Respuestas cardiovasculares al ejercicio

Respuestas cardiovasculares al ejercicio

Al comenzar el ejercicio la información mecanosensitiva de las extremidades en actividad combinada con información de las vías descendentes de la corteza motora activan el centro de control cardiovascular del bulbo raquídeo. El centro responde con estímulos simpáticos que aumentan el gasto cardiaco y producen vasoconstricción en muchas arteriolas periféricas.

El gasto cardiaco aumenta durante el ejercicio

Durante el ejercicio intenso el gasto cardiaco aumenta en forma notable. El transporte de oxígeno en el aparato cardiovascular es el factor primario que determina la tolerancia al ejercicio; en cuanto al gasto cardiaco, este se determina mediante la frecuencia cardiaca multiplicada por el volumen de eyección.

Durante el ejercicio, la contracción muscular y los movimientos inspiratorios aumentan el retorno venoso. Sin embargo, un llenado excesivo de los ventrículos podría ser peligroso pues causaría un estiramiento excesivo de las fibras, para que esto no suceda la frecuencia cardiaca es la que se va a contrarrestar al aumento del retorno venoso. En cuanto a la frecuencia cardiaca primero ocurre una disminución de la actividad parasimpática y luego una estimulación simpática, la cual la primera instancia aumenta la contractilidad, es decir, envía más sangre por cada latido y en segundo lugar aumenta la frecuencia cardiaca.

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El flujo sanguíneo al musculo aumenta durante el ejercicio

En reposo el musculo esquelético recibe menos de un cuarto de gasto cardiaco, equivalente a 1,2 L/min, este valor cambia en atletas ya que en ellos el flujo sanguíneo llega hasta más de 22 l/min; además también la distribución del flujo sanguíneo es el musculo cardiaco en actividad es mayor que en el musculo cardiaco en reposo.

Al comienzo del ejercicio las señales simpáticas del centro de control cardiovascular producen vasoconstricción en los tejidos periféricos. Cuando el musculo está activo los componentes de su microambiente funcionan como señales paracrinas que produzcan vasodilatación.

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Durante el ejercicio la tensión arterial aumenta levemente

En cuanto a la tensión arterial, esta está determinada por el producto entre el gasto cardiaco y la resistencia periférica. Para esto se dice que el gasto cardiaco aumenta durante el ejercicio, por lo tanto, también hay un aumento de la tensión arterial.

La vasodilatación en el musculo esquelético disminuye la resistencia periférica al flujo sanguíneo, pero la vasoconstricción inducida por el estímulo simpático de los tejidos compensa la vasodilatación; si no hay otra compensación, esta disminución de la resistencia produciría una fuerte disminución de la tensión arterial; sin embargo, gracias al aumento del gasto cardiaco es que se compensa la disminución de la resistencia periférica.

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El reflejo barorrceptor se ajusta al ejercicio

Normalmente cuando la tensión arterial sube, los barorreceptores de los cuerpos aórticos y carotideos se encargan de que la tensión arterial vuelva su esta normal; pero esto no ocurre en el ejercicio.

Existen varias teorías, la primera es que se dice que las señales de la corteza motora ajustan el umbral del barorreceptor arterial a una presión alta.

La segunda teoría dice que las señales de las neuronas barorreceptoras aferentes se bloquean en la medula espinal, por lo tanto, esto inactiva el reflejo barorreceptor durante el ejercicio.

Finalmente, una tercera teoría dice que posiblemente existan quimiorreceptores que capten ciertos metabolitos producidos durante el ejercicio, cuando estos quimiorreceptores se estimulan indican al SNC que el flujo sanguíneo no es adecuado para eliminar metabolitos, la respuesta a esto es anular el reflejo barorreceptor.

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