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Ensayo en base al libro "Niebla" Miguel de Unamuno


Enviado por   •  17 de Octubre de 2014  •  Síntesis  •  6.860 Palabras (28 Páginas)  •  365 Visitas

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Ensayo en base al libro "Niebla" Miguel de Unamuno

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El ensayo es propio.

En el siguiente ensayo analizaremos la obra Niebla de Miguel de Unamuno con respecto al análisis planteado en clase y aportado por la profesora. Se analizará con respecto al modo de vida que llevaba el personaje principal de la obra.

Esta obra cuanta la historia de un sujeto se plantea una duda existencial, hacia donde va, de donde viene y porque es como es. Es decir este personaje, paranoico, cuestiona la vida en todos sus aspectos. Es protagonista y antagonista al mismo tiempo, ya que el rol del antagonista es perjudicar la vida del protagonista.

Demostraremos que la vida de Augusto se basó en el cuestionamiento de la vida, respuesta que, hasta ahora, nunca pudo ser respondida por el hombre. En consecuencia a la falta de una respuesta, Augusto, es atrapado por su pensamiento y se envuelve en la niebla de las nieblas, la Muerte. Basándonos observando las actitudes del personaje principal de la obra. Ayudándonos con citas del libro, haré valer la hipótesis planteada.

Ya en las primeras frases del capítulo numero I nos enteramos que Augusto tiene cierto trastorno o perturbación sobre la vida. Podemos pensar que siempre acude a su preciado pensamiento para escapar de la realidad, que en cierto modo, es muy triste o poco satisfactoria. Eh aquí palabras mismas de augusto:

“¡Qué bella es una naranja antes de comida! Esto cambiará en el cielo cuando todo nuestro oficio se reduzca, o más bien se ensanche a contemplar a Dios y todas las cosas en Él. Aquí, en esta pobre vida, no nos cuidamos sino de servimos de Dios; pretendemos abrirlo, como a un paraguas, para que nos proteja de toda suerte de males. (…)Abrió el paraguas por fin y se quedó un momento suspenso y pensando: y ahora, ¿hacia dónde voy?, ¿tiro a la derecha o a la izquierda? Porque Augusto no era un caminante, sino un paseante de la vida.”

Contemplando estas frases notamos claramente que Augusto tiene problemas para afrontar los simples hechos de la vida. Observamos y queda claramente comprobado el cuestionamiento constante de la vida del personaje.

En toda obra, por más mínimo que sea, siempre hay un fragmento, un párrafo y/o un capítulo dedicado al amor. Nosotros constantemente dejamos caer nuestra vida en el amor, es decir la base de la vida está en pares y en sus seres queridos. Si viviéramos en un mundo mono-humano, es decir en uno en el cual exista solo un humano, creo que la vida sería muy repetitiva y poco interesante. En palabras de Augusto: “He aquí que la divina mañana, virginidad del día, me trae un descubrimiento: el amor es el ritmo. La ciencia del amor es la música. La expresión, no de su realización: entendámonos”

Este pensamiento de Augusto es muy rescatable porque, a mi parecer, es correcto. Creemos que el amor es la base del día, del día a día. Pero Augusto al cuestionarse esto se adentra más en la niebla porque al no tener el una figura totalmente planteada de su amor, es decir el sabía bien que Eugenia era su más preciado tesoro pero Eugenia no sentía lo mismo, casi sentía lo contrario, es devorado por su corazón y se pierde nuevamente en lo único que tiene físicamente importante, el uso extasiado de su razón.

Hay veces que uno solo tiene una relación amorosa porque sí, hay otras en las que uno se cuestiona si esta mujer/hombre, con el que comparte la vida, es el correcto. Pero nunca, un hombre común, en mi opinión, se cuestionará la razón del amor, el sentido. Es obvio que en algún momento uno se cuestiona los sentimientos, pero esto no será jamás el porqué de la realidad, es decir la existencia útil del amor. Nuestro intrépido Augusto se animó a adentrarse en la niebla que representa el amor, si no fuese el ¿quién otro podría?

“¿Y qué es el amor? ¿Quién definió el amor? (…) Pero, Dios mío”

¿Por qué este hombre cuestiona tanto su vida? En lo que a nosotros respecta, una de las característica de la vida de nuestro protagonista es la falta de amistades, esencial para el ser humano, el se focalizaba en su mejor amigo, el pensamiento. Este puede ser muy peligroso ya que si uno toca con tan pero increíblemente tanta profundidad un pensamiento tan nebuloso como es el amor, este sujeto se perderá en su existencia y no tendrá más salida que la muerte. No digo que este mal cuestionarse pero uno sabe cuando parar y focalizarse en la realidad. “En amor lo mismo da vencer que ser vencido. Aunque, ¡no!... ¡no! Aquí ser vencido es que me deje por otro. Por el otro, sí, porque aquí hay otro, no me cabe duda ¿Otro? ¿Otro qué? ¿Es que acaso soy uno?”

En complemento a lo dicho anteriormente. Notamos en esta cita como el personaje se pierde en el pensamiento y finaliza su cuestionamiento con un tema que no está relacionada al tema principal planteado anteriormente por el mismo. Para agregar a lo planteado precedentemente, este personaje constantemente realiza cuestionamientos profundos como este. Yo creo que su final nos deja pensando en si la vida de Augusto fue buena, fue grata, si aportó algo positivo a los lectores ¿no es esto un intento de Unamuno para hacernos creer que nosotros somos Augusto y que al cuestionar nuestra vida nos estamos muriendo?

Dejando el amor y sus grandes problemas de la vida de Augusto, nos encontramos con su cuestionamiento de la muerte. Este tema es aún más complejo que el amor, ya que incluye cosas semi- inexplicables como la religión o como la vida después de la muerte. Uno de los puntos más interesantes de la obra es cuando acude a encontrarse con su creador, Miguel de Unamuno, en este su autor le explica que se va a morir porque él lo decidió. Además le dice que solo es obra de su imaginación y que físicamente en no existe, sino que solo es una composición de palabras. Augusto se cuestiona su existencia nuevamente al pensar que es solo la obra de imaginación de uno de los tantos escritos existentes en el mundo. También habla con Liduvina, su sirvienta, acerca de la proximidad de su muerte. Esto fue lo que dijo: “-¡Yo no puedo morirme; sólo se muere el que está vivo (…) como yo no existo, no puedo morirme… Soy inmortal! (…)¡Soy inmortal! ¡Soy inmortal!- exclamó Augusto.

-¿Qué dice usted?- acudió Liduvina.”

Si nos concentramos en el planteo que el estableció Augusto tiene lógica. Al decir “no me puedo morir por qué no estoy vivo”, tiene toda la razón. Ahora imaginémonos en esa situación, en la que un hombre dice que escribió una historia al azar de nuestra vida y que la existencia de esa vida terminará. Nos parecería

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