tipo de hongo que la causa, su variedad química e incluso la edad del paciente. Hay que considerar, además, que la infección más frecuente se origina por hongos, pero éstos no son el único causante, hay muchas enfermedades más que se pueden parecer, desde un cuadro de psoriasis (padecimiento que ocasiona engrosamiento, lesiones de color rojo, así como inflamación y descamación en la piel) hasta deficiencia de vitaminas".

A pesar de ello, la observación de la uña afectada es básica para poder identificar si se trata de onicomicosis por lo que, en principio, el médico general o dermatólogo tomará en cuenta los síntomas antes descritos para establecer su diagnóstico sin tener que solicitar exámenes adicionales.

En caso contrario, si es que el especialista tiene alguna duda, podrá practicar un estudio micológico, que consiste en raspar la uña y colocar el polvo producido en un portaobjetos con solución de hidróxido de potasio al 20 o 30%, con el objetivo de disolver la queratina y poder visualizar con mayor claridad las estructuras de los hongos. El examen directo es una herramienta simple, económica y rápida que en manos expertas ofrece un margen de seguridad de más del 70%.

Otra prueba complementaria es el cultivo que se realiza en un laboratorio de análisis clínicos, tomando una muestra de la uña afectada con un hisopo y sembrándola en medios creados especialmente para que los hongos crezcan, análisis que ofrece la ventaja de identificar el agente causal y dirigir el tratamiento de la forma más adecuada.

Finalmente, se puede optar por el estudio histológico (que analiza las células), el cual se justifica si hay fuerte sospecha clínica de onicomicosis y se han practicado cultivos en repetidas ocasiones con resultados negativos.

No todo sirve

Antes de hablar de los métodos para erradicar esta enfermedad conviene decir que las cremas o pomadas para tratar el "pie de atleta" (que contienen miconazol) no son efectivas si se trata de combatir onicomicosis, porque son incapaces de penetrar la placa de la uña.

Del mismo modo, pensar en la extracción de la uña (exéresis) no es lo mejor, ya que puede generar daño irreversible en la llamada matriz ungueal (donde nace la uña), provocando modificaciones en su forma que no serán del agrado del paciente. A ello hay que agregar que deshacerse de la uña no resuelve el problema, pues el hongo permanece en la raíz y la nueva estructura estará condenada a infectarse nuevamente.

Finalmente, es interesante mencionar que muchos podiatras o podólogos (especialistas en el tratamiento de afecciones y deformidades de los pies) practican la técnica de desbridamiento, es decir, reducen el grosor de la uña lesionada, método que puede ser apropiado para pacientes que experimenten dolor, pero inútil para erradicar la enfermedad si no se combina con un tratamiento oral.

Fármacos efectivos

Antaño, el tratamiento para curar onicomicosis se basaba en una terapia prolongada con griseofulvina y ketaconazol, pero se comprobó que sus efectos son bajos y la reinfección frecuente.

Ahora se cuenta con diversos medicamentos, cuyas sustancias activas son terbinafina, itraconazol y fluconazol, que han demostrado tener mayor eficacia y menos factores indeseables que los usados anteriormente. Estas medicinas se suministran vía oral, lo que permite reducir considerablemente la duración del tratamiento y evitar que la uña se infecte nuevamente, ello, debido a que los antimicóticos mencionados matan al hongo desde adentro. Veamos las características de cada uno de ellos:

• Terbinafina. Se distribuye rápidamente a través del lecho (parte en la que se posa la uña) y la matriz ungueal. Alcanza rápidamente sus concentraciones inhibitorias (lo que significa que la cantidad de medicamento es suficiente para detener el crecimiento del hongo) y permanece en la zona afectada durante 10 meses. El tratamiento tiene una duración de 12 semanas si hablamos de los pies y seis semanas para las manos.

• Itraconazol. Penetra en la uña por la matriz y el lecho ungueal. Su capacidad inhibitoria se mantiene por más de seis meses en las uñas de las manos y durante nueve meses en las de los miembros inferiores. La terapia se aplica durante 12 ó 16 semanas (para manos y pies).

• Fluconazol. Se distribuye rápidamente en los tejidos, sus niveles terapéuticos permanecen por más de seis meses tanto en las uñas de

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