Perforación de pozos petroleros en aguas profundas

Perforación de pozos petroleros en aguas profundas

Los hidrocarburos son una fuente de energía de suma importancia, ya que el petróleo y el gas ocupan los primeros lugares para la generación de energía que cubre las necesidades industriales, comerciales y del sector doméstico en el mundo moderno. Perforar un pozo puede ser algo complejo en ciertas circunstancias. Las rocas se perforan a través de un taladro rotativo, el talado rotativo se trata de una estructura de metal muy resistente, equipado con dientes de acero con demasiada fuerza. Los taladros se eligen de acuerdo a la dureza de la roca a perforar, el diámetro del agujero depende a lo que se pretende abrir y la profundidad que se desea perforar. Se debe considerar que al incrementar la profundidad se incrementan los problemas o riesgos ya que hay variables como la presión de poro, la presión de fractura que tienen otro comportamiento, los cambios de temperatura y la operación remota. El término aguas profundas se refiere a pozos petroleros en mar abierto cuya profundidad está entre los 500 y mil 500 metros, en la cual se requiere contar con una plataforma flotante de sistemas submarinos de producción.

La perforación de pozos petroleros es una actividad de alto riesgo, cuando en los años 90 se localizó un combustible no renovable llamado hidrocarburo que se considera como un compuesto orgánico que contienen carbono e hidrógeno, presentándose en la naturaleza como gases, líquidos, grasas y, a veces, sólidos. El petróleo crudo, en cualquiera de sus formas, y el gas natural son una combinación de diferentes hidrocarburos.  En México la extracción de los recursos presentes en el Golfo de México representa una gran oportunidad de crecimiento en muchos aspectos, como lo son el conocimiento tecnológico adquirido mediante la superación de los desafíos involucrados, las oportunidades de empleo para actividades en aguas profundas, la mejora de las técnicas para el cuidado del ambiente en la industria petrolera y el progreso de la economía, entre otros. Desde sus inicios, la exploración y explotación de este recurso no renovable ha implicado el uso de otras tecnologías, conforme iban pasando los años se encontraron nuevas formas de extraer este recurso, perforar en aguas profundas requiere de tecnologías más avanzadas y una gran infraestructura, las aguas profundas comprenden tirantes de agua de 500 a 1500 metros, mientras la ultra profunda puede llegar a rebasar los 1500 metros. Antes de poder realizar una perforación se tiene que estudiar y analizar el relieve del lecho marino y de toda su resistencia. El proceso inicia con el posicionamiento de las plataformas marinas que flotan en el mar, se utilizan tecnologías avanzadas para la ubicación de las plataformas de perforación y usan la tecnología satelital. Posteriormente, se baja una barrena que es herramienta utilizada para triturar o cortar la roca y posteriormente va acompañada de la tubería la cual sirve como guía que es colocada con un empuje o forzamiento, después se realiza la primera perforación en el cual se ubicara la tubería de guía, se inserta la tubería de revestimiento para así evitar que las paredes del  colapsen o se derrumben y se pueda realizar la cementación por el interior de la tubería para fijarla con la formación, una vez concluido este proceso se iniciaran las operaciones de terminación del pozo. Existen muchos retos implicados en la perforación en aguas profundas mexicanas, tan sólo las condiciones climatológicas generan altos riesgos en las operaciones, sin embargo, los avances tecnológicos han permitido afrontar las condiciones ambientales, los factores geológicos y su interpretación en los yacimientos, los problemas de pérdida de circulación, los efectos de la presión y la temperatura en el lecho marino, las altas presiones y temperaturas en el pozo e incluso los problemas ambientales como lo son los derrames petroleros.

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