A Ras De Suelo

A ras de suelo

Luisa González Gutiérrez

Los cuentos de Luisa González en la obra A ras del suelo muestran el sufrimiento debido a la pobreza como principal problema. Basada en una joven de numerosa familia y aunque muy trabajadora esto no les alcanza a su familia para salir de las pésimas condiciones de vida. Se expone la religiosidad de la familia y que a pesar de no tener una posición social rechazaban a algunos compueblanos tales como “las mujeres pecadoras” quienes eran las prostitutas de La Puebla en Costa Rica. Las condiciones de vida eran tristes, pero trabajar arduamente era la única manera de supervivencia.

Los nacimientos en la familia de Idiay a veces inspiraban más que alegría, sino agobio porque había otra boca más a la que darle de comer y por quien trabajar.Uno de los medios de superación era mediante el estudio, pero era muy complicado ya que se necesitaban personas para cumplir con las obligaciones de cada día, todos eran importantes en la familia porque tenían un trabajo por el que responder. Idiay, niña de catorce años de quien habla González en Aras de suelo por medio de la influencia de una maestra fue matriculada en la Escuela Normal lo que le abría las puertas para dejar atrás ese mundo tan marginal en el que le había tocado vivir.

Idiay paso por muchas experiencias que le causaban entre muchos sentimientos, vergüenza. Como así titula, González uno de los capítulos. Ya que el director de la escuela la acompañó a ella y a otras de las compañeras a sus hogares siendo expuesta su humilde casucha vieja. Esta explica como encontró su vocación, quizás obligada por haber sido la mayor de tantos hermanos y primos a ser maestra, “Quizá el entrenamiento que hice chineando un sinfín de güilas de todas las edades, y la responsabilidad que cayó sobre mis espaldas, decidieron en parte mi vocación de maestra, que yo tome tan apecho…” Ella y su familia tuvieron que mudarse de la humilde casa después de que uno de sus tíos decidiera irse de la casa, ya que no podían pagar el alquiler de aquella casa. Esto les abrió puertas hacia la capital para el año en que también ella se graduaba. Entonces volvieron desde Heredia al barrio La Puebla.

El trabajo se expone en la obra como el medio para vivir, todos los miembros de la familia tenían que dar su parte para echar a delante la familia. Idiay empezó de maestra en la Escuela de Guadalupe en La Puebla y esto le daba pie para contarle a sus familiares lo que veía día a día en las caras de los niños que se esforzaban para ir a la escuela aunque tenían que interrumpir a veces su labor por ir a trabajar o llevar comida a sus padres. Se mudaron para el Barrio México, gracias a los esfuerzos de Idiay y allí esta se unió a Carmen Lyra y un grupo de jóvenes revolucionarios en un partido para luchar por los hombres, mujeres y niños de

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