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Abraham H. Maslow


Enviado por   •  25 de Mayo de 2012  •  1.702 Palabras (7 Páginas)  •  542 Visitas

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Introducción

Abraham H. Maslow defiende que en cada ser humano actúan dos sistemas de fuerzas en su interior: el primero, que se aferra a la seguridad y a las posiciones defensivas, temeroso de la novedad y del riesgo y que se inclina por el retroceso y la fijación en el pasado, maximiza los peligros y minimiza los atractivos.

El segundo impulsa al sujeto hacia el desarrollo, hacia el futuro, viviendo con plenitud el presente, orientado al funcionamiento pleno de sus capacidades, hacia la totalidad y unidad del yo, la autonomía y la confianza en las propias posibilidades. Maximiza los atractivos y minimiza los peligros. Es este segundo sistema que impulsa el desarrollo el que activa los diversos procesos que conducen a la persona a la autorrealización definitiva que ocupa todo el período de nuestra vida.

La autorrealización es, pues, el más ambicioso programa de desarrollo personal del ser humano.

A medida que aumenta la seguridad y quedan satisfechas las necesidades básicas de alimento, amor, respeto, aprobación, autoestima, etcétera, se va poniendo en marcha el segundo sistema de fuerzas que activa el desarrollo, la salud psíquica y la autorrealización.

La persona motivada por necesidades básicas de seguridad es casi por completo dependiente del exterior, ya que las necesidades de seguridad, pertenencia, relaciones amorosas, aprobación y respeto sólo pueden ser satisfechas desde fuera de la persona.

Como es el Retrato de una Persona Autorrealizada

• Autosuficiente.

• No teme a lo desconocido.

• Admite los cambios.

• Encuentra un sentido, un por qué a su existencia.

• Ha aprendido a pensar en positivo.

• Se alegra del éxito de los demás.

• Se mantiene en serenidad y calma tanto en exterior como interiormente.

• Su presencia, transmite una clara sensación de paz y bienestar.

• Piensa en el futuro como próximos momentos presentes que vivirá.

• Cuida su cuerpo y se esfuerza por mantenerlo vigoroso, ágil y sano.

• Cree en el ser humano, comprende sus miserias e intenta descubrir en el interior de cada uno sus virtudes ocultas, su riqueza interior más preciada, sus valores.

• Entrega su vida, su tiempo y sus ilusiones con tal calor y dedicación como si en sus manos estuviera el lograrlo.

• Está motivado y alentado por los valores humanos más altos y de rango superior en su constante búsqueda de la verdad, la justicia y la generosidad.

Características que Califican la vida de cada ser humano.

De acuerdo a Veenhoven (2000), hay una distinción clásica que se hace entre calidad de vida “objetiva” y “subjetiva”. La primera se refiere a un grado de vida que alcanza estándares explícitos de la buena vida, evaluados por una persona externa imparcial. Por ejemplo, el resultado de un examen médico. La segunda variante se refiere a auto-apreciaciones basadas en criterios implícitos, por ejemplo, el sentimiento subjetivo de la salud de alguien. Estas calidades no se corresponden necesariamente; alguien puede estar en buena salud según el criterio de su médico, y a pesar de ello sentirse mal. Sobre la base de esta distinción, Zapf (1984, Pág. 25) ha propuesto una clasificación cuádruple de conceptos de prosperidad. Cuando las condiciones de vida puntúan bien con medidas objetivas y la apreciación subjetiva de vida es positiva él habla de “bienestar”, mientras que cuando ambas son negativas habla de “privación”. Cuando la calidad objetiva es buena, pero la apreciación subjetiva es negativa, se aplica el término “disonancia”, y la combinación de malas condiciones y buena apreciación se etiqueta como “adaptación”. Veenhoven agrega que aunque sean elegantes, no se ha probado que estas distinciones sean particularmente útiles. La taxonomía no explica mucho. La razón principal es que la diferencia se halla más bien en la observación, en lugar de hallarse en la esencia. La evaluación objetiva de la salud atiende a las mismas características que las evaluaciones subjetivas, aunque por medios diferentes. Además el etiquetado da lugar al mal entendimiento. La palabra “objetivo” sugiere la verdad indiscutible, mientras que el término “subjetivo” se interpreta fácilmente como una cuestión de gusto arbitrario. Esta insinuación es falsa, el hecho de que los ingresos se puedan medir objetivamente no significa que su valor esté fuera de cuestión.

En éste sentido, Veenhoven (2001) identifica tres connotaciones en el concepto de calidad de vida:

a) Calidad del entorno

El término "calidad de vida" se refiere frecuentemente a la calidad del entorno en el cual uno vive. Los ecologistas emplean estas palabras en su lucha contra la degradación del medio ambiente. Por ejemplo: la construcción de carreteras nuevas y aeropuertos se considera una agresión contra la calidad de vida. En un sentido parecido, los sociólogos hablan de "calidad de vida” cuando reivindican mejoras sociales; los índices sociológicos de la calidad de vida incluyen puntos relacionados con la riqueza y la igualdad social. En este sentido, las condiciones externas para una buena vida se equiparan realmente con la buena vida. Un término más apropiado sería "vida llevadera".

b) Calidad de acción

El término "calidad de vida" se emplea también para señalar la capacidad que tiene la gente para enfrentarse a la vida. Esta palabra se emplea con más frecuencia en las profesiones terapéuticas. Los médicos se refieren a la "calidad de vida" como la capacidad (recuperada) para el trabajo y para el amor. En sus análisis suelen medirla según la capacidad física, llamada a veces "estado de acción". En el discurso psicológico, el término alude generalmente a distintas inclinaciones mentales, como el realismo y la vitalidad. Ahora bien, aunque en términos

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