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Síndrome Metabólico y sus factores asociados

astrid_ramirezEnsayo18 de Febrero de 2020

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Benemérita Universidad Autónoma de Puebla[pic 1]

Licenciatura: Medicina

Materia: Bioquímica II

Grado: 2° semestre

Síndrome Metabólico y sus factores asociados


Usted podría estar en peligro de muerte y ni siquiera lo sabe, pues el síndrome metabólico es un conjunto de factores que son asociados regularmente a una menor esperanza de vida , siendo este el principal predictor de morbilidad y mortalidad cardiovascular. Sus principales características son el estar asociado a la resistencia a la insulina, por lo tanto funciona también predictor para diabetes mellitus, un aumento de grasa corporal central, estar asociado a dislipidemias como el aumento de VLDL.

Esta afección es algo que afecta a cualquier individuo, de cualquier etnia, nacionalidad, raza, y ha existido desde hace varias décadas pero hace 80 años fue cuando finalmente se comenzó a hablar de ella en el campo de la medicina. En nuestros días es un importante marcador temprano de enfermedades como diabetes o arterosclerosis, pues dentro de la globalización de nuestra sociedad somos más propensos que nunca al consumo de azucares y lípidos de manera descontrolada, siendo inconscientes de la amplia gama de enfermedades que nos pueden atacar. Sólo se necesita tener cierta predisposición genética y una mala calidad de vida.

Durante décadas, muchos médicos se han estado preguntando acerca de la asociación de estas enfermedades en los mismos individuos. Con el rápido progreso en biología molecular en los últimos 20 años, los científicos médicos están muy cerca de saber acerca de la causa común detrás de este complejo de enfermedades, llamado "síndrome X" por el Dr. Gerald Reaven en 1988. X representó la causa desconocida. Como la resistencia a la insulina [IR] y un alto nivel de insulina se observan en estos pacientes, se conoce popularmente como síndrome de IR.

El Dr. Flier y su equipo observaron que este grupo de enfermedades se observaba en pacientes con "síndrome de Cushing" debido al exceso de glucocorticoides de la corteza suprarrenal. Esto también se observa en pacientes que reciben tratamiento con glucocorticoides durante períodos prolongados. Por lo tanto, plantearon la hipótesis de que el exceso de glucocorticoides en tejidos específicos podría ser la causa detrás del síndrome metabólico. Después de una extensa investigación durante los últimos diez años, probaron esta hipótesis. Estudiaron la grasa visceral en el abdomen y encontraron que una enzima conocida como 11 betahidroxi esteroide deshidrogenasa tipo 1 {11beta-HSD 1} se encontró en exceso en comparación con la grasa en personas no obesas. Esta enzima convierte la cortisona inactiva en cortisol activo. En última instancia, Flier y su equipo crearon ratones transgénicos que expresaban más 11 beta-HSD 1 en las células grasas. Estos ratones desarrollaron obesidad abdominal, resistencia a la insulina, hipertensión y dislipidemia, que forman el núcleo del síndrome metabólico. Un inhibidor de 11 beta-HSD se encuentra en la fase 1 del ensayo clínico.

Por definición el Síndrome metabólico es El síndrome metabólico es la presencia de un conjunto de factores de riesgo presentes en un individuo que actúan como factores independientes, que al asociarse incrementan aún más el riesgo de desarrollar diabetes mellitus y enfermedades cardiovasculares. Se ha considerado la obesidad particularmente la obesidad abdominal y la resistencia a la insulina como pilares fundamentales del síndrome metabólico. La prevalencia del síndrome metabólico varía en dependencia de la definición empleada para determinarla, así como de la edad, el sexo, el origen étnico y el estilo de vida.

Tomando por ejemplo a los estudiantes universitarios, Los estudiantes que ingresan a la Universidad presentan una tendencia a adoptar malos hábitos alimenticios y sedentarismo, lo que se ve agravado por un estilo de vida caracterizado por el estrés y las cargas horarias que dan como consecuencia el consumo de comidas rápidas poco nutritivas, irregularidad en las horas de comida y la falta de tiempo para realizar ejercicio físico dando como resultado el desarrollo de sobrepeso, obesidad y los componentes del Síndrome Metabólico

El aumento del tejido adiposo como consecuencia de las dietas hipercalóricas y el bajo gasto energético, y en particular el incremento de la grasa visceral abdominal, tienen un papel primordial en la patogenia y la morbilidad del SM, al cual se asocia un aumento de la insulinemia y resistencia a su acción en tejidos periféricos. La hiperinsulinemia, promovida por las dietas hipercalóricas y el sedentarismo, se produce por aumento de la secreción pancreática y una disminución de la extracción hepática de insulina, ya que hay pacientes insulinoresistentes sin obesidad y, al contrario, individuos obesos sin insulino-resistencia, lo que presupone que en el desarrollo de la insulino-resistencia no sólo participan estilos de vida no saludables, sino también genéticos. El tejido adiposo es un órgano que secreta una gran variedad de moléculas, conocidas como adipocinas (factor de necrosis tumoral alfa [TNF-α], interleucina [IL]-6, leptina, adiponectina y resistina), que actúan en muy distintas localizaciones. Las señales procedentes de este tejido a través de las adipocinas actúan en el cerebelo y el mesencéfalo a través de distintas señales y modulan el apetito y la función de distintos órganos, como el páncreas o el músculo, existiendo una excelente correlación entre los valores sanguíneos de adipocinas y los hallazgos histológicos de disfunción endotelial

  • Factores causantes
  1. Obesidad y sedentarismo

edades crónicas degenerativas, las cuales la perfilan en la cima de los problemas de salud publicadas importantes de las últimas décadas. En 2005, la OMS estima que 1 600 millones de personas padecen de sobrepeso u obesidad. La obesidad es un factor de riesgo para el desarrollo de enfermedades crónicas y se observa cada vez más entre los adolescentes. 1La prevalencia de obesidad juvenil está en aumento tanto en los países desarrollados como en vías de desarrollo. En México, de acuerdo con los resultados de la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición 2006 (ENSANUT 2006), la prevalencia nacional combinada de obesidad y sobrepeso en adolescentes fue de 26% para ambos sexos, en comparación con la prevalencia de 1999, que fue de 18.6%. El aumento entre 1999 y 2006 fue de 39.7% para los sexos.2La obesidad ha sido explicada a partir de la ecuación de ingestión y gasto de energía, según la cual la obesidad surge cuando la ingestión de energía es mayor al gasto energético; dentro del cual, 10% sufre sobrepeso u obesidad el 70% de los mexicanos. Septiembre 2006. La actividad y la inactividad física juegan un papel importante construyendo un estilo de vida monótono. El tiempo dedicado a la inactividad física es un componente que hace que el nivel de sedentarismo aumente entre los jóvenes universitarios en relación a la carga de trabajo como estudiantes al requerir mayor tiempo para la formación académica.

  1. Obesidad y alcoholismo

Según la Organización Mundial de la Salud [OMS], (2015) el uso nocivo de alcohol es un factor causal en más de 200 enfermedades y trastornos, una de ellas son el sobrepeso y la obesidad. El sobrepeso y la obesidad son definidos como la acumulación anormal o excesiva de grasa que puede ser perjudicial para la salud. Una forma simple de medirlos es a través del índice de masa corporal (IMC), esto es, el peso de una persona en kilogramos dividido por el cuadrado de la talla en metros (IMC = peso (kg) ÷ altura (en metros) ²). Una persona con un IMC igual o superior a 25 es considerada con sobrepeso y con un IMC igual o superior a 30 es considerada con obesidad (OMS, 2016).

Aparte de la influencia inmediata sobre el apetito que genera el consumo de alcohol, también hay efectos en el almacenamiento de energía. El alcohol inhibe la oxidación de las grasas, es decir evita que la grasa sea aprovechada como energía, lo que sugiere que el consumo frecuente de alcohol a largo plazo podría dar lugar a la conformación de más grasa en lugar de aprovechar la grasa existente como energía, lo que se traduce mayor probabilidad de padecer sobrepeso u obesidad (Yeomans,2005).

Además, el consumo de bebidas dulces como algunas con las que se acostumbra a combinar el alcohol (refrescos y jugos), podrían incrementar aún más el riesgo de obesidad debido al incremento energético de la bebida ingerida, además de presentarse otra serie de factores como: una absorción más rápida y una menor sensación de saciedad que podría provocar una mayor ingestión energética.

Por su parte, haciendo énfasis en el alcohol, este se considera como el segundo alimento con mayor densidad energética después de la grasa (7.1 Kcal/g de alcohol), además de que aumenta el apetito y disminuye la saciedad, lo que conlleva a un aumento de la ingesta energética, el añadir alcohol a la comida disminuye la oxidación de los lípidos, por lo que puede inducir un acúmulo de grasa en el organismo, pero, por otro lado, el alcohol también provoca un aumento de la termogénesis, que hace que la energía final aportada sea prácticamente ineficiente, comparado con otros alimentos. Aunado a lo anterior, se ha observado que la ingesta moderada de alcohol aumenta la sensibilidad a la insulina, lo que a su vez también podría contribuir al aumento del peso corporal.

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